¿Sabes para quién estás ahorrando?

En 1994, Ernesto Zedillo otorgó a la banca una manera exitosa de recuperarse de la crisis con la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). Con ello, el gobierno federal privatizó los fondos de pensiones y abandonó su obligación constitucional de proveer seguridad social a la clase trabajadora. Este modelo fue tomado de Chile para ser implantado en 1997 en nuestro país, creando así el Sistema de Administradoras de Fondos de Retiro (AFORES).

Las AFORES, son entidades financieras cuya función es manejar mediante el sistema de cuentas individuales, los recursos de las y los trabajadores, mismos que son derivados de aportaciones tripartitas (gobierno, patrón y trabajadores). Al cierre de abril de 2009, las AFORES administraban 39.2 millones de cuentas, con un valor de más de un millón de millones de pesos, de los cuales han obtenido más de 29 mil millones de pesos en utilidades.

Actualmente existen 16 AFORES, siendo Grupo Banamex, Bancomer, ING y Grupo Financiero Banorte las cuatro mayores empresas administradoras de los fondos para el retiro, ya que manejan más del 50 por ciento del mercado de pensiones en México.

Las AFORES cobran las comisiones descontando directamente de las cuentas, sin importar que el cobro se haga a cuentas inactivas (aquellas cuentas que han dejado de recibir aportaciones). Algunos estudios señalan que las pérdidas registradas en todas las cuentas de las AFORES en el 2008, como resultado de su manejo en la bolsa, es de más de 100 mil millones de pesos.

Con el problema del desempleo, agravado por la crisis económica y financiera, se ha provocado la cancelación de más de un millón de cuentas que se han quedado sin fondos, como resultado, principalmente, del poco ahorro y del cobro de comisiones por parte de las AFORES.

En el actual sistema de pensiones, las y los trabajadores no tienen derecho a decidir sobre el tipo de inversión que se haga con sus recursos. Esta situación, aunada a la entrega de estados de cuenta rasurados y la falta de transparencia para conocer el manejo de sus ahorros constituyen una violación de los derechos humanos laborales.

La Comisión Nacional del SAR (CONSAR), organismo gubernamental que, se supone, está encargado de controlar las operaciones de las AFORES no reconoce esa cantidad de 100 mil millones de pesos como pérdida, sino que le llama “minusvalía” y afirma que las inversiones se pueden recuperar en el largo plazo. La única alternativa que ofrece a las y los trabajadores es cambiarse de AFORE, a otra que cobre menos comisión.

Los sistemas públicos de pensiones no deben ser administrados por entidades comerciales, porque su objetivo es el lucro, mientras las pensiones tienen un sustento social y en el caso de México, están previstas en el artículo 123 de la Constitución como un derecho laboral. No se debe olvidar que el dinero que las AFORES invierten no es de las empresas financieras, es de las y los trabajadores, por lo que no tendrían que cobrar un solo centavo si de la inversión que hacen no se obtienen rendimientos.

Ante esta situación, las organizaciones de la sociedad civil decimos : ¡Sí a un nuevo sistema público, transparente y honesto de los fondos de retiro! Exigimos que el Estado retome su responsabilidad de garantizar seguridad social a la clase trabajadora mexicana. ¡No al actual sistema de pensiones de las AFORES !

Llamamos a que en la próxima LXI Legislatura, el tema de las AFORES sea un asunto prioritario en la agenda política del Congreso, ya que afecta a más de 39 millones de trabajadoras y trabajadores y sus familias.

Ingresa a la página en donde podrás colocar tus datos para adherirte a la Campaña y encontrar información sobre el desarrollo de la misma, así como otros documentos de interés relacionados con el tema. Las organizaciones convocantes presentaremos en los próximos meses de 2009 una propuesta clara y concreta a la Cámara de Diputados como alternativa al actual sistema de pensiones PARTICIPA, LA SEGURIDAD SOCIAL ES UN DERECHO, UNA CONQUISTA Y UN ASUNTO DE HOY Y MAÑANA SÚMATE A LA CAMPAÑA POR LA DEFENSA DE LOS FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO