Una mujer como tú… como yo
Conocer mejor a esta Mujer y su Carisma, es un regalo del Espíritu Santo a la Iglesia, y un Carisma para hoy
Las MUJERES son seres con gran alma y corazón, luchadoras y trabajadoras; no bajan los brazos a la primera piedra que les tiren, al contrario, enfrentan la adversidad con su mejor arma: su fuerza interior, su DIGNIDAD de ser MUJER.
La Piedad, es la prontitud en el cumplimiento del deber, por amor a Dios.
La Piedad se manifiesta en todos los detalles de la vida; es como la luz: no ocupa sitio, todo lo llena, todo lo esclarece… Se puede decir que existe la piedad de las palabras, la piedad de los movimientos, la piedad de la sonrisa, la piedad del trabajo, la piedad de la oración…
La humildad es una disposición permanente en Jesús de Nazaret. Marie Poussepin, jamás buscó brillo o el renombre:, la vemos en el trabajo humilde y en el servicio de los pobres.
En la humildad está la base de toda buena relación humana como puerta abierta para la aceptación mutua, la comprensión y la confianza.
Responder a la llamada de los valores que pueden ser realizados. Marie Poussepin tiene el sentido de la responsabilidad, con bases firmes. Ella concreta su Carisma en dos grandes necesidades: Educación y Salud. Por eso al fin de sus días, escucha del Maestro: «Vengan benditos de mi Padre…
Ser responsable, es tomar las riendas de nuestra vida y responder de su marcha con sus logros y fallas. Esta decisión nos confiere independencia personal y una gran libertad.
Marie Poussepin reorganizó los talleres familiares, no sólo para cuidar de los suyos, sino para crear fuentes de empleo justamente remunerado. Mejoró la capacitación integral de sus obreros, y evangelizó desde la industria de tal manera, que puso las bases de la teología del trabajo. MUJER TRABAJADORA
El trabajo es un esfuerzo aplicado, aquello a lo cual consagramos nuestras energías para lograr algo, aquello que hacemos de nuestra vida
MUJER PACIENTE Hechos concretos de la paciencia de Marie Poussepin: Saber esperar 40 años la aprobación de los Reglamentos para su Comunidad. Paciencia cargada de cariño y compasión, educando a las niñas y jóvenes que llegaban del campo sin ninguna preparación. En Marie Poussepin vemos este modelo de paciencia: « condúzcanse con mucha prudencia y paciencia, siempre dispuestas a hacer el bien, jamás de mal humor»
La paciencia es una gran virtud que ayuda a aceptar las contrariedades de la vida con paz y serenidad, es sinónimo de tolerancia, perseverancia, fortaleza de ánimo. La verdadera paciencia supone respeto y capacidad de amar sinceramente.
ORACIÓN POR LA MUJER Gracias, Dios Padre Bueno, por el amor que nos tienes; porque nos has creado a tu imagen y semejanza en la condición de varón y mujer; para que, reconociéndonos diferentes, busquemos complementarnos: el varón como apoyo de la mujer y la mujer como apoyo del varón. Gracias, Padre Bueno, por la mujer y su misión en la comunidad humana. Te pedimos por la mujer que es hija: que sea acogida y amada por sus padres, tratada con ternura y delicadeza. Te pedimos por la mujer que es hermana: que sea respetada y defendida por sus hermanos. Te pedimos por la mujer que es esposa: que sea reconocida, valorada y ayudada por su esposo, compañero fiel en la vida conyugal; que ella se respete y se dé a respetar, para vivir ambos la comunión de corazones y anhelos que se prolongan en la fecundidad de una nueva vida humana, participando así en la máxima obra de la creación: el ser humano.