Juan Ruiz Arcipreste de Hita

Datos biográficos: Nació probablemente en Alcalá de Henares, hacia 1283. Debió cursar estudios en Toledo, Hita, Alcalá de Henares o alguna localidad de esta zona. Seguramente fue encarcelado por orden del arzobispo de Toledo Gil de Albornoz en el convento de San Francisco de Guadalajara. Su única obra, el Libro de buen amor, quizá redactada en la cárcel. Se ha estimado que su muerte ocurrió antes de 1351.

El Libro de buen amor 1330 y 1343, también llamado Libro del Arcipreste o Libro de los cantares, es una obra del mester de clerecía del siglo XIV. Es una composición extensa y variada de 1728 estrofas, cuyo hilo conductor es el relato de la autobiografía ficticia del autor Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Personajes principales: don Melón de la Huerta y doña Endrina. En él aparecen representadas a través de sus amantes todas las capas de la sociedad bajomedieval española.

El texto intercala fábulas que constituyen una colección de exempla (función moralizadora o doctrina). Se pueden hallar alegorías, moralidades, sermones. materiales derivados del Ars amandi de Ovidio, también se parodia la liturgia de las horas canónicas o de los cantares de gesta, etc. Emplea el planto (o llanto), también llamado endecha, es un tipo de elegía, como el hecho a la muerte de Trotaconventos, personaje que constituye el precedente más claro de La Celestina.

Tono (serio, festivo, religioso, profano, etc.) El libro se caracteriza por su variedad de: Contenido (ejemplos, narraciones amorosas, elementos didácticos, composiciones líricas, etc.) Métrica (además de la cuaderna vía,  estrofa de 4 versos de 14 sílabas que riman entre sí en consonante y estrofas de dieciséis versos. ) Tono (serio, festivo, religioso, profano, etc.)

Elementos centrales de la obra: La introducción, donde el autor explica el sentido e interpretación del libro. Consta en una a Dios y a la Virgen en que solicita su ayuda, un proemio en prosa) que podría ser paródico y otra oración invocando de nuevo el favor divino para llevar a cabo el libro, para terminar con dos gozos líricos a Santa María. Una autobiografía ficticia del autor, que constituye el hilo conductor de toda la obra. En ella se relatan sus amores con distintas mujeres, todas de diferente origen y condición social: una monja, una mora, una panadera, una mujer de alta posición, varias serranas, etcétera, ayudado por una alcahueta, Urraca, más conocida como la Trotaconventos. Una colección de enxiemplos (fábulas y cuentos), que sirven como enseñanza moral y cierre de los episodios.

La disputa entre el autor y don Amor (un personaje alegórico, que acusa al Amor como responsable de los pecados capitales y el segundo da consideraciones de cómo ha de ser la mujer y el galán. La narración de los amores de don Melón y doña Endrina. El relato alegórico de la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma, que es una parodia de los cantares de gesta medievales. Un comentario al Ars amandi del poeta latino Ovidio. Una serie de composiciones líricas religiosas, casi siempre marianas (Gozos de Santa María). Un conjunto de diversas composiciones líricas profanas: el planto a la muerte de Trotaconventos.

Si tovieres dineros, avrás consolación CRÍTICA SOCIAL Si tovieres dineros, avrás consolación plazer e alegría, e del papa ración; conprarás paraíso, ganaras salvación: do son muchos dineros, es mucha bendiçión. El texto menciona las prácticas de la Iglesia Romana en el siglo XIV, como la posibilidad de compra cargos eclesiásticos, que el poeta comenta en los versos e del papa ración, o la venta del paraíso y la salvación por medio de las indulgencias. Lo que destaca de este texto es la crítica directa hacia el Papa, algo extraño para la época. Si estos son ministros, sónlo de Sátanas, Ca nunca buenas obraste faser les veras. El Arcipreste cuestiona las instituciones de su tiempo.

El agitado momento por el que pasaba la Iglesia Católica con un papa en Roma y otro en Aviñón, las disputas de los obispos como señores feudales, ponían en entredicho la autoridad espiritual del sumo sacerdote. El Arcipreste recoge este descontento y lo traslada a sus versos haciendo una de las primeras críticas al papado dentro de la Península Ibérica.

El Arcipreste de Hita nos deja esta oración final El Arcipreste de Hita nos deja esta oración final. En ella no hay intermediarios, vírgenes o santos, la suplica es sencilla y dirigida directamente a Dios: El que fizo el çielo, la tierra e la mar, El me done su gracia e me quiera alunbrar, Que pueda de cantares un librete rimar, Que los que lo oyeren puedan solar tomar. Tu Señor e Dios mío, el tu açipreste Que pueda fazer libro de buen amor aqueste Que los cuerpos alegre e las almas preste