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“el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante”

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Presentación del tema: "“el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante”"— Transcripción de la presentación:

1 “el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante”

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3 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

4 el Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, este con todos vosotros. Y con tu espíritu.

5 Señor, ayúdanos a permanecer en ti

6 Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos,

7 que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

8 Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

9 Por eso ruego a Santa María siempre virgen, a los ángeles, a los santos

10 y a vosotros hermanos, que intercedan por mí, ante Dios, nuestro Señor

11 El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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13 Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

14 Por tú inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos

15 te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.

16 Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

17 Tú que quitas el pecado del mundo, atiende a nuestra súplica,

18 Tu que estas sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros,

19 porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú, Altísimo, Jesucristo,

20 con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

21 Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos,

22 míranos siempre con amor de padre y has que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna.

23 Por nuestro Señor Jesucristo Amén.

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25 En aquellos días, llegando Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos,

26 pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.

27 Saulo les contó cómo había visto al señor en el camino, lo que le había dicho

28 y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.

29 Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor.

30 Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo.

31 Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo invitaron a Tarso.

32 La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria.

33 Se iba constituyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.

34 Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

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37 Cumpliré mis votos delante sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, Alabarán al Señor los que lo buscan: Viva su corazón por siempre.

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39 Lo recordarán y volverán al Señor Hasta de los confines de orbe; En su presencia se postrarán Las familias de los pueblos. Ante él se postrarán las cenizas de la tumba, Ante él se inclinarán los que bajan al polvo

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41 Me hará vivir en él, mi descendencia le servirá, Hablarán del Señor a la generación futura, Contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: Todo lo que hizo el Señor.

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44 Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

45 En esto conocemos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él,

46 en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.

47 Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.

48 Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

49 Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo,

50 y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.

51 Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él;

52 en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

53 Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

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55 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “yo soy la verdadera vid, y mi padre es el labrador.

56 A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé mas fruto.

57 Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mi, y yo en vosotros.

58 Como el sarmiento no puede dar fruto por si, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

59 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;

60 el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.

61 Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

62 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

63 Con esto recibe gloria el Padre, con que deis fruto abundante: así seréis discípulos míos.”

64 Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús

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74 Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.

75 Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

76 nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,

77 descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos

78 y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

79 Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos,

80 el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

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82 El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

83 Oh Dios, que por el admirable trueque de este sacrificio nos haces partícipes de tu divinidad

84 concédenos que nuestra vida sea manifestación y testimonio de esta verdad que conocemos.

85 Por Jesucristo nuestro Señor.

86 El Señor, esté con vosotros. Y con tu Espíritu Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor Demos gracias al Señor Nuestro Dios. Es justo y necesario.

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88 (Este es el momento más importante de la celebración)

89 Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven señor Jesús.

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91 Por Cristo, con Él y en Él. A ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amen.

92 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;

93 venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

94 Danos hoy nuestro pan de cada día;

95 perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

96 no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

97 Tuyo es el reino, tuyo es el poder y la gloria, por siempre, Señor

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101 Alma de Cristo, Santifícame Cuerpo de Cristo, Sálvame

102 Sangre de Cristo, Embriágame Agua del Costado de Cristo, Lávame

103 Pasión de Cristo, Confórtame Oh buen Jesús, Óyeme

104 Y dentro de tus llagas, Escóndeme No permitas que me aparte de Tí

105 Del enemigo, Defiéndeme En la hora de mi muerte, Llámame

106 Y mándame ir a TÍ Para con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén

107 Pasión de Cristo, Confórtame Oh buen Jesús, Óyeme

108 Y dentro de tus llagas, Escóndeme No permitas que me aparte de Tí

109 Del enemigo, Defiéndeme En la hora de mi muerte, Llámame

110 Y mándame ir a TÍ Para con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén

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113 Ven, Señor, en ayuda de tu pueblo, y, ya que nos has iniciado en los misterios de tu reino,

114 has que abandonemos nuestra antigua vida de pecado y vivamos, ya desde ahora, la novedad de la vida eterna.

115 Por Jesucristo nuestro señor.

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117 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

118 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

119 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

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