El Perdón Bíblico.

Perdonado y Perdonando.

Somos Embajadores del Perdón. 2Cor. 5:18-20 “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”.

Debemos Perdonar. Luc. 17:3-4 “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”.

Debemos Perdonar. Debemos reprender al hermano que peca (Mt. 18:15). De una manera gentil. Mal: “¡No puedo creer que otra vez gastaste todo nuestro dinero! ¡Es el colmo!”. Recuerda: estamos hablando de pecado, no preferencias.

Debemos Perdonar. El hermano en falta debe arrepentirse y pedir perdón. Confesar su pecado delante de Dios y de la persona a quien ofendió. Tomar responsabilidad por el pecado—sin culpar a otros y sin excusarse. Pedir perdón por su pecado.

Debemos Perdonar. Debemos de perdonar al hermano que se arrepiente. “Te perdono”.

Debemos Entender el Perdón. No es un sentimiento. “Se que debo perdonar a Menganito, pero no lo siento”. Es un mandamiento y una promesa, no un sentimiento. No es olvidar. “No lo puedo perdonar porque nunca podré olvidar lo que hizo”. Es un mandamiento y una promesa.

Debemos Entender el Perdón. Es una promesa. Dios nos puede mandar el perdón porque Él nos perdonó a nosotros (Jer. 31:34). Nos promete: No recordar nuestros pecados. No condenarnos eternamente. No castigarnos por nuestro pecado.

Debemos Entender el Perdón. Jay Adams (De Perdonado a Perdonador) sugiere: No recordar el pecado al ofensor. “¿Te acuerdas cuando me...”. No hablar del pecado a otros. “¿Ya te conté lo que me hizo Menganito?”. No recordármelo a mí mismo. “Siempre es lo mismo con él, como cuando me...”.

Debemos Perdonar Siempre. Debemos perdonar siempre al que dice estar arrepentido (Luc. 17:4). Luc. 17:4 “Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”. Si dice estar arrepentido, perdónalo. ¡Aunque venga siete veces al día! Para algunos venir siete veces es señal de falta de arrepentimiento... ¡pero Jesús manda el perdón aún así!

Debemos Perdonar Siempre. El poner condiciones al perdón no es bíblico. “Sí te perdono... si me demuestras que estás arrepentido”. “No te perdono porque no creo que estés arrepentido”. ¿Pero si la otra persona me está engañando? 1Cor. 13:4 “El amor es sufrido, es benigno...”. 1Cor. 6:7 “Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?”.

Debemos Perdonar Siempre. Debemos perdonar independientemente de si lo sentimos (Luc. 17:7-10). Le pertenecemos a Dios. Somos sus esclavos. La obediencia es lo mínimo que debemos hacer.

Preguntas en Cuanto al Perdón.

¿Debo siempre reprender? No. La Biblia enseña que el amor... Cubre multitud de pecados (1 Pedro 4:8). No guarda rencor (no tiene una cuenta) (1 Cor. 13:5). Algunas veces podemos dejar que el amor cubra la falta. No por miedo/flojera/etc. a reprender. No para evitar perdonar. No para guardar amargura.

¿Cuando debo reprender? Adaptado de La Libertad y el Poder del Perdón, John MacArthur. Cuando el pecado es intencional y no accidental. Cuando el pecado afecta a otros. Cuando la reprensión será de beneficio al hermano. Cuando el ofensor busca ocultar su pecado.

¿Cómo debo reprender? Mat. 7:3-5 “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Examínate a ti mismo al reprender.

¿Cómo debo reprender? Gál. 6:1 “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”. Meta: restauración, no condenación legalista. Espíritu: de mansedumbre.

¿Puedo reprender a alguien mayor? 1Tim. 5:1-2 “No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza”. La exhortación debe ser con cuidado, honor, respeto, etc. Debe haber pureza.

Conclusión. Si he sido perdonado, debo perdonar. Debo exhortar al que peca contra mí. Debo perdonar al hermano que se arrepiente.