DIMENSIONES DE LA CONDUCTA HUMANA Las dimensiones de la conducta humana se dividen en cuatro: biológica, cognitiva, evolutiva y social.

DIMENSIÓN BIOLÓGICA En la dimensión biológica el comportamiento y el pensamiento entienden, no sólo de la acción de cada uno, sino también de la interrelación de los elementos físicos y biológicos del organismo. El primer elemento de esta dimensión, la genética, estudia el material genético que se encuentra en las espirales del ADN e involucra a la herencia biológica y sus variaciones. Los genes son responsables de estos rasgos, contienen la instrucción sobre como se desarrollan y funcionan nuestros cuerpos. La dimensión biológica del hombre se integra por: genética, glándulas endócrinas y sistema nervioso.

El segundo elemento de la dimensión biológica está compuesto por las glándulas del sistema endócrino, quienes segregan sustancias químicas llamadas hormonas. La glándula más influyente del sistema endócrino es la hipófisis, situada en la base del cerebro. Sus reacciones actúan en la liberación de hormonas por parte de otras glándulas endócrinas. Sus funciones son recoger ciertas sustancias del torrente circulatorio, convertirlas en otras sustancias diferentes y descargar estas nuevas sustancias en la superficie interna o externa del organismo, o bien, en el torrente circulatorio. Existen dos tipos de glándulas endócrinas: las de secreción externa, que vierten sus productos en la superficie interna o externa del organismo y las de secreción interna, que vierten sus productos en el aparato circulatorio.

El tercer elemento es el sistema nervioso, estudiado en psicología para entender mejor nuestras reacciones provocadas por el funcionamiento de nuestro cerebro. Se observa a detalle el sistema nervioso central, específicamente el cerebro o cerebelo dada la importancia que tiene en las manifestaciones en la conducta del ser humano.

DIVISIONES DEL SISTEMA NERVIOSO

SISTEMA NERVIOSO El sistema nervioso es un circuito de comunicación electroquímico formado por millones de células (neuronas) interconectadas. El cerebro y la médula espinal guían nuestra interacción con el mundo que nos rodea, mueven nuestro cuerpo a través de el y dirigen nuestra adaptación al ambiente. Es un sistema de supercarreteras con entradas y salidas.

SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: CEREBRO El cerebro es la sede de la conciencia y la razón; es el lugar donde se centran el aprendizaje, la memoria y las emociones; es la parte de nosotros que decide que hacer, quien ordena nuestros movimientos y funciona como nuestro motor.

SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: MEDULA ESPINAL Se compone de un conjunto de axones largos suaves, cuya consistencia es gelatinosa y están envueltos en mielina aislante que está protegida por los huesos de las vértebras. En la médula espinal hay dos trayectorias nerviosas principales: Eferente (canal de salida): consta de neuronas motoras que descienden del encéfalo, controlan los órganos y músculos internos y ayudan a modular el sistema nervioso autónomo. Aferente (canal de entrada): consta de neuronas sensoriales ascendentes, que llevan información de las extremidades y los órganos internos al encéfalo. La medula espinal es una estructura larga y parecida a un tallo, conduce la información sensorial al cerebro y transmite los impulsos motores desde éste a los músculos.

SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO: SISTEMA SOMÁTICO El sistema nervioso somático está compuesto por las neuronas aferentes (sensoriales), que conducen la información al sistema nervioso central y por las neuronas eferentes (motoras), que llevan mensajes del sistema nervioso central a los músculos esqueléticos del cuerpo.

SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO: SISTEMA AUTÓNOMO El sistema nervioso autónomo comprende todas las neuronas que transmiten mensajes entre sistema nervioso central y los órganos internos del cuerpo como glándulas, corazón y sistemas. El sistema nervioso autónomo se divide en dos ramas: Simpática: actúa como unidad movilizando con rapidez el cuerpo entero para la acción inmediata y sostenida. Transmite mensajes al cuerpo. Parasimpática: tranquiliza al sistema una vez que ha pasado el peligro. El mensaje que transmite es que todo vuelve a la normalidad.