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Auto y ratón. Como fumadores intentando dejar de fumar, no podemos cambiar la compulsión que sentimos por fumar cigarrillos, pero incluso aunque no.

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Presentación del tema: "Auto y ratón. Como fumadores intentando dejar de fumar, no podemos cambiar la compulsión que sentimos por fumar cigarrillos, pero incluso aunque no."— Transcripción de la presentación:

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2 Auto y ratón.

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4 Como fumadores intentando dejar de fumar, no podemos cambiar la compulsión que sentimos por fumar cigarrillos, pero incluso aunque no podamos cambiar esta compulsión, podemos aceptarla. La verdad es que hasta que podemos aceptar nuestra compulsión por los cigarrillos, no dejaremos de fumar. !Lo que haremos será encender otro cigarrillo cuando decidamos que no podemos aceptar la compulsión! Es así de simple: si quieres un cigarrillo y no aceptas la compulsión, es seguro que encenderás un cigarrillo. O quizás darás “una calada” para pasar el mal rato, pero incluso “una calada” significa que no aceptas las cosas que no puedes cambiar

5 Aceptar la compulsión no significa que la deseemos o que nos guste. Aceptarla significa, en primer lugar, que la reconocemos por lo que es: un deseo poderoso, físico y psicológico, no una necesidad de encender un cigarrillo. Eso es todo. No luchamos contra esa compulsión; mas bien la encaramos, dejando que exista, sin que nos domine el pánico y sin sentir lástima de nosotros mismos. En lugar de eso decimos: “Sí, es verdad, siento la compulsión de fumar ahora mismo”. No practicamos el auto-engaño ni nos intentamos auto- convencer de que no deseamos fumar. Este programa es honesto. Ni intentamos odiar el acto (ni a nosotros mismos) tanto que lleguemos a abandonarlo. No podemos hacer que nosotros mismos dejemos de fumar, pero podemos vivir con la compulsión, de manera que pedimos…

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7 Lo que si podemos cambiar es nuestra fata de deseo de vivir, incluso por un ratito, con la compulsión por el siguiente cigarrillo. Podemos, con la ayuda de Dios y el apoyo del grupo cambiar nuestra vieja forma de enfrentarnos con la compulsión y nos enfrentamos a ella de una forma nueva: nos ponemos en disposición de vivir con la compulsión. El encender un cigarrillo demuestra que no hemos actuado con el valor para cambiar las cosas que podemos. Por supuesto que es difícil vivir con la compulsión, en ocasiones es muy difícil, pero no estás solo/a… con la ayuda de Dios puedes conseguirlo. De esto trata precisamente la Oración de la Serenidad. Así le pedimos a Dios que nos ayude a aceptar la compulsión y después que nos dé el valor de no satisfacer esta compulsión -tal y como veníamos haciéndolo- con otro cigarrillo más. Por tanto necesitamos la fortaleza para aceptar la compulsión. Y el valor para no encender…

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9 La sabiduría que le pedimos a Dios aquí, significa que nos demos cuenta de la diferencia entre nuestra antigua manera de enfrentarnos al malestar de la compulsión en el pasado (encendiendo un cigarrillo compulsivamente) y la nueva manera a vivir: aceptando la compulsión hasta que esta desaparezca, aunque nos sintamos muy mal durante unos momentos. La fortaleza y el valor para vivir como exfumadores con este malestar vendrán si los pedimos, aunque tardemos algún tiempo. No recibiremos fuerza de voluntad en bruto sino una Fuerza que proviene de Dios, del grupo y de lo más profundo de nuestro ser: !el poder que necesitamos, de hecho, es Amor! Sólo con este tipo de fuerza podremos convertirnos en exfumadores y recibir una nueva vida libre de la adicción a la nicotina. La razón por la cual no nos convertimos en exfumadores hace tiempo es que no elegimos no vivir con la compulsión. Cada vez que sentíamos la compulsión de fumar un cigarrillo, nos dimos por vencidos y nos lo fumábamos. Y seguíamos pensando que llegaría el día mágico en el que desaparecería la compulsión o encontraríamos una forma absolutamente indolora para dejar de fumar. Pero este día nunca llegaba

10 Cada uno de nosotros continuaba utilizando sus racionalizaciones o excusas favoritas para encender otro cigarrillo, nuestra propia justificación para no vivir con la compulsión. Y seguíamos con esa ansia irrefrenable y con los cigarrillos, ansiando y fumando, año tras año. Pero ahora podemos cambiar todo esto; en cuanto aceptemos los hechos: “Quiero fumar” y podemos enfrentarnos a ello con el valor que Dios nos da, podemos decir “elijo no enfrentarme a esta compulsión fumando un cigarrillo”. !Es entonces cuando nos convertimos en exfumadores! Si sigues fumando a pesar de pronunciar esta oración, repítela una y otra vez y continua repitiéndola mientras reflexionas sobre lo que significa para ti como fumador. Llegará el momento en que funcionará. No funcionará si no eres sincero/a, pero si todo lo que puedes hacer para empezar es decir la oración sin creértela, !al menos haz eso! Puede que necesites algo de tiempo hasta que recibas el poder para vivir con el malestar de vivir con el ansia de encender un cigarrillo, pero eventualmente lo tendrás. Con el tiempo el ansia de fumar será cada vez menor y algún día confiamos en que desaparecerá del todo. Sin embargo, si recaes y enciendes un cigarrillo, acéptate con respeto y pronuncia la oración la próxima vez. Recuerda que no es el estrés, la frustración ni el ansia de fumar lo que hace que fumemos, sino nuestra falta de fortaleza para encarar esa ansia. !Esa fuerza proviene de Dios, del grupo y de tu interior sano! !Qué Dios te acompañe ahora!


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