MODALIDADES DE LECTURA
Intratextualidad Semántico Sintáctico Estructura de las oraciones y relaciones entre ellas. Coherencia local entendida como la coherencia interna de una proposición, las concordancias entre sujeto/ verbo, género/número... Coherencia lineal y cohesión entendida como la ilación de secuencias de oraciones a través de recursos lingüísticos como conectares o frases conectivas; la segmentación de unidades como las oraciones y los párrafos. Coherencia global entendida como una propiedad semántica global del texto. Seguimiento de un eje temático a lo largo del texto. Tema y subtemas.
Intratextualidad La forma global como se organizan los componentes de un texto. El esquema lógico de organización del texto. El cuento: apertura, conflicto, cierre. Noticia: qué, cómo, cuándo, dónde. Textos expositivos: comparativos (paralelos, contrastes, analogías); descriptivos: (Características, jerarquización semántica de los enunciados). Textos argumentativos: ensayo(tesis, argumentos, ejemplos). Texto científico, problema o fenómeno, hipótesis, explicación). Campos semánticos. Universos coherentes de significados. Tecnolectos. Léxicos particulares. Coherencia semántica. Usos particulares de términos regionales, técnicos...)
Intertextualidad Relacional Contenidos o informaciones presentes en un texto que provienen de otro. Citas literales. Fuentes. Formas, estructuras,.estilos tomados de otros autores, o de otras épocas. Referencias a otras épocas, otras culturas...
Extratextualidad Pragmático El contexto entendido como la situación de comunicación en la que se dan los actos de habla. Intención del texto. Los componentes ideológico y político presentes en un texto. Usos sociales de los textos en contextos de comunicación, el reconocimiento del interlocutor, la selección de un léxico particular o un registro lingüístico: Coherencia pragmática.
EJEMPLO
EL HIJO PRÓDIGO “Un hombre tenía dos hijos. Y el menor dijo a su padre: ‘padre, dame la parte que me corresponde de la hacienda’. Y el padre repartió la hacienda. A los pocos días, el hijo menor reunió todo, se marchó a un país lejano, y allí disipó toda su fortuna viviendo prodigiosamente. Cuando hubo gastado todo, sobrevino una gran hambre en aquella comarca y comenzó a padecer necesidad. Se fue a servir a casa de un hombre del país, que le mandó a sus tierras a guardar cerdos. Deseaba llenar su estómago con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba. Y reflexionando, dijo: ‘Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, y yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo; tenme como a uno de tus jornaleros’. Se levantó y fue a su padre.
Cuando aún estaba lejos lo vio su padre y, conmovido, corrió y se echó al cuello de su hijo, cubriéndolo de besos. Díjole el hijo: ‘Padre, pequé contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Sacad inmediatamente el vestido más rico, ponedle también un anillo en su mano y sandalias en sus pies. Traed el ternero cebado, matadlo, y vamos a comer, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido encontrado’. Y se pusieron todos a festejarlo.
El hijo mayor estaba en el campo, y al volver y acercarse a la casa, oyó la música y los bailes. Llamó a uno de los criados y le preguntó qué significaba aquello Y éste le contestó: ‘Ha regresado tu hermano, y tu padre mató el ternero cebado porque lo ha recobrado sano’. Él se ofendió y no quería entrar. Mas su padre salió y se puso a exhortarle. Y contestó a su padre: ‘Hace ya tantos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes, y nunca me has dado ni un cabrito para hacer fiesta con mis amigos. ¡Ahora llega ése, tu hijo, que dilapidó su hacienda con malas mujeres, y tú le matas el ternero cebado!’ Pero el padre le respondió: ‘¡Hijo! ¡Tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo! En cambio, tu hermano que estaba muerto, ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado. Convenía festejarlo y alegrarse por ello”’.
INTRA, INTER Y EXTRATEXTUALIDAD EN “EL HIJO PRÓDIGO”
INTRATEXTUALIDAD: EL PADRE PRÓDIGO Cada uno de los personajes de la parábola del hijo pródigo tiene uno roles, actitudes, intereses y posiciones bastante diferenciables, que estructuran la personalidad de tres individuos que guardan una estrecha relación en la historia de la creación y la salvación. El hijo menor presenta las actitudes típicas de cualquier ser humano que, una vez se le entrega la herencia por parte de su casa paterna, se aleja de ella para experimentar por sí mismo todo lo que el mundo le ofrece. Luego, ante las adversidades y los problemas, decide regresar arrepentido de haber buscado afuera lo que tanto se le ofrecía en el seno del hogar. El hijo mayor, al ver la celebración descomunal del padre hacia aquél que se había marchado, siente celos y le reprocha el porqué de ese favoritismo hacia el menor. Por su parte, el padre siempre busca a sus hijos y los incita a cambiar de actitud. Perdona, pero también busca la justicia, a su manera. El padre es, pues, quien observa una actitud fuera de lo ordinario, pues si observamos en detalle las actitudes de sus hijos, ambas son más que razonables, mejor aún, ambas responden a una lógica interna casi natural del modus operandi de cada uno de ellos. El padre sobresale precisamente porque su comportamiento va en contravía al esperado, pues en lugar de recriminar o hacer algún reclamo al hijo menor, lo perdona sin ningún miramiento y lo trata como todo un rey. En realidad, él es el verdadero pródigo en el sentido benévolo de la palabra: otorga no sólo sus bienes materiales a ambos hijos, sino que también es generoso en amor, en comprensión, en consejos, en perdón.
INTERTEXTUALIDAD: LA OVEJA DESCARRIADA Para el análisis comparativo de los textos relacionados con “El Hijo Pródigo”, vamos a destacar las coincidencias y los guiños estructurales y de temáticas en varios fragmentos también extractados de La Biblia. La reflexión que hace el hijo en medio de ese autodestierro, donde recuerda a los sirvientes de la hacienda de su padre y piensa que ni ellos sienten lo que él estaba experimentando, le hace ver lo inapropiado de su comportamiento, y lo mucho que había perdido por estar buscando lo que siempre tenía seguro en su hogar. La alusión en Mateo 6, 25 – 34, “Miren las aves que vuelan por el aire: ni siembran ni cosechan ni guardan las cosechas en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en los cielos les da de comer” sirve para iluminar la labor de los mencionados jornaleros en la parábola del hijo pródigo.
La actitud del padre, reprochada por el hijo mayor, sigue una lógica que también está por fuera de los estamentos comunes: hay una toma de partido que inclusive replantea el término justicia. La Parábola de los Trabajadores (Mateo 20, 1 – 16) es otro texto que nos permite iluminar esta realidad interna. Miremos varios denominadores comunes entre estos dos textos. Primero, los dos protagonistas principales van en busca de sus beneficiados: los hijos y los jornaleros. Es decir, hay en ambos una actitud proactiva que rompe la lógica de que deberían ser los jornaleros (sobre todo) quienes deben buscar su trabajo. Segundo, hay una actitud de reproche hacia lo que se considera que es justicia: el hijo mayor quien cree que su fidelidad no ha sido lo suficientemente recompensada, y los primeros jornaleros, quienes no ven que sea justo que reciban el mimo pago de los que llegaron después y sólo trabajaron una hora. Esa justicia parece normativa, basada en unos principios humanos que inclusive son los que regulan los contratos laborales, en el segundo caso, y la repartición de bienes, en el primero. Sin embargo, la lógica y el concepto de justicia en estas dos realidades textuales siguen otros principios, ajenos a los de la jurisprudencia humana.
Y tercero, para no extendernos: existe un pago igual en ambas situaciones, aunque hay una especie de guiño o beneplácito para los últimos, en el segundo caso, y para aquel que, a pesar de lo vivido, tiene el valor de aceptar sus errores y arrepentirse, en el primer caso. La diferencia en ambos es que el hijo mayor y los primeros trabajadores ya sabían de antemano cuál era el precio de su fidelidad y servicios. En cambio, tanto el hijo menor como los últimos jornaleros no esperaban mayor cosa: el primero, solo el perdón y el que se le permitiera estar de nuevo en casa, aun cumpliendo el rol de sirviente; los segundos, que se les diera “lo debido”.
EXTRATEXTUALIDAD: EL REGRESO AL PADRE Y OTROS IMAGINARIOS El Hijo Prodigo, como parte de una de las obras literarias más significativa de todos los tiempos (ya nos alejamos un poco de sus características internas y de su contexto específico), conserva varios tópicos literarios que hacen parte de las tradiciones formales y de mitos universales ya mostrados por los antiguos poetas griegos y latinos. Cada uno de estos mitos puede ser explicado desde “El Hijo Prodigo” y su relación con otras obras: piénsese en “La Divina Comedia” y las etapas del descenso al infierno (algo relacionada con las necesidades que tuvo que padecer el hijo), o las luchas entre dioses y los ancestros que también se refleja en “Fausto”, o el viaje del hijo en busca de su padre en “La Odisea”. Sin embargo, vamos a reconstruir algunos momentos significativos del fragmento de la Biblia a la luz de una de las novelas más representativas del siglo XX en el contexto latinoamericano y mundial. Nos referimos a “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo.
Juan Preciado, el hijo de Pedro Páramo que emprende su viaje a Comala en busca de su padre, sin saber que en realidad estaba descendiendo al infierno en busca de su propia muerte, refleja en sentido paradójico y anverso las tragedias que tuvo que afrontar el hijo mayor cuando se iba del lado de su padre. En ambos hay un abandono, cifrado en lo déspota del dueño de la Media Luna, en el caso del texto del mexicano, y en la sed de aventuras en el caso del texto sagrado.
Al llegar a Comala, Juan Preciado se da cuenta de que no es el único hijo de Pedro Páramo; es más, Abundio, el arriero que lo conduce desde el mundo de los vivos al mundo de los muertos, tambiénmenciona ser hijo de Páramo. Más adelante, Juan se da cuenta de que su padre tuvo muchos más hijo, pero que el único que reconoció, Miguel, era un ser lleno de maldad, que reclutaba mujeres para saciar sus placeres y que mataba a diestra y siniestra, porque sí y porque no. Esta rivalidad implícita entre hermanos (pues Juan iba a Comala a “cobrar caro” el olvido al que los sometió el padre, a pesar de que era el único que había nacido de un matrimonio arreglado, pero formalizado como tal) asemeja la lucha de beneficios, estatus y preferencias que se da entres los miembros de un mismo hogar, tanto en aspectos de dignidad como en incentivos económicos. El reproche que hace el hijo mayor es un grito desesperado que busca una supuesta compensación similar a la que recibió su otro hermano; en últimas, es la búsqueda de un reconocimiento que eclipse al otro, o que al menos otorgue lo que por ley cree merecer.
EJERCICIO PRÁCTICO Con los textos traídos por ustedes reunirse en parejas. Leer los textos y elegir uno de los dos. Analizar el texto buscando lo intra, inter y extratextual. Consignar el resultado del análisis por escrito y poner en común.
BIBLIOGRAFÍA Proyecto pedagogos: Mediador de lectoescritura y técnicas de estudio Universidad Católica de Oriente La Biblia: Lucas 15, 11 – 32.