E MOTIVIDAD Y ADICCIONES, SU REPERCUSIÓN EN EL ÁMBITO ESCOLAR Yanina Godínez Zamora Guillermo López Guevara Ximena Oróztico Cerón Giselle Montiel Vela
I NTRODUCCIÓN Las adicciones son un fenómeno devastador en las sociedades modernas y tienen cada vez mayor influencia en la población adolescente, el consumo de drogas en las escuelas está asociado a factores de riesgo como: Querer aumentar la autoestima, aumentar la capacidad de empatía, desarrollar habilidades para tomar decisiones, etc.
El consumo de drogas y la adicción hacia estas, tiene graves consecuencias que se presentan en diferentes ámbitos, de los cuales el ámbito escolar es uno de los más importantes.
Estos problemas son frecuentes de maestros y conductores de escuelas, sin embargo, las intervenciones dirigidas a lidiar con estos problemas son escasos.
Los profesores tendrían que capacitarse en el tema y podrían entablar una comunicación con los jóvenes, así mismo contar con el apoyo y colaboración de los padres e incluso tener a la mano direcciones de ayuda profesionalizada, etc.
C AMBIOS Notable caída en el rendimiento escolar o abandono de los estudios, pérdida de interés en las actividades favoritas, tales como deportes y hobbies, aumento de conflictos y peleas, ojos enrojecidos, insomnio, tos crónica, dificultad para coordinar movimiento, cambios de ánimo repentinos, irritabilidad, entre otros.
Todo recurso de intervención en la problemática de las drogas en el ámbito escolar siempre debe estar relacionado con el programa de educación preventivo de manera continua y firme.
Los programas eficaces requieren refuerzos sostenidos a mediano y a largo plazo para el bien de los estudiantes.
Algo aconsejable es motivar al individuo, hablar con los padres y tratar de contar con su apoyo y su colaboración.
Enseñarles a los padres de familia, a los alumnos y profesores los efectos de las drogas a corto y largo plazo, utilizando métodos interactivos sencillos, respetuosos y sin dramatizar.
Informarles sobre lo que establecen las leyes y las consecuencias de violarlas, haciéndolo con objetividad y sin excesos. No hay que atemorizarlos si no que, por el contrario, comprendan el valor de la tranquilidad y la armonía de vivir sin riesgos en sociedad.
C ONCLUSIÓN La escuelas deben estar bien informadas acerca de los problemas que pueden surgir en las aulas de clase teniendo un adicto como alumno.