La Paz El Fruto del Espíritu «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.» Juan 14:27 El Fruto del Espíritu

La Paz El Fruto del Espíritu La paz ha sido uno de los mayores sueños de la humanidad. En 1945, 51 naciones se unieron para fundar la Organización de las Naciones Unidas. Nuestros candidatos políticos frecuentemente nos prometen paz nacional. Y los psicólogos alrededor del país nos prometen paz familiar y personal. El Fruto del Espíritu

La Paz El Fruto del Espíritu Pero por mucho esfuerzo que se pone, no se consigue pillarla, como quien intenta atrapar con las manos a un pez en el agua. El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu Paz = εἰρήνη (eirene) Describe: (a) relaciones armónicas entre personas (b) entre naciones (c) amistad (d) ausencia de agresión (e) orden, en el Estado, las iglesias. (f) las relaciones armónicas entre Dios y el hombre, conseguidas mediante el evangelio El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu Definición: «En hebreo “Shalom”, que dice más que nuestro término paz: es bienestar completo, satisfacción, armonía, todo lo que es fruto de la BENDICION de Dios. Shalom es todavía hoy el saludo habitual entre los israelitas; es como decir “que todo le vaya bien”. En el AT el MESIAS esperado se le dice también Príncipe de Paz (Is 9, 5s; Ef 2, 14).» (Vocabulario Bíblico Wolfgang Gruen) El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu Paz = εἰρήνη (eirene) «…probablemente se deriva del verbo principal eiro (unir)». La idea es “reunir, o unir lo que previamente estaba separado”. En este sentido, la paz bíblica es el resultado de la justificación por medio de Cristo. «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;» (Rom.5:1, RV) «En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.» (Rom.5:1, BAD) El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu La justificación por medio de Cristo no solamente genera paz entre Dios y el hombre, sino también entre el hombre y su prójimo. «Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;» (Ef.2:13-17, RV) El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu Por tanto, la paz bíblica no es simplemente ausencia de conflicto externo, sino tranquilidad y satisfacción mental que es producto de la reconciliación con Dios. El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu Esta paz tiene su origen en “el Dios de paz” (Romanos 15:33; Filipenses 4:9), y reconcilia: «y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;» (Col.1:20-22) El Fruto del Espíritu

¿Qué es la Paz? El Fruto del Espíritu Paz Esta paz tiene su origen en “el Dios de paz” (Romanos 15:33; Filipenses 4:9), y reconcilia: Dios El Fruto del Espíritu Paz Reconcilia

Jesús, nuestro “Príncipe de Paz” El Antiguo Testamento identifica a Jesús como el “Príncipe de Paz” (Isaías 9:6). «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.»

Jesús, nuestro “Príncipe de Paz” Isaías incluso añadió que “[l]o dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite” (9:7). Sin embargo, Jesús mismo aclaró a Sus seguidores: «No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa» (Mateo 10:34-36).

Jesús, nuestro «Príncipe de Paz» ¿Cómo pudo haber venido a traer paz y espada a la misma vez? Jesús

Jesús, nuestro «Príncipe de Paz» La respuesta tiene que ver con la manera en que el mundo percibe la paz y la clase de paz que Dios ofrece. No es ausencia de conflicto. Jesús pudo (y puede) ofrecer a Sus seguidores paz (tranquilidad y satisfacción mental) verdadera y abundante en medio del conflicto externo, e incluso siendo a la misma vez una causa indirecta de tal conflicto.

Jesús, nuestro «Príncipe de Paz» Ofrece esta paz por medio de su muerte «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.» Rom5:10

Jesús, nuestro «Príncipe de Paz» Jesús también es nuestro Príncipe de Paz ya que Sus enseñanzas y principios tienen el potencial de generar y promover paz abundante. Él instó a Sus seguidores a reconciliarse con sus prójimos y adversarios (Mateo5:23-25). Les enseñó a no resistir al que es malo, sino presentar la otra mejilla (Mateo 5:39), Dar y prestar al que pide (Mateo 5:40) y amar a sus enemigos, bendecir a los que les maldicen, y orar por los que les ultrajan y persiguen (Mateo 5:44). Si todos los seres humanos aplicáramos estos principios a nuestras vidas personales, entonces viviríamos en un mundo lleno de paz y felicidad.

Seguid la paz Aunque Jesús es nuestro Príncipe de Paz, y aunque el cristianismo genera paz verdadera y abundante e incluso tiene el potencial de generar la paz física que el mundo anhela, no siempre tendremos paz en el mundo. De hecho, como Jesús advirtió, Su administración pacífica puede causar conflicto indirectamente (Mateo 10:34-36). Lo cierto es que el mundo aborrece la paz verdadera, aborrece al Príncipe de Paz y a Sus seguidores que anuncian la paz (Juan 15:18-25; cf. Romanos 10:15).

Seguid la paz El mundo quiere paz, ¡pero no quiere someterse a las “condiciones de paz”! «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da» (Juan 14:27). Ya que el mundo no se somete a las condiciones de la paz verdadera, frecuentemente genera conflicto contra la administración pacífica del cristianismo. Al cristiano se le amonesta a seguir la paz incluso en tales condiciones. El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala (1 Pedro 3:10-11; cf. Romanos 14:19; Hebreos 12:14).

Seguid la paz 2Co 13:11 «Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros» Efe 4:31,32 «Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.» Estos textos enseñan que los cristianos han tenido cambio de carácter (cambio de actitud, cambio de disposición, cambio de genio). Ya no son iracundos, contenciosos, o amargados. Ya no murmuran unos de otros, quejándose unos contra otros, porque ya son nuevas criaturas (2Co_5:17).

Seguid la paz La paz es una virtud del Espíritu (Gálatas 5:22) que el cristiano debe producir y desarrollar (Efesios 4:3). Ya que ha sido perdonado y reconciliado por la cruz de Cristo, el cristiano goza de paz con Dios, debe vivir en paz consigo mismo y debe procurar la paz con su prójimo. “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18).

Seguid la paz «Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (jun16:33) En toda la carta a los filipenses (4:4-7) Pablo nos explica cómo tener esta paz: Ser participantes de la gracia de Dios (1:7); Combatir unánimes por la fe del evangelio (1:27); Ser humildes y estar unidos (2:1-4); Ser luminares en el mundo (2:14-16); Dejar y olvidar lo pasado y proseguir a la meta (3:12-14); Regocijarse en el Señor (4:1, 4); Mostrar gentileza hacia otros (4:5); por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones al Señor con acción de gracias (4:6); " y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (4:7).

Conclusión Busquemos la paz y sigámosla… La paz es una virtud de tener el Fruto del Espíritu, de haber sido redimido por la sangre del Cordero. La tranquilidad de una conciencia limpia, tranquila de saber que estoy bien con mi Dios. ¡NO HAY MAYOR GOZO Y TRANQUILIDAD QUE ESTA! Tenemos esta paz… que se refleje en nuestra conducta Los problemas no lograrán quitarnos la felicidad ni tranquilidad, pues tenemos esta paz eterna! ¿Aún no tiene paz?¿Qué espera para tenerla! Busquemos la paz y sigámosla…