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¿Quién lo dijo? Y ¿A quién se lo dijo? Dos preguntas esenciales para la correcta interpretación de las Escrituras.
¿Quién lo dijo? Todo buen estudiante de la Biblia, cuando se enfrenta a cualquier pasaje de la Sagrada Escritura, debe necesariamente fijarse en quién está hablando. Esto puede parecer “innecesario”, pero es esencial. Este simple ejercicio puede evitarnos muchos malos entendidos y sobre todo nos permite fijar nuestra atención en lo que el Espíritu Santo nos quiere enseñar.
¿A quién se lo dijo? Además, cuando procuramos interpretar bien la Biblia debemos necesariamente fijarnos a quién le fue expresada la declaración o mandamiento, es decir, quien es el receptor original del mensaje. Preguntar “¿quién lo dijo?” Y luego “¿a quién se lo dijo?” Son dos reglas de interpretación sumamente importantes. Al determinar quien fue el orador y quien el receptor o auditorio, sacaremos buenas conclusiones usando el sentido común.
Ejercicios: ¿Quién lo dijo? Job 1:6-12 2 Sam. 15:3 Jn. 7:49 Hech. 5:38-39 Hech. 16:16
Ejercicios: ¿Quién lo dijo? ¿Realidad o Ironía? 1 Rey. 22:15 Mat. 27:29 Am. 4:4-5 1 Cor. 4:8
Ejercicios: ¿Quién lo dijo? Y ¿bajo cuál legislación se expresó? ¿Antiguo o Nuevo Testamento? ¿Lev. 23? ¿Mal. 3:10? ¿Lev. 27:30? ¿Num. 18:21? Consideraciones Gal. 3:24 Heb. 7:11-12 Col. 2:14-17 Ef. 2:15 Neh. 9:13-14 Ez. 20:10-12 Sal. 147:19-20 Es de vital importancia que nos fijemos en el propósito de la ley de Moisés: Hech. 13:38-39; Ex. 31:17-18; Gal. 3:24
Ejercicios: ¿A quién se lo dijo? Y ¿bajo cuál legislación se lo dijo? El ejercicio consiste en determinar si el receptor de la revelación vivió bajo el A.T o el N.T.
Ejercicios: ¿A quién se lo dijo? ¿Era un cristiano o un inconverso? Hech. 8:22 Hech. 2:38 1 Jn. 1:9 Ef. 2:8 Luc. 18:22 También debemos determinar la clase de cristiano al cual se habló. Ej. Jn. 16:13; Hech. 20:28.
¿QUÉ DICE USTED? “Escrito está” “No está escrito” Se apela a lo que dice la Escritura. “No está escrito” Se apela a lo que no dicen las Escrituras, al silencio. “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2 Jn. 9).
AUTORIZACIÓN - PERMISO A Quien Autorizó No Autorizó Noé Hacer el Arca (Gen. 6:14) A Matusalén. Abraham Ofrecer a Isaac (Gen. 22:2) A los siervos. Judíos bajo la ley Guardar el Sábado (Ex. 20:8) A los gentiles. Naamán Lavarse en el Jordán (2 Rey. 5:10) A la pequeña doncella. Iglesia (1 Tim. 5:16) A una institución de benevolencia Diagramas sobre la autoridad.
CONCLUSIÓN Siempre fijémonos en “quién lo dijo” y “a quién se lo dijo”, luego considere si las circunstancias del receptor original del mensaje corresponden con usted, luego aplique la enseñanza a su vida. Esta es una consideración imprescindible para comprender y aplicar correctamente la Biblia.