Lección 10 para el 6 de junio de 2009 EL DISCIPULADO Lección 10 para el 6 de junio de 2009

“Hágase todo decente-mente y con orden” “[Dios] puso en orden el mundo con su saber” Jeremías 10:12 DIOS ES UN DIOS DE ORDEN “Hágase todo decente-mente y con orden” 1 Corintios 14:40

ORDEN EN EL CIELO Los ángeles están divididos en diversos grados de mando que cumplen diversas funciones: Serafines (Isaías 6:2) Querubines (Génesis 3:24) Arcángeles (1 Tesalonicenses 4:16) Ángeles (2 Crónicas 32:21) …

“Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez” Éxodo 18:25 ORDEN EN LA TIERRA

Dios ha establecido un orden según el cual deben existir líderes y servidores; maestros y discípulos.

Un rabino del tiempo de Jesús escogía a sus discípulos de entre los estudiantes más destacados de las escuelas de las sinagogas. De estos discípulos, solo podían seguir con él aquellos que más se destacaban. Los que llegaban definitivamente a formar parte de la “escuela” de este rabino eran solo los más preparados.

Cuando Jesús estuvo en la Tierra tuvo discípulos que le seguían, de entre los cuales escogió a doce que formaron su círculo más íntimo: los apóstoles. Al escoger a sus discípulos y apóstoles, Jesús no tuvo en cuenta su preparación intelectual o sus capacidades, sino lo que llegarían a ser unidos a Él.

Cada uno de nosotros podemos ser discípulos de Jesús.

¿QUÉ PIDE JESÚS DE SUS DISCÍPULOS? Obediencia (Hebreos 5:9) Seguir al Maestro en todo lo que nos mande. Lealtad (Mateo 10:32) Seguir al Maestro en cualquier circunstancia. Seguir al Maestro renunciando a nosotros mismos. Sacrificio (Marcos 8:34)

OBEDIENCIA “[Jesús] vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9) “La obediencia, es decir, el servicio y la lealtad de amor, es la verdadera prueba del discipulado. Siendo así, la Escritura dice: "Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos" "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y no hay verdad en él" (1 Juan 5:3; 2: 4) En vez de que la fe exima al hombre de la obediencia, es la fe, y sólo ella, la que lo hace participante de la gracia de Cristo y lo capacita para obedecerlo” Elena G. de White, El camino a Cristo, p. 60

LEALTAD “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32) “Caminemos las pocas horas de prueba que nos quedan, humildemente, con Dios, y hagamos con lealtad la obra que ha encomendado a nuestras manos” Elena G. de White, Alza tus ojos, 27 de julio)

SACRIFICIO “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8:34) “Seguir a Cristo en la forma como se indica en estas palabras, no es una simulación ni una farsa. Jesús espera que sus discípulos sigan sus pasos, soporten lo que él soportó, sufran lo que él sufrió, venzan como él venció. El está esperando ansiosamente ver a sus seguidores profesos manifestar el espíritu de abnegación y renunciamiento” Elena G. de White, Consejos sobre la salud, p. 512)

LA RECOMPENSA DEL DISCIPULADO “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?” Mateo 19:27

LA RECOMPENSA DEL DISCIPULADO “Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna” Marcos 10:29-30

Somos discípulos de un único Señor al que debemos toda nuestra lealtad. Nuestros sentimientos no pueden estar divididos entre Jesús y el mundo. “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro” (Lucas 16:13)

Jesús es nuestro Señor, Él es el soberano sobre nuestra vida entera, sobre todo lo que pensamos, decimos y hacemos. “Toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” Filipenses 2:11