Promesa cumplida de su Espíritu Santo . Jesús y las fiestas Judías Promesa cumplida de su Espíritu Santo Miércoles 02 de diciembre 2015 Jesús y las fiestas Judías

La promesa de su Espíritu Santo "Pasadas siete semanas completas, a partir del día siguiente al sábado, día en que ofrecisteis la gavilla para que fuera mecida, "hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los 50 días, ofreceréis al Eterno el nuevo trigo. Levíticos 23: 15-16. Jesús y las fiestas Judías

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Con aquella gavilla de los primeros frutos, ofrecían sólo un cordero en holocausto, pero con estos panes de los primeros frutos ofrecían siete corderos, dos carneros y un becerro, todo ello en holocausto, dando así la gloria a Dios, como al Señor de su cosecha.. Jesús y las fiestas Judías

A la institución de la fiesta de Pentecostés se añade una repetición de aquella ley por la que se les ordenaba dejar para los pobres los rebuscos de sus campos y el grano que crecía en los rincones (v. 21). Esto les enseñaba también que el regocijo de la cosecha debía expresarse en la caridad hacia el pobre y el extranjero (v.22). La acción de gracias al Señor se puede demostrar con frecuencia mediante actos de bondad hacia los que sufren privaciones. Jesús y las fiestas Judías

I. Celebración de la fiesta: + En la siega, era prohibido segar las esquinas del campo. Se refiere a la gente. Dos panes, porque el judío y el gentil se habían de reunir en Cristo, por el descenso del Espíritu Santo. + En la siega, la bendición no fue limitada al judío. Habían de dejar las esquinas y la rebusca para los pobres y extranjeros. Así la bendición de Pentecostés, el Espíritu Santo vino a lo judíos, los samaritanos y los gentiles (Hechos 1:8) Jesús y las fiestas Judías

I. Celebración de la fiesta: + Fueron bautizados hombres con el Espíritu Santo. 1ª de Corintios revela el objeto de este bautismo: unificar a la iglesia de Cristo en un solo cuerpo. Los hombres fueron llenos del Espíritu Santo para servicio. Los dones fueron repartidos por medida, pero “Dios no da el Espíritu por medida” (Juan 3:34). Jesús y las fiestas Judías

I. Celebración de la fiesta: ¿No es adecuado recordar que en Lucas 11:11-13, Jesús habla de la buena voluntad de un padre terrenal en dar pan, pescado y huevos a sus hijos y que todavía es mayor la disposición de nuestro Padre Divino en concedernos su Espíritu Santo? Jesús y las fiestas Judías

II. El descenso del Espíritu Santo: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban …………… el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:1-4). Jesús y las fiestas Judías

II. El descenso del Espíritu Santo: Estos hombres hablaban en otros idiomas. Entonces el apóstol Pedro, lleno ahora del Espíritu Santo, hablando vigorosamente a la multitud les dijo que lo que estaban viendo era el cumplimiento de una profecía: “En los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne” Joel 2:28. Jesús y las fiestas Judías

II. El descenso del Espíritu Santo: Pedro les dijo cómo ellos también podían recibir el Espíritu Santo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de………………… para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:38-39). Jesús y las fiestas Judías

II. El descenso del Espíritu Santo: Por medio de este milagro y la predicación inspirada de Pedro, Dios agregó 3.000 personas a su iglesia en ese día. La Fiesta de Pentecostés es un recordatorio anual de que Dios derramó su Espíritu para establecer su iglesia. Jesús y las fiestas Judías

III. La fiesta del pentecostés y el Mesías. Habían pasado cincuenta días de la primicia de los primeros frutos, cuando Jesús, el Cordero de la Pascua, había resucitado en victoria sobre el pecado y la muerte. Jesús y las fiestas Judías

III. La fiesta del pentecostés y el Mesías. Es únicamente por medio del Cordero de Dios, quien murió por nuestros pecados, que podemos tener acceso al Santo Dios de Israel. Es por medio del Espíritu Santo, quien fue enviado en cumplimiento de la fiesta del pentecostés, que tenemos acceso a Dios: “porque por medio de Él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.” (Ef. 2:18). Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. Como humanos, seguimos cometiendo pecado, no importa cuánto nos esforcemos por no hacerlo (1 Reyes 8:46; Romanos 3:23). Conociendo esta innata debilidad humana, Dios dijo: “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!” (Deuteronomio 5:29). Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. Aquí Dios nos hace ver que el problema del hombre está en su corazón. El conocimiento teórico de la ley no nos da la capacidad para pensar como Dios. De hecho, sin el don especial del Espíritu Santo es absolutamente imposible que comprendamos las cosas espirituales (1 Corintios 2:11) Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. Jesús citó el meollo de la ley de Dios: “El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:29-31). Estas citas son de Deuteronomio 6:4-5 y Levítico 19:18. Con esto, Jesús confirmó que las Escrituras que nosotros conocemos como el (Mateo 22:40). Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. La dádiva del Espíritu Santo en la Fiesta de Pentecostés hizo posible que la iglesia pudiera cumplir plenamente los mandamientos divinos de amor. Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”, y: “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:9, 14). Cuando Dios fundó su iglesia al dar su Espíritu a algunos creyentes el Día de Pentecostés, estaba aumentando su cosecha espiritual Jesús y las fiestas Judías

IV. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. La Fiesta de Pentecostés es un recordatorio anual de que nuestro Creador aún hace milagros, otorgando su Espíritu a las primicias de su cosecha espiritual. Jesús y las fiestas Judías

Dinámica A continuación usted recibirá una hoja con 50 líneas representando los cincuenta días de pentecostés, en las cuales usted debe escribir un pedido o un agradecimiento al Espíritu Santo en oración para que sea una realidad en su vida y para que el Pentecostés se cumpla hoy en ti: ( ver página anexa) Jesús y las fiestas Judías

Perspectiva Profética Bajo la influencia del Espíritu, las palabras de arrepentimiento y confesión se mezclaban con cantos de alabanza por el perdón de los pecados. Miles se convirtieron en un día. El Espíritu Santo los habilitaba para hablar con facilidad idiomas antes desconocidos para ellos. Los Hechos de los Apóstoles pág. 31-32. Jesús y las fiestas Judías

Perspectiva Profética El día de Pentecostés les trajo la iluminación celestial. Las verdades que no podían entender mientras Cristo estaba con ellos quedaron aclaradas ahora. Con una fe y una seguridad que nunca habían conocido antes, aceptaron las enseñanzas de la Palabra Sagrada. Hechos de los Apostales pág. 37.3. Jesús y las fiestas Judías

Perspectiva Profética El gran Sacrificio ya había sido ofrecido y aceptado, y el Espíritu Santo que descendió en el día de Pentecostés apartó la atención de los discípulos del santuario terrenal para dirigirla al celestial, donde Jesús entró por medio de su propia sangre, para derramar sobre sus discípulos los beneficios de su expiación. El santuario celestial había reemplazado al terrenal, pero ellos no se dieron cuenta del cambio. Historia de la Redención pág. 405.2. Jesús y las fiestas Judías

Perspectiva Profética Sobre los discípulos que esperaban y oraban vino el Espíritu con una plenitud que alcanzó a todo corazón. El Ser Infinito se reveló con poder a su iglesia. Era como si durante siglos esta influencia hubiera estado restringida, y ahora el cielo se regocijara en poder derramar sobre la iglesia las riquezas de la gracia del Espíritu. Los Hechos de los Apóstoles pág. 31. Jesús y las fiestas Judías

Jesús y las fiestas Judías Conclusión 1. Pentecostés tipifica el descenso del Espíritu Santo. Conocida también como “la fiesta de la siega” y “el día de las primicias 2. El Espíritu Santo fue derramado sobre los ciento veinte discípulos en la fiesta de Pentecostés. Resultó que tres mil personas se convirtieron. Jesús y las fiestas Judías

Jesús y las fiestas Judías Conclusión 3. Es únicamente por medio del Cordero de Dios, quien murió por nuestros pecados, que podemos tener acceso al Santo Dios de Israel. 4. Necesitamos la presencia del Espíritu Santo. Como humanos, seguimos cometiendo pecado, no importa cuánto nos esforcemos por no hacerlo. Jesús y las fiestas Judías

3. Lléname de tu espíritu para poder amar a mi prójimo y servirle. Llamado 1. Dios lléname de tu espíritu hoy como lo hiciste en el pentecostés a tus discípulos. 2. En gratitud por su espíritu demos hoy una generosa ofrenda de gratitud. 3. Lléname de tu espíritu para poder amar a mi prójimo y servirle. Jesús y las fiestas Judías

Jesús y las fiestas Judías Poema Santo Espíritu de Dios, Llena tú mi ser. Dame tu Poder. Toma mi ser Para amoldarlo. Jesús y las fiestas Judías

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