1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source de Vie, Toulouse HACIA EL DOMINGO 23 DEL TIEMPO ORDINARIO Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 2 al Domingo 9 de septiembre de 2013  Hacia el Domingo 23 del Tiempo Ordinario  Orar en el Corazón del Mundo: Por los Cristianos Perseguidos  Una manera de orar con el planeta tierra  Orar en la Casa: Busquemos el equilibrio Hacia el 23 del Tiempo Ordinario Evangelio de Jesucristo según san Lucas Capítulo 14, versículos 25 al 33 “Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: «Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: "Este comenzó a edificar y no pudo terminar". ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”.

M AR 3 M IÉ 4 L UN 2 J UE 5 Ser discípulo no equivale solo a repetir verdades abstractas sobre Dios o a respetar reglas religiosas por muy santas que sean. Ser discípulo implica tener una relación personal con Cristo. Al frecuentarlo en los evangelios aprendemos a conocerlo mejor. ¿Qué palabras o qué gestos de Jesús me provocan deseo de ser su discípulo? ¿Qué medios tomo o me gustaría tomar para dejar más lugar al Señor en mi existencia? Cargar su cruz Preferirlo ante todo Ser discípulo “Ir hasta el extremo” con Cristo es necesariamente pasar por la experiencia de la cruz. Pues el discípulo no es más grande que su maestro, así que la cruz es inevitable. Ahora bien, la cruz de Jesús al igual que la nuestra nos pone en dificultad y nos cuestiona. Cargar la cruz, como lo hizo Jesús antes que nosotros, es entonces una gracia que hay que pedir sin dejarnos desalentar ni descorazonar. Pido esta gracia para mí pero también para todos aquellos que viven caminos de cruz en nombre de su fe. Caminar con él Jesús con frecuencia se nos muestra por el camino. Va de ciudad en ciudad a llevar la buena noticia: “el Reino de Dios está cerca”, es decir, Dios viene a salvarnos. Esta misión no es solitaria, pues elige desde el principio a compañeros de ruta. Y con el tiempo, son numerosos los que vienen a seguirlo. Puedo pensar en lo que pone en movimiento a las multitudes de nuestros días (eventos deportivos, artísticos o religiosos) y me pregunto por qué. Y a mí, ¿qué me pone en movimiento? ¿Cristo? El discurso de Jesús se parece al discurso de un gurú. Hay algo excesivo en el hecho de preferirlo por sobre la propia familia. Pero también es realista. Seguirlo no es un camino insípido pues supone elecciones radicales. Durante el día, tomo tiempo para repetir estas palabras: preferir a Jesús por sobre quienes me son más cercanos y por sobre mi propia vida. Como a Pedro en Jn 21, Jesús me dice: “¿me amas más que estos?”. Le pido que haga crecer en mí el deseo de amarlo más.

V IE 6 Orar en el Corazón del Mundo con el Papa Francisco La primera imagen que utiliza Jesús para ilustrar la exigencia de su llamado es la de la construcción. No se trata solo de construir sobre rocas (Mt 6) sino de ir hasta el final. En ciertos países más fuertemente golpeados por la crisis, podemos identificar que hay inmuebles no terminados. ¡Qué desastre! Lejos de burlarse, Jesús nos invita a todos a hacer prueba de sabiduría. Se trata de reconocer los propios medios reales y de tomar en serio el reto propuesto. Elijo sentarme el día de hoy y presentarle mis proyectos y mi deseo de llevarlos a cabo con él. D OM 8 8 Sentarse… una vez Oremos: para que los cristianos perseguidos puedan ser testigos del amor de Cristo. Un Dios de amor y de libertad Sentarse… dos veces S ÁB 7 La segunda imagen propuesta es la de una guerra. De hecho, hay algo de “violento” en el hecho de ser discípulo de Jesús. En esta aventura, aprendemos a atravesar combates y renuncias. De nuevo, es a través de una imagen que Jesús nos invita a todos a hacer uso de discernimiento y a reconocer nuestros límites. El día de hoy, elijo sentarme y confiar al Señor mis miedos y mis dudas sobre este camino con él. El discurso de Jesús no pasaría bien en la tele donde se nos hace creer una vida sin compromisos y una felicidad fácil. Muy por el contrario, él no duda en recordarnos que el que “no renuncie a todo lo que posee, no puede ser su discípulo”. Pero surge un peligro: ¿estaría Dios únicamente del lado del esfuerzo y de la renuncia como ciertos discursos religiosos lo proponen? De hecho, más que sus palabras, tenemos que considerar su manera de actuar con sus discípulos de ayer y con los de hoy. Nunca trata de seducir en el sentido de “conducirnos a él para su beneficio”. Nos invita a todos a un amor libremente aceptado para hacer una alianza. ¿Cuál será mi respuesta este domingo y los días siguientes?

ORAR EN LA CASA 12 O RAR EN LA CASA Es el regreso del período de vacaciones. Pregunta sobre nuestro uso del tiempo: ¿dejamos tiempo para pausas?, ¿todo el año estaremos en modo activo incluso hiperactivo corriendo el riesgo de derrumbarnos? Ayudémonos unos a otros a programar tiempos de “pausa y separación”, tiempos en los que podremos plantearnos y reposar nuestras vidas. Tiempos en los que veremos cómo seguimos a Jesús. Puede ser una semana al año, un día al mes, dos horas por semana. Solos, en comunidad, en familia. A cada quién su ritmo y su fórmula pero es bueno saber que nos cuidaremos mutuamente para que mantengamos los propósitos. Y luego escribamos lo que hemos decidido para regresar a leerlo en los momentos en los que se rebase el límite de velocidad. “Cualquiera de ustedes que no renuncie a todo… no puede ser mi discípulo” San Lucas 14, 33 Agua: vertamos un poco de agua fría en un vaso; contemplemos su claridad, sintamos su beneficio sobre la piel, probemos su frescura en la boca, admiremos su efecto sobre las flores… También recordemos los desiertos, aguas insalubres, pueblos sedientos, vida posible a la que le basta una simple gota de agua. Luego, mantengamos las manos abiertas para implorar a aquel que es la fuente de vida. Una manera de orar con el planeta tierra (2/5)

________________________________ ________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ ¿Renunciar a los bienes? ¿Entonces debemos vender todo lo que poseemos? Preguntas legítimas. El impulso del corazón es primero pero para mantenernos a largo plazo es vital plantearnos y replantearnos nuestra historia y ver dónde están nuestros apegos y cómo vamos a renunciar a ellos. Si hiciera falta tener un programa de regreso, ¡aquí encontramos uno! Pidamos a María “la primera en el camino”, a quien festejaremos el domingo, que nos guíe por la ruta del desapego. ¡No tergiversar! Tenemos que renunciar a nuestros apegos para seguir a Cristo. Las palabras de Jesús son duras de oír, difíciles de comprender y parecen aún más complicadas de realizar. Sin embargo, Jesús no nos pide que lo hagamos de inmediato. Nos propone que tomemos tiempo para considerar las cosas y para ver cómo vamos a emprender las cosas para ser su discípulo. ¿Cargar la cruz?, ¿pero qué cruz? ¿Preferirlo a la propia familia?, ¿entonces no será necesario ya amar?