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La posición adventista “Al negar a la iglesia el poder de la espada, Jesús le prohibió solicitar al Estado leyes para imponer creencias y observancias religiosas”. El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad adoptar la Declaración Universal de Derechos Humanos.

La posición adventista Un siglo antes de su adopción, los fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día publicaron su primera declaración sobre libertad religiosa. La libertad religiosa siempre ha sido un asunto capital para los adventistas, profundamente enraizado en su comprensión de la Biblia, en su historia y en su escatología. Forma parte de la vida de la iglesia

Las raíces bíblicas de la libertad religiosa Los fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se guiaban por el principio de Sola Scriptura. Consideraban la libertad religiosa como un principio bíblico.   La libertad religiosa es el resultado natural del amor de Dios; el principio fundamental del reino de Dios es el amor; la creación es el objeto de su amor; pero no hay amor sin libertad, y no hay libertad sin libertad de conciencia.

Las raíces bíblicas de la libertad religiosa “Todo derecho civil tiene detrás el poder de la espada. Si es correcto hacer la ley, entonces es correcto hacerla cumplir. Al negar a la iglesia el poder de la espada, Jesús le prohibió solicitar al Estado leyes para imponer creencias y observancias religiosas”.   En 1907, W. A. Gosmer escribió: “Dado que en el cielo existía la libertad nacida solamente del amor, como consecuencia Aquel que vino como representante del cielo nos trajo solamente los principios de amor y la libertad que se encontraban en el cielo”.

Las raíces bíblicas de la libertad religiosa Adán y Eva disfrutaban de libertad de elección; cuando desobedecieron a Dios, perdieron esta libertad. Jesús vino y, por su sangre, dio a todos una nueva libertad. Esta libertad, que el ser humano perdió en el Edén, le fue restaurada en la cruz de Cristo, y así él se ha convertido, por partida doble, en el autor de nuestra libertad.

Las raíces bíblicas de la libertad religiosa Frank Holbrook escribe: “Al igual que los ángeles, Adán y Eva fueron creados agentes morales libres”. Elena G. de White: “No es el plan de Dios obligar a los hombres a ceder a su malvada incredulidad. Ante ellos están la luz y la oscuridad, la verdad y el error. La mente humana está dotada con poder para distinguir entre el bien y el mal. Dios planeó que los hombres no decidieran por impulso, sino por el peso de pruebas, cuidadosamente comparando Escritura con Escritura”.

Las raíces bíblicas de la libertad religiosa Los adventistas creen que cualquier cosa que pueda amenazar la libertad de conciencia proviene del diablo, no de Dios. A fin de proteger mejor la libertad de conciencia, la iglesia y el estado deben mantenerse separados. Una tiene la responsabilidad directa de las almas, el otro del buen orden de la sociedad.

Las raíces bíblicas de la libertad religiosa Elena G. de White afirma: “Todo derecho civil tiene detrás el poder de la espada. Si es correcto hacer la ley, entonces es correcto hacerla cumplir. Esta comprensión bíblica ha sido bien aceptada por los adventistas desde el comienzo de su historia y puede considerarse como parte de su herencia anabaptista y bautista.

Raíces históricas de la libertad religiosa La historia muestra lo que se ha hecho mal, lo que se ha hecho bien, y las consecuencias de ciertas decisiones…vemos que tres periodos han desempeñado un papel fundamental. El primer periodo corresponde al siglo IV, con la persecución de Diocleciano, seguida por el triunfo de Constantino. En marzo del año 313, el emperador promulgó el Edicto de Milán, que garantizaba la libertad religiosa para todos, afirmando “que cada uno tiene el privilegio de seleccionar y adorar a cualquier divinidad que desee”.

Raíces históricas de la libertad religiosa El segundo periodo es la Reforma Protestante. Aunque no todos los reformadores del siglo XVI fueron lo bastante lejos ni practicaron la separación iglesia-estado, abrieron nuevas posibilidades para la libertad religiosa, la justicia y los derechos humanos. El tercer acontecimiento es la revolución estadounidense, que estableció la libertad religiosa como un derecho, y la separación de la iglesia y el estado como una realidad protegida por la Primera Enmienda a la Constitución.

Raíces históricas de la libertad religiosa La Iglesia Adventista del Séptimo Día fue organizada en 1863, pero la mayoría de sus fundadores pertenecieron al movimiento millerita, que tuvo su crisis en 1844. Eran sensibles a los derechos humanos y a la justicia, y tomaron parte en la resistencia contra la esclavitud. Los adventistas aún consideramos la libertad religiosa de una manera especial, estando como está integrada no solamente en nuestra amplia visión histórica, sino también en nuestra escatología, que encuadramos dentro del marco de lo que denominamos “El Gran Conflicto”.

La libertad religiosa en la escatología adventista En “El conflicto de los siglos”, la libertad religiosa es la prueba por excelencia que traza la línea entre el bien y el mal.   La alianza del estado con la iglesia en contra de los “herejes” fue una característica de la cristiandad medieval. Costó dieciocho siglos que se aceptara la libertad religiosa, y de nuevo será negada en los últimos días.

La libertad religiosa en la escatología adventista El escenario del tiempo del fin no limita a los adventistas a una estrategia pasiva. Nosotros nos vemos en el papel de defender la libertad religiosa contra la intolerancia, la injusticia y la opresión: “La bandera de la verdad y de la libertad religiosa sostenida en alto por los fundadores de la iglesia evangélica, y por los testigos de Dios durante los siglos que han pasado desde entonces, ha sido, en este último conflicto, encomendada a nuestras manos”.   Para los adventistas, la libertad religiosa constituye una herencia, un don de Dios, una prueba de la verdad, una señal profética y una misión.

La práctica adventista de la libertad religiosa A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los adventistas eran muy activos en la publicación de revistas sobre libertad religiosa. “El Señor todavía se mueve en los corazones de reyes y gobernantes en favor de su pueblo”. Esa intervención personal de uno de los líderes más respetados de la iglesia, invirtió la posición, y el terreno fue aceptado. (EGW).

La práctica adventista de la libertad religiosa La posición separatista radical nunca ha desaparecido totalmente del debate sobre libertad religiosa dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pero ha prevalecido un separacionismo práctico y moderado, particularmente fuera de los Estados Unidos. El Working Policy 2006-2007 de la Asociación General establece que la separación iglesia-estado “ofrece la mejor salvaguardia para la libertad religiosa”. En cambio, la “unión de la iglesia y el estado constituye una fórmula segura para la discriminación y la intolerancia, y ofrece un terreno fértil para la persecución”.

La práctica adventista de la libertad religiosa “La libertad religiosa consiste en el derecho inalienable de creer y adorar a Dios de acuerdo con la conciencia, sin coerción, freno o incapacidad civil, y practicarla religión de uno y publicarla sin interferencia o pena; y la obligación de conceder el mismo derecho a otros”. Los adventistas han defendido durante mucho tiempo el principio de la libertad religiosa para todos los pueblos; está tan profundamente arraigada en su historia y en su teología que podemos esperar que siga siendo una de sus características esenciales.

La práctica adventista de la libertad religiosa Los adventistas, al proteger, defender y promover la libertad religiosa, anuncian el reino de Dios, donde la justicia, la libertad y la paz encontrarán su triunfo absoluto en Cristo Jesús.