CRÓNICA MAYO DEL 68.

.. Francia ha recibido el ecuador de la primavera con las temperaturas más altas de la Historia. Pero no climatológicas, sino políticas, ya que no se recuerda un pulso mayor entre poder y pueblo desde A pesar de su fugacidad, la rebelión estudiantil francesa ha marcado el pasado mes de mayo como un futuro integrante de los libros de Historia. El líder alemán Daniel Cohn-Bendit (alias Dani el Rojo) ha guiado a los galos a la movilización contra la autoridad, y lo que empezó como una mera rebelión en la universidad de Nanterre ha puesto contra las cuerdas al gobierno de Charles de Gaulle en tan sólo un mes. Con las frases “"Todo es posible” “- “Tout est possible” - y “"Prohibido prohibir””- “Interdit d’interdire”- como máximas, las calles de París se han convertido en un auténtico polvorín. Quién diría que la “"Ciudad de la Luz"” dio paso a la luz… de los coches incendiados por los estudiantes, que la capital de Francia perdió los adoquines del asfalto para utilizarlos como armas arrojadizas, que donde veinticinco años antes campaban las ideologías ultraderechitas nazis, intentaba abrirse paso la izquierda con causas como el anarquismo o el rechazo a la guerra de Vietnam.

.. Ahora, un mes después, se apunta al incremento de la población estudiantil, la masificación de las aulas y las escasas salidas laborales como causas de la revuelta. Sin embargo, cuando las barricadas inundaron París nadie pensó que sólo duraría un mes, ya que, si algo se puede sacar en limpio de esto, es que un país necesita la unidad entre pueblo y gobierno para asegurar la estabilidad. Además, la movilización estudiantil arrastró a las clases obreras a exigir derechos y aumentos salariales, por lo cual se deduce que es fruto de un sentir general y no una simple exaltación juvenil.”"Los profesores, agricultores, controladores aéreos, la televisión francesa, los sectores energéticos…...se suman a la revuelta”" titulares de aquellos días. Cada día, alguien nuevo expresaba su apoyo convocando huelgas, y maniataba aún más al gobierno del general Charles de Gaulle. Así, el presidente francés intentó suavizar los ánimos prometiendo subidas en torno al 35% en el salario mínimo industrial, con un 12% de media en el resto de trabajadores, pero a los tres días convocó elecciones, con más promesas si Francia hacía oídos sordos a la “desunión” que propugnaban comunistas y anarquistas.

. Las promesas de De Gaulle surtieron efecto: el 5 de junio terminaron las huelgas, y los escasos revolucionarios restantes fueron aplastados. Las barricadas, los lanzamientos de adoquines, los eslóganes, en cierta manera agresivos, contra el conformismo y la resignación, la alianza entre profesores y estudiantes, las protestas, las revueltas universitarias… se han esfumado tan pronto como llegaron, debido a la gestión del presidente, y a la actuación de la policía y Fuerzas de Seguridad del Estado. Estos son los antecedentes de un proceso que culmina hoy, escribiendo esta crónica para “Le Parisien” a las afueras de un colegio electoral en Nancy, región de Lorena, donde Charles de Gaulle se examina y pone a prueba su gestión del conato de revolución del pasado mes. De momento, los sondeos a pie de urna dan ganador al candidato conservador, pero aún hay que esperar al escrutinio, del cual informaremos puntualmente en el próximo número. Laura Vegas 1º Bach B