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Valores de la democracia Pacto y soberanía popular Constitución de un estado moderno

Democracia La democracia es un mecanismo de carácter político cuyo fin es controlar el uso que hace del poder quien lo detenta. México esta en proceso de gestación, pero puede ser abortada toda vez que la clase política y los sectores económicos que dominan al país engañan y promueven el analfabetismo político, y diezman la soberanía del Estado cuando entregan los recursos humanos y naturales al país capitalista más poderoso o a capitalistas particulares nacionales y extranjeros. Entonces no hay democracia en México, y menos aún si éste no se constituye en un estado autónomo en la práctica y no solo en la palabra.

Pacto y soberanía popular Todos los días las personas establecen acuerdos con otras personas, con amigos, familiares, vecinos, compañeros de estudios o del centro de trabajo. Toda norma implica su adhesión o su rechazo, que al hacerlo establecemos implícitamente un pacto con quienes también se adhieren a ella, y que por este pacto nos obligamos a observar cada vez que sea el caso, es decir, a orientar nuestro comportamiento según lo dictado por dicha norma. Como el fútbol, pues cada jugador debe someterse a las reglas establecidas en un código y exigir su respeto por los jugadores, el arbitro representa la autoridad que sanciona el comportamiento de cada uno de los jugadores. Para entender el término “pacto social”, se ha recurrido a la metáfora del estado de naturaleza, que consiste en describir una situación en la cual los seres humanos entran en una guerra o lucha de todos contra todos y reina la ley del más fuerte. Cada uno defiende su vida y protege su familia y patrimonio según sus posibilidades particulares.

Constitución de un estado moderno El proceso de secularización hace referencia a la separación entre iglesia y Estado, proceso que ya se dibuja en la frase famosa de Cristo cuando demanda de los mercaderes que habían invadido el templo sagrado: “Dad al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”. Para el ingles Tomas Hobbes, el Estado aparece como el soberano absoluto, como la entidad que detenta en exclusiva el poder, o sea, libertad ilimitada de imponer las reglas del juego a sus súbditos. Jean Jacques Rousseau intenta construir un modelo de comunidad que le devuelva al ser humano su estado natural perdido, en el cual sería bueno y feliz, guiado por el sano amor de sí que implica la preocupación por sí mismo, y no por el amor propio que es egoísta y aparece cuando sufre la presión de la sociedad. El ser humano en un Estado Social, la sociedad lo pervierte por que se encuentra movido por el amor propio. En este estado rige la injusticia, la opresión, la desigualdad y la falta de libertad. A quién ejerce el poder se le llama soberano. Si el poder lo ejerce el pueblo entonces hablamos de soberanía popular.

Dignidad, igualdad y libertad En la teoría de Rousseau, el ideal igualitario encuentra su realización en la formación de la voluntad general. El fin principal es el desarrollo personal del individuo en los términos de una vida digna, esto es, en el reconocimiento de su derecho hacer uso de los bienes que le garanticen el pleno disfrute de su libertad, en donde podemos colocar primero a la comunidad como un medio para alcanzarlo y en el desarrollo la comunidad misma se ve la condición del desarrollo moral e intelectual de cada uno de sus miembros, respetando su esfera de libertad particular. La igualdad en derechos aparece como una consecuencia necesaria de los individuos frente a la ley, igualdad que significa la abolición de los privilegios y las discriminaciones propias de la sociedad. El Estado es la forma en que la sociedad se organiza política, moral y culturalmente. El Estado moderno es la forma jurídico-política en la que los individuos modernos inevitablemente se organizan, sobre la base de las relaciones sociales impuestas por la producción de los bienes necesarios para vivir .

La dignidad del individuo se manifiesta en el pleno disfrute de los bienes materiales y espirituales que le proporciona la sociedad a través de sus instituciones (la familia, la escuela, los centros de salud, deportivos y de recreación), disfrute del cual el Estado debe garantizar su posibilidad real. Así, a través de sus aparatos de gobierno, el Estado habrá de combatir la esclavitud, la servidumbre, los privilegios, el fanatismo y toda forma de explotación.