JESÚS, EL CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA Lección 1 para el 5 de enero de 2013

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmo 19:1) El testimonio que la propia creación da de su Creador es tan impresionante que nadie tiene excusa para negar la existencia de Dios (Romanos 1:19-20)

Toda materia está construida por átomos. Estos átomos contienen partículas con cargas que se atraen y repelen mutuamente, en un equilibrio perfecto. ¿De qué forma dan testimonio de Dios las cosas creadas? Este equilibrio debe mantenerse cuando se unen los distintos átomos al formar moléculas. Cualquier desequilibrio ocasionaría caos y no vida. No es posible que, por azar, se pueda llegar a crear este mundo, y menos aún todo el universo. Podemos apreciar la sabiduría de Dios en todo aquello que nos rodea. Este equilibrio debe mantenerse cuando se unen los distintos átomos al formar moléculas. Cualquier desequilibrio ocasionaría caos y no vida. No es posible que, por azar, se pueda llegar a crear este mundo, y menos aún todo el universo. Podemos apreciar la sabiduría de Dios en todo aquello que nos rodea. El diseño magistral de la materia que nos rodea nos habla de un diseño inteligente, con un propósito definido.

La vida sobre la Tierra sería imposible si no se dieran unas circunstancias concretas en nuestro planeta. ¿Cómo podemos ver en ellas la mano inteligente de Dios? La distancia del sol: km nos separan de nuestro sol. Una distancia inferior nos quemaría, una distancia superior nos congelaría. La velocidad de rotación: 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Esto nos proporciona el medio idóneo para dosificar los periodos de trabajo y de descanso. La composición atmosférica: La cantidad de oxígeno existente es posible gracias a que las plantas convierten el dióxido de carbono en oxígeno, el cual es respirable por las demás formas de vida.

“El mundo material se halla bajo el control divino. Toda la naturaleza obedece las leyes que la gobiernan. Todas las cosas hablan acerca de la voluntad del Creador y la practican. La nubes, la lluvia, el rocío, la luz del sol, los chubascos, el viento, la tormenta, todos están bajo la supervisión de Dios y le rinden obediencia implícita a Aquel para quien trabajan. La plantita diminuta sale de la tierra, primero como hierba, luego espiga, y después el grano lleno en la espiga. El Señor los usa como sus siervos obedientes, para hacer su voluntad. Primero se ve el fruto en el capullo, que contiene a la futura pera, durazno, o manzana, y el Señor los desarrolla en el momento adecuado, porque ellos no se resisten a su obra. No se oponen al orden de sus disposiciones. Sus obras, tales como se ven en el mundo natural, no se comprenden ni se valoran, ni siquiera en un cincuenta por ciento. Estos predicadores silenciosos enseñarán sus lecciones a los seres humanos, si tan sólo quieren ser oidores atentos” E.G.W. (Exaltad a Jesús, 21 de febrero)

No sabemos cuándo fue “el principio” (Génesis 1:1), pero sabemos que Dios no partió de algo que ya existía para crear el universo que conocemos hoy. “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:3) “En la formación de nuestro mundo, Dios no dependió de ninguna materia o sustancia preexistente. “Lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. Hebreos 11:3. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, aparecieron delante del Señor Jehová a su voz, y fueron creadas por su propio propósito. Los cielos y toda la hueste de ellos, la tierra y todas las cosas que hay en ella, son no solamente la obra de sus manos, sino que vinieron a la existencia por el aliento de su boca” E.G.W. (Mensajes selectos, t. 3, cp. 38, pg. 357) ¿Cuándo creó Dios el universo y qué materiales empleó para su creación?

“El es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia” (Jeremías 51:15) “Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió” (Salmo 33:9) Si Dios no usó materia pre existente para crear, ¿cómo creó? El poder, la sabiduría y la inteligencia divina se concentraron en su voz. Por su Palabra, todo lo que conocemos vino a la existencia. La palabra creadora de Dios no está limitada por las “leyes” de la ciencia. Dios es soberano sobre toda su Creación y está libre para realizar su voluntad. “En la palabra de Dios está la energía creadora que llamó los mundos a la existencia. Esta palabra imparte poder; engendra vida. Cada orden es una promesa; aceptada por la voluntad, recibida en el alma, trae consigo la vida del Ser infinito. Transforma la naturaleza y vuelve a crear el alma a imagen de Dios” E.G.W. (La educación (ed. 98), “La cultura mental y espiritual”, p. 126)

En Génesis 1:1-2, se nos dice que Dios creó y que el Espíritu de Dios estaba presente. ¿Quién más participó en la Creación? “Todas las cosas por él [el Verbo] fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3) “Porque en él [Jesucristo] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16) “en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:2) Jesús, la Palabra de Dios que creó el universo, es el Verbo encarnado. El que no fue creado, llegó a ser el primogénito –el más importante– de toda la Creación (Colosenses 1:15). El Creador se hizo criatura para morir por nosotros y darnos vida eterna.

¿Cómo podemos ver en los siguientes ejemplos de la vida de Jesús su poder creador? LAS BODAS DE CANÁ (Juan 2:1-11) ¿Qué reacciones químicas se necesitan para convertir agua en vino? Ningún científico es capaz de hacerlo. Pero nuestro Creador ni siquiera necesitó tocar el agua para transformarla.

LA ALIMENTACIÓN DE LOS CINCO MIL (Juan 6:1-13) ¿De dónde salió la materia necesaria para crear pan y pescado para alimentar a toda esa multitud? Según las leyes naturales que conocemos, se hubiese necesitado una gran cantidad de energía para hacer esto (cosa que nosotros no podemos hacer) A Jesús le bastó con ordenar que fuese hecho. ¿Cómo podemos ver en los siguientes ejemplos de la vida de Jesús su poder creador?

LA SANACIÓN DEL CIEGO (Juan 9:1-34) ¿Qué cambios ocurrieron al ciego cuando fue sanado? Cualesquiera fueran los detalles de la ceguera del hombre, las palabras de Jesús hicieron que se generaran moléculas en los lugares apropiados, receptores funcionales, conexiones neuronales y células cerebrales, de tal modo que la luz que entrara en el ojo formara una imagen, y el hombre tuviera la capacidad de reconocer imágenes que nunca antes había visto. ¿Cómo podemos ver en los siguientes ejemplos de la vida de Jesús su poder creador?

ANDAR SOBRE EL MAR (Mateo 14:22-33) ¿Puede una persona permanecer sobre el agua por sí misma sin hundirse? Hay animales que pueden correr sobre el agua o flotar en ella usando la tensión superficial. Pero una persona es demasiado pesada para ello. Jesús no solo permaneció de pie sobre el mar, sino que ayudó a Pedro a levantarse y andar junto a Él. ¿Cómo podemos ver en los siguientes ejemplos de la vida de Jesús su poder creador?

LA RESURRECCIÓN (Juan 11:38-44) ¿Puede alguien dar vida a lo que ha muerto? En el cuerpo descompuesto de Lázaro, las células muertas fueron sustituidas por células vivas, los órganos estropeados fueron reparados. Piensa en cómo una persona que murió hace más de años será resucitada por la voz de Jesús. ¿Dónde están sus huesos o sus moléculas para ser reorganizadas de nuevo? Solo el Creador puede crear vida de nuevo. ¿Cómo podemos ver en los siguientes ejemplos de la vida de Jesús su poder creador?

“Las mismas grandes leyes que guían igualmente a la estrella y al átomo, rigen la vida humana. Las leyes que gobiernan la acción del corazón para regular la salida de la corriente de vida al cuerpo, son las leyes de la poderosa Inteligencia que tiene la jurisdicción del alma. De esa Inteligencia procede toda la vida. Únicamente en armonía con ella se puede hallar su verdadera esfera de acción. La condición para todos los objetos de su creación, es la misma: una vida sostenida por la vida que se recibe de Dios, una vida que esté en armonía con la voluntad del Creador. Transgredir su ley, física, mental, o moral, significa perder la armonía con el universo, introducir discordia, anarquía y ruina” E.G.W. (Exaltad a Jesús, 23 de febrero)