Lectio divina del Salmo dominical Jr 1,4-5.17-19: Te nombré profeta de los gentiles. Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17: Mi boca anunciará tu salvación. 1Cor.

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2 Lectio divina del Salmo dominical Jr 1,4-5.17-19: Te nombré profeta de los gentiles. Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17: Mi boca anunciará tu salvación. 1Cor 12,31-13,13: Quedan la fe, la esperanza, el amor; pero lo más grande es el amor. Lc 4,21-30: Jesús, como Elías y Elíseo, no es enviado sólo a los judíos. Domingo IV del Tiempo Ordinario Año C: El anuncio de la salvación es para todos.

3 Mi boca anunciará tu salvación.

4 A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.

5 Mi boca anunciará tu salvación.

6 Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa.

7 Mi boca anunciará tu salvación.

8 Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías.

9 Mi boca anunciará tu salvación.

10 Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.

11 Mi boca anunciará tu salvación.

12 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… SALMO 70 (71) 1 A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; 2 tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. 3 Se tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. 4 Dios mío, líbrame de la mano perversa, del puño criminal y violento; 5 porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 6 En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías, siempre he confiado en ti. 7 Muchos me miraban como a un milagro, porque tú eres mi fuerte refugio. 8 Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día. 9 No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones; 10 porque mis enemigos hablan de mí, los que acechan mi vida celebran consejo; 11 dicen: "Dios lo ha abandonado; perseguidlo, agarradlo, que nadie lo defiende." 12 Dios mío, no te quedes a distancia; Dios mío, ven aprisa a socorrerme. 13 Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi vida, queden cubiertos de oprobio y vergüenza los que buscan mi daño.

13 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… 14 Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas; 15 mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. 16 Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera. 17 Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas, 18 ahora, en la vejez y las canas, no me abandones, Dios mío, hasta que describa tu brazo a la nueva generación, 19 tus proezas y tus victorias excelsas, las hazañas que realizaste: Dios mío, ¿quién como tú? 20 Me hiciste pasar por peligros, muchos y graves: de nuevo me darás la vida, me harás subir de lo hondo de la tierra; 21 acrecerás mi dignidad, de nuevo me consolarás. 22 Y yo te daré gracias, Dios mío, con el arpa, por tu lealtad; tocaré para ti la cítara, Santo de Israel; 23 te aclamarán mis labios, Señor, mi alma, que tú redimiste; 24 y mi lengua todo el día recitará tu auxilio, porque quedaron derrotados y afrentados los que buscaban mi daño. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha en este vínculo.

14 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

15 Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Salmo 70: Tú, Señor, fuiste mi esperanza desde mi juventud. Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Este salmo, junto a los salmo 68-69, es la conclusión a la 2ª Colección de David (salmos 33-71)

16 El salmo 70 (71) es una súplica individual, la oración de un anciano que, habiéndose apoyado en Dios toda su vida, incluso desde el vientre materno (v. 6), ahora se encuentra en grave adversidad. No se trata sólo de los achaques propios de la vejez que él constata (vv. 9. 18) sino de unos enemigos que acechan su vida. Que desean demostrar que Dios lo ha abandonado (v. 11). Sin embargo, el salmista sabe por experiencia que no hay nadie como Dios (v. 19): que Dios lo ha ayudado a lo largo de sus ya muchos años y que de nuevo lo auxiliará. Por eso da gracias y promete tocar y cantar para el Santo de Israel. Y si pide algo más de vida es para “describir tu brazo a la nueva generación” (v. 18) Lo podemos estructurar de la siguiente manera: - vv. 1-3: Invocación inicial muy semejante a la del salmo 30 (31). - vv. 4-13: Súplica en la desgracia. - vv. 14-21: Afirmación de confianza. - vv. 22-24: Acción de gracias. Lectio : ¿Qué dice el texto?

17 Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Mi boca anunciará tu salvación. No cabe otra postura ante la llamada del Señor. Oigamos estas palabras en boca de Jeremías –nombrado desde el seno materno “profeta de los gentiles”- y, sobre todo, en labios de Jesús que tiene que reprochar a sus paisanos su estrechez de miras y abrirles al deseo de salvación universal de Dios ya expresado por Elías y Eliseo al ser enviados a curar y aliviar la necesidad de personas no pertenecientes al pueblo de Israel.

18 ¡Líbrame de la mano perversa! El anuncio de la salvación –por contradictorio que parezca- siempre encuentra hostilidades e incomprensión. Pero Dios, por definición, es la Roca firme que sostiene la confianza y esperanza de Jeremías y la nuestra. Y Jesucristo muestra esta soberanía del Padre –y la suya propia- alejándose y abriéndose paso ante los que amenazaban despeñarlo. La mano perversa aun no pudo nada contra Él, aun no había llegado su hora.

19 Hasta hoy relato tus maravillas. ¡Ojalá sean muchos los que vivan la experiencia del salmista, ya entrado en años, que no sólo ha mantenido la fe sino que también la transmite y vive en comunidad! Y transmitir la fe no es simplemente explicar la fe (cosa muy necesaria porque se necesita “comprender para creer”) sino sobre todo vivirla poniendo en práctica el mandamiento del amor que tan bella y exigentemente nos explicita san Pablo en la 2ª lectura de hoy.

20 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, Roca firme en la que se apoya nuestra esperanza y confianza. Tú eres nuestra salvación, haz que sepamos relatar tus maravillas a cuantos nos rodean, sin temor. Amén.

21 «Llénese mi boca de tu alabanza, cantando un himno a tu gloria, a tu grandeza todo el día. ¿Qué significa todo el día? Sin interrupción: en la prosperidad, porque consuelas, en la adversidad, porque corriges; antes de existir, porque me creaste; después, porque me diste la salvación; cuando he pecado, porque me perdonaste; cuando me convertí, porque me has ayudado; cuando he perseverado, porque me has coronado. Así pues, realmente llénese mi boca de tu alabanza, cantando un himno a tu gloria, y a tu grandeza todo el día.» (S AN A GUSTÍN, Comentario al Salmo 70, 10)S AN A GUSTÍN Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

22 ¡Mi boca anunciará tu salvación! Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…