Desde romanticismo hasta naturalismo Fortunata y Jacinta Desde romanticismo hasta naturalismo

Cada etapa que surge en el estudio de la literatura muestra una ruptura tajante con su predecesora. Mientras se genera ese cambio, ambas etapas conviven. Todas las novelas tienen rasgos de distintas etapas.

Romanticismo El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración. Favorecía, ante todo, la conciencia del Yo como entidad autónoma y dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento. Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto

Realismo El realismo se conformó después del romanticismo y se diferencia por la búsqueda del lado objetivo del ser humano y de sus pasiones. Otras características de la novela realista son mostrar la obra lo más apegada a la realidad, hacer una denuncia ante la sociedad y la clase media toma el papel de protagonista.

Naturalismo Lleva al extremo las características del realismo. Se pretende a la novela como un laboratorio. Los escritores experimentan diversas realidades y nos muestran un posible resultado. Generalmente, la clase social descrita es la baja.

Benito Pérez Galdós

Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. Los primeros pasos literarios encuentran acogida en el periódico El Ómnibus, con crónicas de la actualidad insular teñidas de ironía y sentido del humor. Paralelamente a los estudios frecuenta el Ateneo y otras tertulias de intelectuales y artistas. A través de ellas y de sus paseos por la ciudad va conociendo la vida de Madrid y es testigo de acontecimientos políticos e históricos del momento. A los diecinueve años se traslada a Madrid. Allí conoció a don Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le alentó a escribir y le orientó hacia el krausismo. Viaja por Europa. El conocimiento y contraste de la realidad española con la de otros países europeos estimula su preocupación por la modernización de España lo que se reflejará tanto en la producción literaria de estos años como en su interés por la política. Se integra en el Partido Progresista de Sagasta.

Pasa largas temporadas en “San Quintín”, su residencia de Santander, inaugurada en 1893. La Real Academia reconoce sus méritos y lo designa para ocupar el sillón “N” en el año 1897. En 1910 es elegido Diputado a Cortes por Madrid por la Conjunción Republicano Socialista. Pocos años más tarde se propone su candidatura para el Premio Nobel. Junto con Miguel de Unamuno y Mariano de Cavia recibe un homenaje de desagravio por los ataques de la censura. En 1914 es elegido Diputado a Cortes por Las Palmas, presentándose para el cargo ante la insistencia de sus paisanos. Vive cada vez más retirado. Sus problemas de visión se agudizan hasta quedar completamente ciego. Muere en Madrid, el 4 de enero de 1920.

Su obra Galdós incorpora desde una etapa ya temprana la realidad objetiva del mundo exterior y recurre a las técnicas de la documentación de los personajes y de la descripción detallada de ambientes y escenarios. Podemos hablar, además, de una unión en su obra y en su estilo de características y tendencias que van desde el realismo de algunas novelas del Siglo de Oro hasta la influencia de los escritores rusos y franceses del siglo XIX y una preocupación por las corrientes religiosas y místicas presentes en toda la literatura española. Su conciencia artística, su deseo de verosimilitud y su perfecto manejo de las técnicas narrativas hacen que su novelística sea un continuo y fiel reflejo de la sociedad española de los siglos XIX y XX.

Fortunata y Jacinta Publicada en 1886 - 1887 Según la opinión mayoritaria de la crítica literaria, es la mejor novela del autor. El eje argumental es el enamoramiento de dos mujeres de diferentes clases sociales de un mismo hombre: Juan Santa Cruz, prototipo del hijo de familia acomodada. Jacinta, mujer de alta condición social, estéril, acaba casándose con Santa Cruz y adoptando al hijo que su marido ha tenido con Fortunata, de baja condición.

El argumento es sencillo, sin embargo, presenta cuadros muy complejos El argumento es sencillo, sin embargo, presenta cuadros muy complejos. El título de la novela predispone cierta independencia a las historias. Por eso a lo largo de la novela, sobre todo en los primeras dos partes, se describen parejas de personajes. El influjo del romanticismo en estos caracteres, plantea una lucha constante. Algunos piensan románticamente, pero lo materializan de forma realista, convirtiéndolos en individualistas:

Fortunata sigue su pasión a pesar de su recién casamiento Fortunata sigue su pasión a pesar de su recién casamiento. Conoce a Juanito y se entrega en cuerpo y alma, aunque con sus propias convicciones sociales, justificándolo con base en el amor:

Por otra parte, el autor utiliza la voz de los personajes para hablar de la época en la que vive. Se aprecia la novela como un espejo de la realidad, totalmente, verosímil al referir algunas guerras, la monarquía, la revolución, el desarrollo comercial de Madrid, donde Galdós enumera despacio y con evidente placer las transformaciones de las telas, los diseños y la moda en el negocio de paños desde que los productos nacionales dan paso a las importaciones orientales:

Todas las pasiones y el desprendimiento de la realidad en los personajes son rasgos propios del romanticismo, pero en el caso de Fortunata y Jacinata, siempre se llega la realidad.

Es una novela realista porque nos pone ante la incertidumbre de la vida. No sabemos qué es lo correcto. Muchas veces la sociedad nos recrimina cosas que para nosotros no están mal. Entonces nos debatimos entre nuestra vida privada y la pública. Ese constante pensamiento en el ser humano, Benito Pérez Galdós lo trata de una manera majestuosa. El autor nos describe realidades desde diferentes puntos de vista, preguntándonos por una ‘realidad objetiva’.

En este sentido se puede decir que Fortunata y Jacinta es un anticipo al naturalismo, ya que juega con las posibilidades y utiliza la novela como un laboratorio para explicar la incomprensibilidad del mundo.