Había una vez dos hermanos que se fueron de camping con sus padres. Ángel era el hermano mayor porque tenía 12 años, medía metro y medio y era uno de los mejores en salto de longitud. Era rubio, tenía el pelo largo y los ojos marrones.
La hermana menor se llamaba Sara, tenía 9 años, era morena y llevaba una cola de caballo en el pelo. Era alta, flaca y medía metro y medio como su hermano. La hermana menor se llamaba Sara, tenía 9 años, era morena y llevaba una cola de caballo en el pelo. Era alta, flaca y medía metro y medio como su hermano.
Un día los dos hermanos se perdieron en el bosque. Descansaron un rato y al levantarse se dieron cuenta de que había una gran roca con forma de puerta, que brillaba.
SSSSe levantaron y se dirigieron hacía ella. La luz brillaba cada vez más. La tocaron y una fuerza extraña les arrastró hacía el interior. A A A Al cabo de un rato se despertaron en una cueva alrededor de una hoguera. Salieron de la cueva y fueron atacados por unos hombres que parecían monos, que venían de cazar con sus armas.
Les llevaron al interior de la cueva y allí les ataron a un palo. Observaron las pinturas rupestres que había en las paredes y las figuras hechas de arcilla. Se dieron cuenta de que estaban en la Edad de Piedra, en la etapa del Paleolítico.
Ángel observó que las herramientas que empleaban estaban hechas con piedras talladas. También vio que las mujeres se encargaban de la recolección y cuidado de la prole, como lo había estudiado en C. del Medio.
Sara encontró una piedra afilada con la que cortar la cuerda y escaparse, la cortaron y se dirigieron hacia la salida de la cueva sigilosamente. Salieron y se encontraron con un prehistórico que les dijo por donde tenían que ir.
Siguieron el camino que les indicó, anduvieron dos días sin parar y encontraron la misma piedra que les había llevado hasta la Edad de Piedra, que aun estaba brillando. La tocaron y la misma fuerza les arrastró hacía dentro.
Al cabo de un rato se despertaron al lado de sus padres. Ángel y Sara le intentaron explicar a sus padres lo que les había ocurrido, pero no les creyeron. Los niños y sus padres se fueron a su casa, pero Ángel y Sara no olvidaron esa aventura.