Una falsa promesa de libertad LAS DROGAS Una falsa promesa de libertad

La Biblia dice que las personas son esclavas de aquello que le domina. Estas formas de esclavitud las encontramos también en otros tipos de adicciones tales como el alcohol, el sexo, la ludopatía, el tabaco, y cualquier cosa que hacemos sin poder controlar y que es nocivo a nuestras vidas

Las drogas no es algo que afectó a las comunidades hippies de la década de los 60, sino que sigue en plena actualidad y está en todos los sectores sociales.

Quizás el tema no te afecta de forma directa de momento, pero quién sabe si un día… En un futuro tú mismo, o algunos de tus hijos podrián verse inmerso en este infierno.

Quizás tu caso sea el siguiente: Tu relación con las drogas es aparentemente inofensiva. Piensas que no es lo mismo fumarse un porro que chutarse heroína. Pero recuerda que “quién juega con fuego acaba quemándose”

cocaína precisamente por sus propiedades adictivas. Uno de los grandes males de las drogas es la adicción que acaba por controlarlas y haciéndolas esclavas bajo la tiranía de sus deseos. En 1961 se ilegalizó la cocaína precisamente por sus propiedades adictivas.

La dependencia de las drogas acaba por anular a la persona, y perdiendo esta muchas de sus valiosas capacidades. Su vida deja de tener logros y la marginación se origina en este punto.

La dependencia es tan fuerte sobre la voluntad de la persona, que la necesidad de conseguir la droga le lleva a cometer delitos y convertirse en un delincuente.

El resultado es una vida lejos de los sueños de antaño... sin horizontes de libertad. Las drogas es una de las formas más sutiles de esclavitud en esta sociedad moderna.

¿HAY ESPERANZA?

Los gobiernos y las instituciones sociales han creados programas de ayuda para quienes desean “desengancharse”. Centros especializados y terapias pueden ser la puerta de salida de este infierno. No obstante no siempre los resultados son eficaces para todos, y la sombra de la recaída puede ser una verdadera pesadilla.

LA SOLUCIÓN ES ESPIRITUAL La lacra de la droga existirá siempre, pues hay una oferta debido a que existe una demanda, y viceversa. Pero para la persona en particular, existe una solución poderosa y definitiva que le librará por siempre de esta amenaza.

Jesús mismo prometió La siguiente esperanza: “Si el Hijo (Jesús) Os libertare, seréis Verdaderamente libres” (Juan 8: 36)

Con Dios todo es posible, pero de ti depende que Él pueda operar esta liberación. Es necesario que te acerques a Él y le busques con todo tu corazón, reconociendo que lo necesitas en todas las áreas de tu vida.

Implorale lo siguiente, tal como el profeta Jeremías hizo hace siglos: “Saname, oh Dios, y seré sano; sálvame y seré salvo.”

Dios no es sordo para aquellos que le buscan con sinceridad.