FIESTA DEL BAUTIZMO DEL SEÑOR se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre Él.
Ritos Iniciales.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios padre, y de Jesucristo, el señor, estén con todos ustedes. y con tu espíritu
Señor, aumenta tu misericordia pues no te hemos reconocido
Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos, Acto penitencial: Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre virgen, a los ángeles, a los santos
y a vosotros hermanos, que intercedan por mí, ante Dios, nuestro Señor
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Gloria. Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tú inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos
te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende a nuestra súplica,
Tu que estas sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros,
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú, Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
Oración Colecta. Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de Cristo, en el Jordán,
quisiste revelar solemnemente que él era tu Hijo amado enviándole tu Espíritu Santo,
concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Háblanos Señor.
Lectura del Profeta Isaías (42, 1-4. 6-7)
Esto dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará,
hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes, que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano,
te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos a los ciegos, saques a los cautivos de la prisión,
y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.»
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial (Salmo 28)
El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hijos de Dios, aclamad al Señor, Aclamad la gloria del nombre del Señor, Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
El Señor bendice a su pueblo con la paz.
La voz del Señor sobre las aguas, El Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, La voz del Señor es magnífica.
El Señor bendice a su pueblo con la paz.
El Dios de la gloria ha tronado. El Señor descorteza las selvas. En su templo un grito unánime; «¡Gloria!» El Señor se sienta por encima del aguacero, El Señor se sienta como rey eterno.
El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (10, 34-38)
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Está claro que Dios no hace distinciones;
acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.
Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos,
cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea.
Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo,
que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Evangelio según San Marcos. (1, 7-11)
En aquel tiempo, proclamaba Juan:
“detrás de mí viene el que puede más que yo,
y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.”
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma.
Se oyó una voz del cielo:
“tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.”
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor, Jesús
Y el cielo se abrió…
Profesión de Fe.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos,
el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Oración de ofrendas Recibe, Señor, los dones que te presentamos en este día en que manifestaste a tu Hijo predilecto,
y haz que estas ofrendas de tu pueblo se conviertan en aquel sacrificio con el que Cristo purificó el pecado del mundo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Lo tenemos levantado hacia el Señor El Señor, esté con vosotros. Y con tu Espíritu Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor Demos gracias al Señor Nuestro Dios. Es justo y necesario.
Ven y encuéntrate con tu Dios. (Este es el momento más importante de la celebración) Ven y encuéntrate con tu Dios.
proclamamos tu resurrección, Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven señor Jesús.
Por Cristo, con Él y en Él. A ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amen.
Padre nuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
tuyo es el poder y la gloria, Tuyo es el reino, tuyo es el poder y la gloria, por siempre, Señor.
ALMA DE CRISTO.
Alma de Cristo, Santifícame Cuerpo de Cristo, Sálvame
Sangre de Cristo, Embriágame Agua del Costado de Cristo, Lávame
Pasión de Cristo, Confórtame Oh buen Jesús, Óyeme
Y dentro de tus llagas, Escóndeme No permitas que me aparte de Tí
Del enemigo, Defiéndeme En la hora de mi muerte, Llámame
Y mándame ir a TÍ Para con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén
Pasión de Cristo, Confórtame Oh buen Jesús, Óyeme
Y dentro de tus llagas, Escóndeme No permitas que me aparte de Tí
Del enemigo, Defiéndeme En la hora de mi muerte, Llámame
Y mándame ir a TÍ Para con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén
Ritos conclusivos
Alimentados con estos dones santos te pedimos, Señor, humildemente Oración después de la comunión Alimentados con estos dones santos te pedimos, Señor, humildemente
que escuchemos con fe la palabra de tu Hijo para que podamos llamarnos, y ser en verdad, hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen
Plegaria a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá Mis oraciones hacia Tí levanto Amparo de los pobres pecadores Dulcísima Señora en mi quebranto Reina del cielo, escucha mis clamores. Escucha mi plegaria fervorosa
Plegaria a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá Da consuelo y alivio a mis dolores, Endulza mi amargura y presurosa La paz a mi alma atribulada envía. Oh Madre de mi Dios tan poderosa. Sálvame del pecado, Madre mía,
Plegaria a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá De la virtud enséñame el camino, Enséñame el bien de la santa vía, Solitario y errante peregrino, A tu amparo me acojo gran Señora Mándame la gracia del don divino Piedad, piedad a quien su culpa llora A quien a tí de hinojos, compungido Reclama tu perdón, tu gracia implora. A Tí se acoge mi espíritu afligido De sus males en busca de consuelo. Oye Madre, mi acento dolorido Sálvame por piedad y dame el cielo.
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo reciben una misma adoración y gloria que con el Padre y el Hijo reciben una misma adoración y gloria. Y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.