Lectio divina del Salmo dominical Jr 33,14-16: Suscitaré a David un vástago legítimo. Sal 24,4bc-5ab.8-9.10.14: A ti, Señor, levanto mi alma. 1Ts 3,12-4,2:

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En medio de la soledad y la aflicción (v En medio de la soledad y la aflicción (v. 16), el salmista apela confiadamente a la misericordia divina (v.
Transcripción de la presentación:

Lectio divina del Salmo dominical Jr 33,14-16: Suscitaré a David un vástago legítimo. Sal 24,4bc-5ab : A ti, Señor, levanto mi alma. 1Ts 3,12-4,2: Que el Señor os fortalezca internamente, para cuando Jesús vuelva. Lc 21, : Se acerca vuestra liberación. Domingo I de Adviento Música: Vivaldi, Violín, Concerto In A minor.

A Ti, Señor, levanto mi alma.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

A Ti, Señor, levanto mi alma.

El Señor es bueno y recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.

A Ti, Señor, levanto mi alma.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad, para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza.

A Ti, Señor, levanto mi alma.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 24 (25) 1 [De David.] A ti, Señor, levanto mi alma; 2 Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; 3 pues los que esperan en ti no quedan defraudados, mientras que el fracaso malogra a los traidores. 4 Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: 5 haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. 6 Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; 7 no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. 8 El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; 9 hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. 10 Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. 11 Por el honor de tu nombre, Señor, perdona mis culpas, que son muchas. 12 ¿Hay alguien que tema al Señor? Él le enseñará el camino escogido: 13 su alma vivirá feliz, su descendencia poseerá la tierra. 14 El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza. 15 Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él saca mis pies de la red. 16 Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. 17 Ensancha mi corazón oprimido y sácame de mis tribulaciones. 18 Mira mis trabajos y mis penas y perdona todos mis pecados; 19 mira cuántos son mis enemigos, que me detestan con odio cruel. 20 Guarda mi vida y líbrame, no quede yo defraudado de haber acudido a ti. 21 La inocencia y la rectitud me protegerán, porque espero en ti. 22 Salva, oh Dios, a Israel de todos sus peligros. Si quieres escuchar este salmo en hebreo, pincha aquí. Si quieres escuchar este salmo en hebreo, pincha aquí.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos º: salmos º: salmos Y 3º: salmos Salmo 24: oración por toda clase de necesidades. Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Dentro del primer libro, los salmos 3-31 constituyen la 1ª Colección de David. David es el protagonista de estos salmos y todos traen su nombre en el título (aunque esto no quiere decir que los haya escrito él). Toda esta colección está organizada en 4 septenarios que corresponden a Para los hebreos el nº 14 es el equivalente numérico de las letras de la palabra “David.” El Salmo 24 se encuentra en el tercer septenario (salmos 18-24), en él el salmista pide al Señor que le enseñe los caminos de la Ley que tan bellamente ha cantado el salmo 18.

Lectio ¿Qué dice el texto? Este salmo alfabético es una mezcla de súplica individual con elementos y contenidos de los salmos sapienciales. Una persona anciana le pide al Señor que le perdone los pecados y faltas de su juventud, que le enseñe sus caminos (la Torah) y que lo libre de las manos de sus enemigos. El salmo lo podemos estructurar de la siguiente forma: Vv. 1-7: el salmista expresa su total confianza en el Señor con la esperanza de no verse defraudado. Vv. 8-15: es una reflexión sapiencial, una meditación acerca del sentido de la vida. Vv : retoma la difícil situación en que se encuentra el salmista. Vuelve a pedir con insistencia el perdón de los pecados y la liberación de sus enemigos. V. 22: es un añadido posterior para el uso litúrgico en común.

¿Qué mejor modo para comenzar el Adviento que levantar el alma hacia el Señor que viene? Con esperanza y confianza. Toda la vida es un Adviento, una espera activa del Señor que viene. Espera que es memoria agradecida del Señor que por amor nuestro se hizo hombre para salvarnos. Presente apasionado que nos hace descubrir al Señor en el acontecer de cada día. Y confianza esperanzada que nos hace tender con vehemencia hacia la eternidad prometida. Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. A Ti levanto mi alma.

Este es nuestro anhelo en nuestro caminar diario: reconocer lo que le agrada a Dios y obrar en consecuencia. El Señor se revela a todos pero sólo los humildes y sencillos, los descentrados de sí, son capaces de advertirlo… Adviento: camino de sencillez y pobreza… Señor, enséñame tus caminos.

El Señor ha de volver y, cuando vuelva, se nos invita: “¡Levantaos, alzad la cabeza!” porque se acerca nuestra salvación. Tiempo de vela, de vigilancia amorosa y diligente. A Ti, Señor, levanto mi alma. ¡Sé Tú mi guía! A Ti, Señor, levanto mi alma.

A Ti, Señor, levantamos el alma, esperamos tu Venida, con esperanza y vigilancia, mientras intuimos tu Presencia, velada pero segura, en el acontecer de cada día. ¡Ven, Señor Jesús! Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?

“Juan, precursor y servidor del Señor, que anunciaba la llegada del Rey celestial, preparaba un camino al Señor en el pecho de los creyentes por las rutas de la salvación y de la fe. Y estos caminos del Señor que san Juan preparaba en el Evangelio también los muestra David en uno de sus salmos proféticos: Hazme conocer, Señor, tus caminos e instrúyeme en tus sendas. Y luego dice cuáles son estas sendas: Todos los caminos del Señor son misericordia y verdad. Prepara estos caminos en tu corazón, en tu mente, en tu interior. Allana en ti el camino de la pureza, el camino de la fe, el camino de la santidad. Compón las rutas de la justicia, quita de tu corazón todas las piedras de tropiezo que hacen de obstáculos. Y entonces verdaderamente, por los pensamientos de tu corazón, y por los mismos movimientos de tu alma, a modo de sendas, entrara como un rey Cristo, a quien se debe la alabanza y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (S AN C ROMACIO DE A QUILEYA, Comentario al Evangelio de Mateo, Tratado 8)S AN C ROMACIO DE A QUILEYA Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

¡Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra salvación! Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…