Paseo por Granada. Caleta-Avda. de la Constitución-Gran Vía de Colón Si hay algo que caracteriza a Granada es el peso de su historia. Ese cierto temor a romper esquemas ya trazados. Las obras modernas a gran escala han sido criticadas constantemente y, con el tiempo, han demostrado que son el impulso necesario para dotar a la ciudad de una nueva imagen. De un nuevo espacio urbano adaptado a las necesidades de su tiempo. Ejemplo de ello es el eje Caleta-Avenida de la Constitución-Gran Vía de Colón. Supone una de las principales arterias de comunicación del centro de la ciudad, donde en los últimos años se ha llevado a cabo una intensa remodelización urbanística.

Caleta Dado que es un punto relativamente distante del centro, ha dispuesto de espacio suficiente para la construcción de edificios de gran envergadura (hospital, juzgados…), así como para la creación de un entorno amplio caracterizado por la amplitud de sus vías peatonales. Un hecho significativo es la inclusión de hitos históricos en rotondas y explanadas, dando a entender la simbiosis buscada: modernidad-tradición.

Avenida de la Constitución Las nuevas reformas lo han convertido en un amplio bulevar en el que el peatón se convierte en el protagonista. Sin dar de lado al tráfico rodado, éste se ha desviado por los laterales de la avenida, estableciendo dos sentidos opuestos de circulación. Así pues, se ha respetado el espacio central de zonas verdes, desde el que se pueden contemplar perspectivas del barrio del Albaicín antes inexistentes. Al final del bulevar encontramos una bandera que, como elemento de peso articulado a la estatua de Colón al final de la Gran Vía, establece el nuevo eje de nuestro paseo.

Gran Vía de Colón Es una amplia avenida creada a principios del S. XX. Fue mandada construir por la incipiente burguesía local que se había enriquecido con la remolacha azucarera. La calle es un muestrario de señoriales edificios en estilo Art Nouveau, que toman elementos neo-renacentistas, neobarrocos, etc. Con las nuevas intervenciones se han conseguido unas aceras más amplias, así como la inclusión de pequeñas zonas verdes. Todo ello para buscar un paseo más espacioso y agradable, en el que el diseño de las propias farolas ilustra el fuerte simbolismo de elementos como la granada o la Alhambra en esta ciudad. A fin de cuentas, un diálogo constante entre arquitectura histórica y presente que, a mi juicio, debe ser el fundamento de toda buena intervención urbanística en la ciudad.