3.0.0. Desafíos actuales a la fe religiosa 3.1.0.Características de la cultura contemporánea 3.2.0. La increencia. 3.3.0.Desafíos y retos para la fe cristiana

3.1.0.Características de la cultura contemporánea El espíritu científico, fruto de las grandes conquistas de las ciencias y del saber humano. De ella arrancan avances técnicos y tecnológicos que repercuten en nuestro modo de vivir y determina la comprensión que el hombre hace de sí mismo. Los bienes que la ciencia y la técnica han aportado influyen en la persona y la sociedad por ello el hombre: puede embriagarse de sus conquistas, puede absolutizar la ciencia y la técnica excluyendo la fe, creando antagonismo entre ciencia y fe y viviendo en permanente dualismo.

3.1.0.Características de la cultura contemporánea Los avances de la ciencia y de la técnica han traído al mundo occidental una expansión económica y esto ha generado un espíritu de consumo. Esto procura exceso de bienes y crea falsas necesidades haciéndose un fin en si misma, lo superfluo se convierte en necesario. El consumismo nos conduce al materialismo, y al hedonismo y a la pérdida del sentido de la trascendencia. Esto nos lleva a vivir como si Dios no existiera.

3.1.0.Características de la cultura contemporánea La libertad es una cualidad inalienable de la persona. La libertad es condición necesaria de toda persona o grupo social desarrolle su proyecto. La libertad es condición necesaria para nuestro ser personal y se la debe conquistar. Po ello es don y tarea y unida al bienestar material nos puede llevar al individualismo o al espontaneismo por ello la libertad, así realizada es incompatible con la existencia de Dios “El rechazo a Dios como condición indispensable para conseguir la liberación, el progreso y la felicidad” (cvp, 20)

3.1.0.Características de la cultura contemporánea En una sociedad sacral, todo gira entrono a la fe, a la iglesia. El centro de la vida personal y social es la religión. Al romperse esta visión nace otros modos de concebir la vida así surge el pluralismo. Este cambio profundo no es malo en si mismo, pero afecta a la vida cristiana: tiende a privatizar la vida religiosa, a hacerla irrelevante y a negarle toda proyección pública.

3.1.0.Características de la cultura contemporánea El pluralismo al relativizar los modos de pensar, acaba poniendo en duda la ideologías, caen también los valores. Por consecuencia el hombre experimenta un vacio de sentido y una sensación de desamparo. Luego cada uno tiende a construir su propia visión de mundo y su propio código ético y moral como resultado una conciencia moral fragmentada e individualista; negando la ética universal.

3.2.0. La increencia Quiere decir que el ambiente en el que vivimos esta determinado por la falta de religiosidad. La increencia parece constituir la regla de la que los escasos creyentes constituyen una excepción. El hombre está emergiendo a la existencia en una actitud de increencia. Ya no busca el sentido de la vida desde lo trascendente. El hombre normal es el que resuelve los problemas de la vida, sin acudir a lo transcendente, y puede encontrar el sentido de lo bueno y de lo malo por si mismo.

3.2.0. La increencia Hoy hablamos de una cultura de la increencia el creyente aparece como insensato. L a cultura que se difunde en esta sociedad es increyente, aunque los hombres se declaren así mismos como creyentes. El análisis sociológico de la realidad y del ser humano nos da una visión de vida con una orientación no creyente. Hay quienes eligen el contenido de sus creencias según sus preferencias, seleccionan lo que les parece y viven un credo confeccionado a su medida. Se da una desvinculación de la religión como crítica de las instituciones.

3.2.0. La increencia La increencia a perdido el carácter de peligrosa para el hombre con que la han venido señalando siglos de cultura fundada en la religión. Incluso se la ha afirmado como la defensora de lo humano. Cada vez son más frecuentes los intentos de constituir el humanismo desde el agnosticismo y desde la increencia. Hoy nos preguntamos ¿qué aporta la experiencia religiosa a la construcción del mundo y a la realización del hombre?. La religiosidad ofrecía un sentido último, hoy es un fenómeno desfasado que se proyecta menos interesante y relevante- La religión es considera como residuo de un miedo infantil, de la ignorancia o de una culpabilidad mal asimilada, como consuelo ante las injusticias sociales.

3.2.0. La increencia La religión hoy se presenta como una especie de hobby. Ha dejado de ser la base de la sociedad y ha pasado a ser una estructura subjetiva de comprensión del mundo. Los hombres contemporáneos tiene una actitud vital de desinterés por lo profundo. El hombre contemporáneo tiene un fuerte deseo de gozo en la existencia y es incapaz de dialogar con lo trascendente. El hombre es la respuesta de lo inmediato, es el hombre que se va haciendo sin referencia a lo trascendente

3.3.0. Desafíos y retos para la fe cristiana “La ruptura entre evangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo” (EN.20) afecta al sentido de Dios y al sentido del hombre. El primer reto a la fe cristiana es que a Dios ya no resulta fácil de encontrar a causa de la mentalidad científico técnica. Dios es misterio y por ello es ignorado haciéndose innecesario y hasta superfluo. La increencia afecta a muchas personas, incluso bautizados para quienes la práctica religiosa ha perdido significación vital. Las formas de vida ayudan a la pérdida sobre el sentido último de la vida y la religión no les ayuda a responder sus interrogantes. El hombre pierde sus convicciones sobre su ser y realidad al tener la ausencia de Dios en su vida se pierde.

3.3.0. Desafíos y retos para la fe cristiana La nueva cultura “posmodernismo” ha provocado una gran sensibilidad por la dignidad de la persona y su libertad, y un resurgir de lo sagrado. Junto a esta sensibilidad existe una solicitud de valores religiosos que den sentido a la vida. Anhelan respuestas válidas a la sed de infinito que no se domina ni se apaga fácilmente. Existe una vuelta a lo sagrado: un anhelo a lo trascendente que no siempre tiene formas auténticas llegando incluso a una religión sin Dios

3.3.0. Desafíos y retos para la fe cristiana Al leer los signos de los tiempos, encontramos una división profundas que anida y atenaza el corazón del hombre moderno. Se refleja una lucha dramática entre el bien y el mal en cada persona “lo que realizo, no lo entiendo, pues lo que yo quiero, eso no lo hago y, en cambio, lo que detesto es lo que hago” (Rom.7,14) Sin embargo a los ojos de la fe el mundo aparece “fundado y conservado por el amor del creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, liberado por Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del maligno, para que se transforme según el designio divino y llegue a su consumación.” (GS,2).