Mundos cercanos
Para las personas reclusas lo más deseado es la libertad, el volver a la sociedad, que está ahí a escasos kilómetros, pero una valla les impide relacionarse con ella. Para muchos ciudadanos la cárcel es otro mundo, también a escasos kilómetros. Tan cerca y tan lejos unos de otros.
¿Es posible el encuentro?
¡ si !
EXPERIENCIA DE UN ENCUENTRO
Nuestra propuesta, más que un grupo de carácter escultórico, es una interpretación de la frase planteada en la convocatoria del concurso. Si hablamos de acercarnos que mejor manera que dedicar un día conocernos, no a nosotros o ellos como individuos, sino a alumnos de una Escuela de Arte y a unos reclusos, hombres y mujeres, que pasan su día en un centro penitenciario. Ellos con la etiqueta de haber cometido un delito y nosotros con la certeza de que nunca estamos libres de cometerlo. En realidad nos fundamentamos la frase hecha: “ponerse en el lugar del otro”.
La propuesta consiste en realizar, los alumnos de la escuela por un lado, y los reclusos por otro, reproducciones de sus caras y hacer una jornada de encuentro en común. Los alumnos intervendríamos en sus rostros y ellos en los nuestros mediante imágenes proyectadas como reflejos de deseos, tópicos, recuerdos… etc.
Fase material del proyecto: Realización de moldes perdidos de las caras de alumnos y reclusos. Realización del positivo con resina de poliuretano rígido. Realización de las imágenes a proyectar en los rostros. Ubicación: El espacio que permita el encuentro físico de ambas partes.