Las heridas producen un contagio hacia el interior CONSECUENCIAS DE HERIDAS EN LA UVA

La proliferación de las enfermedades o afecciones de madera en el cultivo de la uva, es un motivo de seria preocupación, no solamente entre los viticultores sino también entre las personas involucradas de una u otra manera en la protección fitosanitaria de dicho cultivo.

La penetración de los hongos se hace manifiesto en la fotografía que hemos tomado en campo. La foto tomada anteriormente hemos producido un corte en el pulgar y podemos apreciar la contaminación que se ha producido en un tiempo relativamente corto de aproximadamente un mes desde la poda.

La difusión de los ataques del complejo de hongos involucrados en este tipo de enfermedades y las pérdidas asociadas a los mismos han ido progresivamente en aumento en los últimos años, pero también ha mejorado sensiblemente el diagnóstico y conocimiento de dichas patologías.

Tradicionalmente se consideraban básicamente 2 hongos patógenos (Stereum hirsutum y Fomitiporia punctata, antes denominado Phellinus igniarius ) como responsables de la yesca o apoplejía parasitaria y un hongo (Eutypa lata), como causante de la eutipiosis, estando normalmente asociados estos ataques a cepas viejas de más de diez años de edad.

Actualmente el escenario es totalmente distinto; se habla ya de complejo de hongos, unos que actúan como pioneros o precursores, y otros que lo hacen como invasores secundarios, y los ataques afectan tanto a plantaciones adultas como a cepas jóvenes.

Los diagnósticos realizados sobre muestras de madera analizadas para la Identificación de Hongos Fitopatógenos, ponen en evidencia la presencia de diferentes hongos patógenos, entre los cuales destacan Botryosphaeria obtusa, Phaemoniella chlamydospora, Phaeoacremonium aleophilum, Cylindrocarpon sp., y en menor proporción, Fomitiporia punctata, Eutypa lata y Stereum hirsutum.

En la situación actual, no existen prácticamente alternativas de control químico que puedan ofrecer un control eficaz de estos hongos patógenos, y que sean susceptibles de integrarse dentro de una estrategia racional junto con otras medidas o prácticas culturales adecuadas.

Síntomas foliares típicos en uva

ESTRATEGIAS DE CONTROL La complejidad inherente a las enfermedades de madera hace necesario integrar métodos de control químico junto con prácticas culturales adecuadas. La estrategia básica debería tener como objetivo el evitar la proliferación de los hongos patógenos desde el inicio, asegurando una buena sanidad durante la fase de vivero para poder empezar la nueva plantación con cepas completamente sanas.

Con estas medidas profilácticas previas se optimizaría sensiblemente el resultado final del control químico. Como ya se ha comentado anteriormente, para este tipo de patologías los fungicidas no pueden garantizar un buen nivel de eficacia bajo estrategias curativas y aún menos erradicantes, si tratamos sobre cepas contaminadas en campañas anteriores.

En lo que respecta a las prácticas culturales que pueden minimizar el riesgo de aparición y proliferación de afecciones de madera pueden citarse las siguientes: Utilizar plantas sanas, exentas de hongos patógenos que afecten a la madera. Realizar una desinfección adecuada de los utensilios de poda. Evitar en la medida de lo posible la realización de heridas grandes durante la operación de poda. Evitar cualquier tipo de heridas que puedan favorecer la contaminación (Ej.: maquinaria). Arrancar y quemar brazos y cepas muertas para reducir el nivel de inóculo.

CONCLUSIONES Las enfermedades o afecciones de madera están en fase de expansión en la casi totalidad de nuestras zonas vitivinícolas, causando perjuicios económicos de importancia a los viticultores: replantaciones, retraso en la entrada en producción, heterogeneidad de las plantaciones, impacto en la calidad final del vino, entre otros.

La falta de fungicidas autorizados y eficaces sobre este tipo de patologías complica aún más el escenario.