Plaza de Tian'anmen, 1989

El Yo, narcisismo, afectos, el cerebro Objetivos cerebro y psiquismo: emociones, cerebro y estado de salud/enfermedad función principal del Yo: control de impulsos y de afectos capacidad sintética del Yo afectos y emociones: valor, estímulo para la elaboración, potencialidad traumática la afectividad: un caso especial, la alexitimia dolor, su influencia en lo anímico, la secreción de endorfinas dolor, angustia y sexualidad. Erotización de la angustia y el dolor un afecto especial: la angustia. Potencial psicoterapéutico del médico afectos en la relación entre médico y paciente el narcisismo. Encuentro con el vacío, reacción y dinámica de la defensa

Estado anímico y cerebro: influencias recíprocas las células del sistema inmunitario tienen receptores que responden a las endorfinas, así como a las hormonas producidas por el estrés y otras estado de ánimo e inmunidad: además de influir favorablemente sobre la salud en general, se demostró estadísticamente que la alegría incide en la prolongación de la vida se pudo observar y cuantificar especialmente en pacientes terminales, con neoplasias y enfermedades cerebro-vasculares. en cambio los cuadros de dolor (físico y/o anímico) llevan a un empeoramiento de las enfermedades en general vías profundas y superficiales: el contacto con la piel reduce el dolor profundo porque bloquea una señal de feed back, que normalmente intensifica la percepción del dolor todo lo anterior ejemplifica e ilustra la influencia de los vínculos en la salud, tanto psíquica como orgánica, en tanto aportan sentimientos positivos, así como negativos

El Yo y los afectos I base cerebral de las emociones: se combinan respuestas inmunes, regulación metabólica, etc. Todo ello, ensamblado con representaciones (imágenes psíquicas). Los afectos se originan en estructuras cerebrales, y salvo algunas pocas excepciones, expresan un sentido los afectos tienen valor de vivencia verdadera, genuina, aún en casos en que no se ligan a palabras. Son trozos de vida mental, de la materia prima de la que está hecho el psiquismo humano como estímulos, los afectos tienen un doble valor: a) para el desarrollo psíquico, al estimular la cadena de pensamiento y hacer avanzar la elaboración psíquica. Aunque también pueden impedirla, p. ej. si su intensidad es excesiva b) en un vínculo, tienen un valor de comunicación inmediato: estimulan al otro del vínculo. “Hacer sentir algo al otro”: potencialidad comunicativa, incluyendo la manipulación. Pueden estimular en el sentido del crecimiento, pero también pueden ser hostiles, inclusive destructivos todo sentimiento tiene una intensidad que puede ser mayor o menor, puede predominar entre otros sentimientos o estar en equilibrio con los demás esto significa que puede dejarse limitar por otros sentimientos. Lo opuesto son los sentimientos pasionales más extremos, p. ej. los fanatismos

El Yo y los afectos II por su origen psíquico y su despliegue, son testimonio de dos lazos al mismo tiempo: uno actual y uno inconciente, ligados entre sí según su intensidad, pueden ser el estímulo por excelencia para el despliegue del pensamiento. Pero si la intensidad es excesiva, tienen potencialidad traumática, pueden impedir pensar. Pueden tender a una descarga hostil y/o violenta, o aún derivarse en una descarga somática hostilidad: en cierta medida, es necesaria para la vida. Beneficiosa cuando se liga con un sentido de autodefensa, de autoprotección (y/o la de objetos valorados), o con una necesidad del crecimiento. Es indispensable para hacer posible la separación el odio se liga a la destructividad, es parte de la vida mental. Si es muy intenso, puede obstaculizar o impedir la elaboración y el crecimiento psíquico en algunos casos, los afectos no se ligan a las palabras que los explican, por efecto de la represión o del vacío psíquico. Esto representa un riesgo de sobrecarga para el aparato alexitimia: faltan nexos entre afectos y palabras. Se experimentan afectos pero no se les puede poner nombre, o bien se percibe que sucede “algo” pero no se entiende que se siente algo. Característico en enfermedades autoinmunes

El Yo y los afectos, el dolor la música es un caso especial: expresa y comunica sentimientos y emociones, pero sin necesidad de palabras las culturas: valoran la expresión de los afectos o bien la reprimen importancia en la práctica médica: la observación de los afectos que expresa un paciente ofrece mucha información sobre él, así como sobre el vínculo con el médico complejas reacciones al dolor: implican las áreas del córtex, por las que circulan elementos conscientes e inconscientes de la personalidad córtex parietal: localiza el dolor y a la vez percibe su intensidad, pero el dolor psicógeno tiene un origen distinto y circula por otras vías del SNC umbral para percibir dolor: casi el mismo para la mayoría de las personas, puede aumentarse a través de estados emocionales positivos aumentan el umbral al dolor: relajación, fisioterapia o actividad física, sesión de psicoterapia, meditación, imaginación guiada, sugestión, hipnosis, placebos y analgésicos casi un tercio de las personas con dolores de origen orgánico, reaccionan positivamente a los placebos, al menos transitoriamente

Dolor, angustia, sexualidad, comunicación el dolor es disminuido o aún anulado por la excitación sexual, la excitación violenta en general. Tanto la angustia como el dolor pueden erotizarse algunas personas solo se excitan sexualmente si sienten algo de dolor. En el caso de la perversión sado-masoquista, esto llega a ser un requisito que impide disfrutar de la sexualidad si no hay dolor a menudo, una manifestación de dolor es un mensaje, un intento de comunicar algo que no puede expresarse en palabras en algunos casos, puede tener el significado inconciente de un ataque hostil, en que el campo de batalla es el propio Yo, o el propio cuerpo. Es la forma de manifestación de un conflicto parte de la tarea médica diaria es el diagnóstico acertado del origen de un dolor (lesión orgánica, conflicto psíquico o combinación de ambas), y del “mensaje” que expresa los duelos obstaculizados en su elaboración, pueden manifestarse por medio de dolores y padecimientos físicos, con alteraciones orgánicas o sin ellas cuando se desencadenan enfermedades orgánicas, se ve que mejoran o aún se curan, cuando el duelo avanza en su elaboración

El narcisismo I 1914: Freud habla de ese primer sentimiento de sí que surge en el psiquismo, como una forma de organización, una superación (aunque parcial) del caos inicial el narcisismo, simplificando, puede conceptualizarse como el “amor a sí mismo”, es de aparición muy temprana es el componente libidinal (sexual) de las pulsiones de autoconservación (hambre, sed, etc.), que están ligadas a necesidades orgánicas, y no al deseo de un objeto el deseo se orienta principalmente hacia un objeto, o bien hacia el propio Yo. Desear a un objeto: implica aceptar que el Yo, aún si ocupa el propio centro, admite dejarse desplazar por el amor al objeto. Equivale a un descentramiento del Yo, aunque sea en forma parcial neurosis: resultado de una fijación del desarrollo en una etapa infantil, a veces de una regresión del sujeto a dicho período. Personalidad narcisística: el punto de fijación es una herida muy temprana en el amor propio la herida no suele ser solo con uno de los progenitores, sino con ambos. Hacia quien puede dirigir sus deseos el niño, en ese caso? En el triángulo edípico, solo queda él rasgos de la personalidad narcisística: responde al intento de compensar esa herida, esa carencia dolorosa. A ello deben su egocentrismo, su egoísmo

El narcisismo II las personalidades “narcisistas” siempre “pesan” de algún modo, sobre los demás: imponen modalidades vinculares (las únicas que pueden imponer) del tipo de demandas tiránicas, excesivo control, dominación, etc. hacen sentir su egocentrismo, trasladando, al vínculo con el otro que se sienten heridos, repitiendo en el vínculo esa situación infantil estas personalidades tienen una marcada dificultad, para enfrentar y tolerar los desafíos y fracasos que la propia maduración, y la vida misma, imponen todo aquello que le pone límites al Yo resulta conflictivo, porque es frustrante, o bien, porque representa una amenaza de posibles frustraciones se depende de lo que se desea y/o se ama, sea una persona o cualquier otra cosa. De modo que el amor siempre implica una relación de dependencia, que incluye dichos riesgos (frustración, pérdida, abandono, etc.) en algunos casos, la defensa principal de un sujeto está orientada contra el deseo mismo (para evitar el riesgo de dependencia, entre otros factores): se habla entonces de “narcisismo negativo” cuando hay un rechazo importante a amar (para no depender), y esto se combina además con tendencias autodestructivas, el desarrollo es gravemente patológico. Las adicciones graves son un ejemplo típico

Función sintética del Yo capacidad de autoobservación: permite contrastar la realidad interna con la externa. Sintetizar la propia experiencia para lograr mayor coherencia y cohesión interna. todo ello, en base a la capacidad de elaboración, es decir, a través de un trabajo del pensamiento. Permite un mayor control sobre sí mismo (impulsos y afectos) y sobre la realidad externa el Yo es la sede de la elaboración de duelos, y del atesoramiento de las identificaciones resultantes cuando la elaboración progresa para todos estos procesos, el Yo necesita apoyarse en un sentimiento de confianza en sí mismo, que se origina en sus primeras etapas de la vida lo contrario es falta de confianza en sí mismo. Este sentimiento se asocia con una mayor dificultad en el uso y aprovechamiento de los propios recursos el encuentro con el vacío en la realidad: por espacios vacantes. Según la capacidad de dar contenido a la propia vida, se pueden llenar. O bien por falta de recursos psíquicos, hay vacío emocional y tendencia a la repetición capacidad de tolerancia del Yo: al dolor, a la incertidumbre, a la frustración. Se incrementa si el Yo encuentra apoyo en un vínculo: su modulación es uno de los vectores permanentes del trabajo médico