Esencias antiguas en vasijas de barro (5)

Los Padres Apologistas clip

de la Iglesia defensores hombres santos fueron Apologistas de la fe de la Iglesia defensores hombres santos fueron aquellos que están situados en los tiempos más cercanos del cristianismo al comienzo.   De los apóstoles en la mano de la fe la antorcha tomaron la que más tarde pasaron a los famosos, santos, y de la Iglesia Padres preclaros como pensadores y escritores.

Del siglo segundo al quinto, santos Padres escritores en la Iglesia no faltaron con su pluma y sus escritos, los errores combatieron.   Un doble peligro había, uno, del evangelio el rechazo por parte de magistrados judíos, y el otro, las persecuciones por parte de autoridades civil y militar a porfía.

De ateísmo a los cristianos continuamente acusaron, también de ser enemigos de todo el género humano.   Mas con el ejemplo claro de su vida y su grandeza el evangelio al mundo propagaron en apologías densas que a los emperadores admiraban ante quienes a espuertas llegaban calumnias y acusaciones.

En defensa de la Iglesia por sus nombres sobresalen san Justino, Atenágoras y Teófilo entre otros.  Porque muy pronto, enseguida, en el seno de la Iglesia nacieron las herejías. Gnosticismo y montanismo herían al cristianismo. El primero, partidario de un cristianismo adaptado al ambiente cultural pagano. El segundo, el montanismo, al contrario, la renuncia total al mundo y a los goces de la vida predicaba.

La corriente gnosticista, y sus muchas ramificaciones, raíces previas, anteriores al cristianismo, traía.  Queriendo explicar la fe y adaptarla a la cultura según la moda del tiempo, de las viejas religiones ritos y mitos tomaron, mas la Iglesia no es oriental, tampoco occidental, que es universal.

Textos sagrados mutilan con arbitrariedad muy notoria y hasta revelaciones nuevas inventan, todo en contra de la jerarquía que tuvo que sancionar tanto exceso, y herejía.  Eso en cuanto al gnosticismo, que según dice la historia, ha estado siempre presente de forma más o menos notoria.

Referente al montanismo tan opuesto al gnosticismo y por razones bien que contrarias, ambos sin embargo incurren en ir contra los obispos, la Jerarquía y el Papa.   Siempre en plan rigorista el pecado castigaban y al pobre pecador miraban como si fuera un extraño en el seno mismo de la Iglesia.

Con el montanismo peligraba la misión salvadora de la Iglesia, y el gnosticismo atacaba su carácter espiritual y religioso, lo cual no deja de ser peligroso.   Estando así las cosas el Espíritu Santo suscita hombres de inteligencia preclara que la Escritura sagrada estudiaron y la doctrina cristiana. Desde este modo, y con premura el teológico asunto se encauza.

Entre los Padres apologistas san Irineo destaca que aunque fue obispo de Lyon en Asia Menor nació. Educado por el gran san Policarpo discípulo que fue de san Juan Evangelista en su persona reúne la sagrada tradición del Oriente y Occidente.   Tratándose del Oriente tenemos al bueno de san Clemente el llamado alejandrino, y al incansable Orígenes y al santo y taumaturgo Gregorio.

Y si a Occidente pasamos a san Hipólito encontramos, y al abogado Minucio Félix, romano.   Y en la que fuera Cartago, a Tertuliano, Lactancio, y al bueno de san Cipriano. Juan Manuel del Río