La mariquita gruñona Eric Carle
Era de noche y las luciérnagas danzaban alrededor de la luna.
A las cinco en punto de la mañana salío el sol A las cinco en punto de la mañana salío el sol. Una mariquita simpática volaba por la izquierda. Había visto una hoja plagada de pulgones y decidío comérselos para desayunar.
Y al mismo tiempo, una mariquita gruñona volaba por la derecha en direccíon a la misma hoja. Tambíen había visto los pulgones y se los pensaba desayunar.
-Buenos días - dijo la mariquita simpática. -¡Lárgate -Buenos días - dijo la mariquita simpática. -¡Lárgate! - dijo la mariquita gruñona - los pulgones son para mí.
-Los podemos compartir - dijo la mariquita simpática. -¡No -Los podemos compartir - dijo la mariquita simpática. -¡No!, ¡Son míos, todos míos ! - gritó la mariquita gruñona. -¿O quieres pelear?
-Si insistes...- contestó con dulzura la mariquita simpática mirándole fijamente a los ojos. La mariquita gruñona dio un paso atrás, ahora parecía menos segura de sí misma.
-No eres suficientemente grande para que pelee contigo - le dijo -No eres suficientemente grande para que pelee contigo - le dijo. -Entonces,¿por qué no te lanzas sobre alguien más grande? -¡Eso es lo que voy a hacer! - gritó la mariquita gruñona. -¡Ya verás! Y se fue volando.
A las seis en punto vio una avispa. -¡Eh, tú A las seis en punto vio una avispa. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo la avispa mostrándole su aguijón. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las siete en punto vio un escarabajo. -¡Eh, tú A las siete en punto vio un escarabajo. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo el escarabajo mostrándole sus tenazaz. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las ocho en punto pasó una mantis religiosa. -¡Eh, tú A las ocho en punto pasó una mantis religiosa. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo la mantis mostrándole sus largas patas delanteras. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las nueve en punto se encontró con un gorrión. -¡Eh, tú A las nueve en punto se encontró con un gorrión. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo el gorrión abriendo su pico afilado. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las diez en punto vio una langosta. -¡Eh, tú A las diez en punto vio una langosta. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo la langosta moviendo sus pinzas. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las once en punto vio una mofeta. -¡Eh, tú A las once en punto vio una mofeta. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo la mofeta comenzando a mover la cola. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las doce del mediodía vio una boa constrictor. -¡Eh, tú A las doce del mediodía vio una boa constrictor. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes-s-s-s...- dijo la boa -, después de comer. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A la una en punto pasó una hiena. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo la hiena con una risa espantosa. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las dos en punto se encontró un gorila. -¡Eh, tú A las dos en punto se encontró un gorila. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo el gorila dándose golpes en el pecho. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las tres en punto se acercó a un rinoceronte. -¡Eh, tú A las tres en punto se acercó a un rinoceronte. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo el rinoceronte amenazando con su cuerno. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las cuatro en punto vio un elefante. -¡Eh, tú A las cuatro en punto vio un elefante. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? -Si insistes...- dijo el elefante levantando la trompa y mostrándole unos enormes colmillos. -Bueno, no eres lo suficientemente grande - dijo la mariquita gruñona. Y se fue volando.
A las cinco en punto se encontró con una ballena. -¡Eh, tú A las cinco en punto se encontró con una ballena. -¡Eh, tú! - dijo la mariquita gruñona. -¿Quieres pelear? Pero la ballena no dijo nada. -Bueno, de todas formas, no eres lo suficientemente grande. Y se fue volando.
A las cinco y cuarto la mariquita gruñona vio una aleta de la ballena A las cinco y cuarto la mariquita gruñona vio una aleta de la ballena. -¡Eh, tú! ¿quieres pelear? Pero no obtuvo respuesta. Así que siguió volando.
A las cinco y media la mariquita gruñona le dijo a la otra aleta de la ballena. -¡Eh, tú! ¿quieres pelear? Pero no obtuvo respuesta. Así que siguió volando.
A las seis menos cuarto la mariquita gruñona le dijo a la cola de la ballena. -¡Eh, tú! ¿quieres pelear? Y la cola de la ballena le dio a la mariquita tal COLETAZO...
... que la mariquita salió disparada cruzando el mar y los campos en un periquete. A las seis en punto la mariquita gruñona aterrizó en el mismo lugar donde había comenzado.
-¡Ah, estás aquí de nuevo. - le dijo la mariquita simpática -¡Ah, estás aquí de nuevo! - le dijo la mariquita simpática. - Seguro que tienes hambre. Todavía te quedan algunos pulgones para cenar. -¡Oh, gracias! - dijo la mariquita mojada, cansada y hambrienta.
En un momento no quedo ni un pulgón. -Gracias - dijo la hoja En un momento no quedo ni un pulgón. -Gracias - dijo la hoja. -De nada - respondieron las dos mariquitas. Y se fueron a dormir.
Tres luciérnagas, que habían dormido durante todo el día, salieron a danzar alrededor de la luna.