LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA: evolución histórica

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Transcripción de la presentación:

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE ESPAÑA: evolución histórica

Hispania romana El año 197 a. C. Roma dividió a Hispania en dos provincias: la Citerior (la única realmente dominada: Cataluña, valle del Ebro y Levante) y la Ulterior (el resto). Hacia 304 , durante el imperio de Diocleciano, la llamada Diócesis Hispaniarum se dividió en Gallaecia, Tarraconensis, Cartaginensis, Lusitania, Bética y Mauritania Tingitana. Más tarde añadió la Baleárica. Todas dependían de la prefectura de las Galias, a cuya autoridad obedecía el vicarius Hispaniarum, que residía en Emérita Augusta. Esta división territorial permanecería hasta el final del reino visigodo, aunque la capital se desplazó inicialmente a Tolosa de Francia (Toulouse) y después a Toledo.

EDAD MEDIA La división de Al Andalus en coras y más tarde en taifas no influyó en la actual división territorial. Los reinos cristianos formados en la Reconquista son la base de la España actual. Entre ellos no existió una estructura jurídica común, incluso dentro de cada reino algunos territorios mantenían su propio fuero. A finales del siglo XV, la península e islas que hoy forman España estaba dividida en cuatro reinos: Castilla, con el señorío de Vizcaya, Navarra, Aragón (integrado por los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y el principado de Cataluña) y Granada.

REYES CATÓLICOS Y AUSTRIAS Con los Reyes Católicos la España de los cuatro reinos quedó reducida, ya que Granada desapareció. Canarias y Navarra (con condición de reino) se integraron en la Corona de Castilla. Los Reyes Católicos lograron la unión dinástica de los diversos reinos, pero no la unidad territorial, ya que cada reino mantuvo su propia estructura jurídica. Los RRCC usaron un título múltiple que comprendía los diversos reinos y señoríos. La Casa de Austria mantuvo la misma estructura territorial, pero se producían dos tendencias. Mientras que la Corona de Castilla caminaba hacia un Estado centralizado, unitario y autoritario (con la salvedad de Navarra y las provincias vascas), Aragón mantenía su estructura casi federal. Hacia finales del siglo XVI, y después de numerosos ensayos, la Corona de Castilla quedó dividida en 18 circunscripciones territoriales coincidentes con el de las ciudades que tenían el derecho de voto en Cortes, y en el siglo XVII pasaron a ser 21.

SIGLO XVII LOS BORBONES Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta en virtud de los cuales los cuatro reinos de la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares) se convirtieron en provincias con voto en Cortes. Poco después se concedió el mismo derecho a Ciudad Real (provincia de La Mancha), Canarias y Navarra. El número de provincias era ya de 28. En el Nomenclátor de Floridablanca (1789) las provincias ascienden a 38, por la inclusión de las tres Provincias vascongadas, el haber sido aumentado a siete la antes provincia única de Galicia (La Coruña, Betanzos, Mondoñedo, Lugo, Santiago, Tuy y Orense) y la creación de la de Nuevas Poblaciones de Sierra Morena (capital, La Carolina). Poco después desaparece esta última y se crea la de Asturias.

LA DIVISIÓN PROVINCIAL DE JAVIER DE BURGOS El gobierno liberal en 1822 dividió España en 14 circunscripciones que englobaban a 52 provincias. La intención era delimitar territorios jurídicamente afines que llevaran el nombre de la capital. Esta división se corresponde en mucho con la actual, a excepción de las provincias de Calatayud, Játiva, Villafranca del Bierzo, la uniprovincialidad de Canarias y la capitalidad de Chinchilla sobre Albacete y la de Vigo en relación a Pontevedra. La actual división provincial de España fue obra de Javier de Burgos, ministro de Fomento de la regente Mª Cristina que por Real Decreto en el año 1833 estableció la división de España en 49 provincias (eliminando Calatayud, Játiva y el Bierzo). Con posterioridad a 1833 se introdujeron algunos retoques: 1) la Rioja Alavesa se integra en la provincia de Logroño para segregarse poco después 2) Tolosa fue la capital de Guipúzcoa hasta 1854 3) En 1847, Villarrobledo se incorporó a la provincia de Albacete de modo definitivo; 4) en 1851, Requena, Utiel y algunas pequeñas poblaciones de Cuenca pasaron definitivamente a la de Valencia 5) En 1927 la provincia de Canarias se desdobló en las de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria, con lo que el número total de provincias pasó a ser de 50.

Tradicionalmente, cada región era homogénea en sistemas productivos y en su estructura social, tenía sus costumbres, una jurisdicción propia y organizaciones de poder que tendían a la autonomía. El Estado centralizador las fragmentó en unidades espaciales menores llamadas provincias. En consecuencia, eran provincias carentes de personalidad específica, delimitadas con un criterio regional y administrativo.

LA PROPUESTA DE LUCAS MALLADA La propuesta de 1881 suponía distribuir la extensión en relación al número de habitantes y por ello planteó reducir las tres provincias vascas a una sola, con capital en Álava; la fusión de Tarragona y Castellón, con capital en Tortosa; la supresión de Logroño, etc. Las cuarenta provincias resultantes las agrupó en seis distritos para organizar los estudios universitarios o las plazas militares. A pesar de la división provincial, el sentimiento de pertenencia regional pervivió entre la población de muchas regiones. A su vez, las provincias se organizaron en 8.126 municipios para toda España, con claras influencias de los procesos medievales de la Reconquista. Es a finales del siglo XIX cuando aparece el término de región para designar las divisiones del Estado Español.

LA REQIONALIZACIÓN SOCIOECONÓMICA HASTA 1977 Desde el punto do vista administrativo la provincia era algo pequeña. Era necesario contar con una unidad mayor en tamaño y en capacidad de decisiones políticas y administrativas, se necesitaba la Región. Unos proyectos tienden a delimitar regiones homogéneas, mientras que otros buscan la determinación de regiones de organización geoeconómica. La constitución de la Segunda República permitía la regionalización política de España y la posibilidad de que las regiones consiguiesen una amplia autonomía mediante la aprobación de sus respectivos estatutos. Hasta la Guerra Civil (1936-1939) sólo tres regiones habían optado por esta vía: Cataluña, el País Vasco y Galicia. El franquismo (1940-1975) propugnó en todo momento un Estado unitario, aunque las regiones históricas pervivieron en el pueblo y en los libros de texto pero sin ninguna realidad práctica y política. Fue en esta etapa cuando se hicieron un mayor número de proyectos de regionalización con fines técnicos y económicos.

LA NUEVA DIVISIÓN TERRITORIAL. LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS Génesis La Constitución española de 1978 establece una organización territorial fundamentada en la división en Comunidades Autónomas. Por igualdad y generalidad, todas las regiones han podido llegar a constituirse en Comunidades Autónomas. Durante el período preautonómico, todos los partidos políticos consideraron en sus programas el autonomismo regional, aunque la Constitución favorecía el proceso a las de tradición autonómica (Cataluña, País Vasco y Galicia). Para comprender la formación del resto de las Comunidades Autónomas hay que tener en cuenta que el Gobierno central estableció el alcance espacial de los diferentes Entes Preautonómicos, aunque dejando cierta iniciativa a los poderes provinciales para integrarse o segregarse de una Comunidad Autónoma. La creación de cada Comunidad Autónoma culminó con la aprobación por las Cortes de una Ley orgánica que reglamentaba su Estatuto de Autonomía.

Atendiendo a factores históricos, culturales, políticos y geográficos, la clasificación de las regiones reflejada en el mapa autonómico es la siguiente: Regiones históricas de gran tradición: Cataluña, País Vasco, Galicia y Navarra Regiones históricas de reciente sentir autonómico: Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Asturias y Comunidad Valenciana Regiones históricas de reciente conciencia regional: Castilla-León y Extremadura Regiones históricas modificadas por factores geográficos y políticos: Castilla La Mancha, Madrid, La Rioja, Cantabria, Murcia y las ciudades de Ceuta y Melilla