D. Álvaro del Portillo JESÚS ALONSO

INDICE Infancia Juventud Camino a la Santificación D. Álvaro, venerable Beatificación

Infancia Álvaro del Portillo nació en Madrid el 11 de marzo de Era el tercero de ocho hermanos. Ingeniero, doctor en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico, en 1935 se incorporó al Opus Dei. Muy pronto se convirtió en el más sólido apoyo del fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer. Fue ordenado sacerdote en D. Álvaro y su hermana Teresa D. Álvaro en el día de su 1ª comunión

Juventud En 1946 se trasladó a Roma. Con su actividad intelectual junto a San Josemaría y con su trabajo en la Santa Sede realizó una honda reflexión sobre el papel y la responsabilidad de los fieles laicos en la misión de la Iglesia, a través del trabajo profesional y las relaciones sociales y familiares. Entre 1947 y 1950 empujó la expansión apostólica del Opus Dei en Roma, Milán, Nápoles, Palermo y otras ciudades italianas. Promovió actividades de formación cristiana y atendió sacerdotalmente a numerosas personas. Desde el pontificado de Pío XII hasta el de Juan Pablo II desempeñó numerosos encargos en la Santa Sede. Participó activamente en el Concilio Vaticano II y fue durante muchos años consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Monseñor D.Álvaro y San Josemaría

El 15 de septiembre de 1975, tras el fallecimiento del fundador, don Álvaro fue elegido para sucederle al frente del Opus Dei. El 28 de noviembre de 1982, cuando el Santo Juan Pablo II erigió el Opus Dei en prelatura personal, le designó prelado y el 7 de diciembre de 1990 le nombró obispo. A lo largo de los años en que estuvo al frente del Opus Dei, promovió el comienzo de la actividad pastoral de la prelatura en veinte nuevos países. Como prelado del Opus Dei, estimuló también la puesta en marcha de numerosas iniciativas sociales y educativas.

Fallecimiento Monseñor Álvaro del Portillo falleció en Roma en la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa. Tras su muerte, miles de personas han testimoniado por escrito su recuerdo: su bondad, el calor de su sonrisa, su humildad, su audacia sobrenatural, la paz interior que su palabra les comunicaba.

Camino a la santificación El camino hacia la santidad tiene cuatro escalones: el primero es siervo de Dios, una fase inicial en la que se constata que ha vivido las virtudes de manera heroica; el segundo es venerable, un paso muy importante porque supone confirmar la heroicidad de esas virtudes. El Papa promulga un decreto por el que esa persona es "digna de veneración". El tercer paso es beato y el cuarto, santo. Para que un venerable pueda ser beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, y para que pueda ser canonizado (declarado santo) es necesario un segundo milagro, que ha de realizarse después de ser proclamado beato Monseñor Echevarría, principal colaborador de D. Álvaro desde 1975 hasta 1994, se refirió a él como una persona que “irradiaba paz, alegría, sencillez, espíritu cristiano y visión apostólica”.

D. Alvaro, venerable El Papa Benedicto XVI declara Venerable al obispo Álvaro del Portillo, el 28 de Junio del 2012,un paso más hacia su beatificación Monseñor Álvaro del Portillo, que fue el sucesor de San Josemaría Escrivá como prelado del Opus Dei, murió en Una persona que es Venerable es aquella que ha vivido las virtudes de manera heroica, y así lo ha constatado la Iglesia. Don Álvaro realizó siempre una honda reflexión sobre el papel de los laicos en la misión de la Iglesia.

BEATIFICACIÓN D. Álvaro del Portillo será beatificado en Madrid el próximo 27 de Septiembre después del milagro aprobado por el papa Francisco: la recuperación del niño José Ignacio tras un paro cardíaco de más de media hora, ocurrido en Agosto del 2003 en Santiago de Chile. El niño había nacido con una malformación de la pared abdominal y del corazón y las cosas se complicaron tras la intervención quirúrgica; gracias a la mucha fé de la familia y a la intercesión de Don Álvaro el niño salió adelante contra todo pronóstico; hoy el niño tiene 10 años y vive sano y feliz. Después de este paso el siguiente será el de la santificación El niño José Ignacio junto a su padre y sus hermanos