La música fue, es y será una actividad colectiva en donde se necesita la colaboración de diferentes personas, por eso siempre existirá la necesidad de las personas de asociarse para hacer y disfrutar más y mejor música. Uno de los fenómenos que más ha influido la manera en que se colabora en los últimos diez años es el establecimiento de las nuevas tecnologías que conectan a las personas en todo el mundo. Esto permite algo que nunca había sido posible; la colaboración de miles de personas para crear música mediante la colaboración a distancia.
Es una plataforma hecha para que colaboren músicos de todo el mundo y creen nueva música. El guitarrista de un grupo puede estar en Suecia, el cantante en México, el baterista en China y el bajista en Australia, y a través de esta plataforma todos ellos pueden juntar sus ideas.
El proyecto YouTube Symphony Orchestra (YTSO) conformó una orquesta a partir de audiciones, con el fin de crear la primera orquesta colaborativa en línea. Miles de músicos de todo el mundo audicionaron y los comités selectivos del proyecto seleccionaron a los mejores.
En 2009 y 2011 los músicos seleccionados volaron a Nueva York para tocar en vivo en el Carnegie Hall y en la Casa de Ópera de Sydney, en Australia.
Gracias a la música, cientos de personas de todo el mundo se unieron para conformar esta orquesta, demostrando que la música no tiene fronteras y que sigue siendo un recordatorio de nuestro potencial para colaborar.
La música es un fenómeno colaborativo: que el gozo de interpretarla, crearla o apreciarla aumenta cuando se realiza con otras personas. Desde los inicios de la música se descubrió que cuando se conjuntan diferentes instrumentos o voces el resultado es mucho mejor. En la actualidad existen herramientas tecnológicas que facilitan a músicos que se encuentren en diferentes latitudes participar en proyectos artísticos obteniendo increíbles resultados.