Las familias probablemente tengan una actitud positiva hacia el hecho de renunciar al libro. No por ahorrar dinero, porque tendremos que decirles que no se hace por eso, sino porque a las familias les suena bien eso de "trabajar por proyectos". También es verdad que se sentirán un poco perdidos, especialmente las mamás y papás que estudian las lecciones junto con los chicos. Esos que se las estudian enteras para luego explicárselas a sus hijos. Con esa forma de trabajo sí es complicado no tener libro. Pero es que no pretendemos eso.

Pretendemos que las mates sean diferentes a cono; las mates no se estudian, sino que se construyen poco a poco.

Pretendemos hacer unas matemáticas en las que se descubren cosas (leyes, regularidades, propiedades, trucos de cálculo, semejanzas entre cosas diferentes...) El libro lo dice todo, lo explica todo, no deja inventar nada

Pretendemos darle mucha importancia al cálculo mental. y el libro no nos sirve, porque tiene mucho escrito, pero casi no tiene cálculo mental.

Pretendemos utilizar muchos materiales manipulativos, siempre que se pueda.

Queremos que los problemas se presenten en diferentes formatos, con dibujos, con fotos, con materiales reales.

Queremos que los problemas se contextualicen a la vida real, a la nuestra, a la de clase. El libro no está diseñado pensando en mi clase.

Queremos utilizar recursos de internet y otras aplicaciones.

La geometría es muy importante y muy bonita. En el libro se muestra pequeñaja y nada atractiva.

En mates no hay que estudiar nada (casi). Lo poco que hay que saberse de memoria lo escribiremos destacado en el cuaderno.

Nos perdemos una referencia para los padres. ¿Qué están dando...? Lo sustituiremos por una lista de "objetivos" con las que comenzaremos cada tema, para saber qué tenemos que aprender. Y por una «chuleta» de contenidos.

Nos perdemos muchas explicaciones de cosas. los alumnos no suelen mirar la explicación, porque ya la ha hecho el profe en clase. Además, la explicación estropea el descubrimiento.

Nos perdemos muchos ejercicios. Muchos, muchos. Los ejercicios se sacan de cualquier parte: fotocopiados, de internet, de pizarra, de material común, inventados por ellos...

Nos perdemos una referencia continuada de los contenidos de mates, ordenada y secuenciada. Claro que sí, pero eso a los chicos no les sirve de nada. Eso es útil para los adultos.

Nos perdemos los repasos trimestrales, los repasos del tema anterior... Pues sí.

Nos perdemos un material bonito, coloreado, atractivo. Tenemos que hacer que nuestro material sea igual de atractivo y bonito. O sea, que habrá que ser cuidadosos con la presentación.

Y convenzamos a los compañeros. Porque no tiene mucho sentido que 5º A tenga libros y 5º B no los tenga. Sería difícil de explicar, ¿verdad? Pues convenzamos al compañero/a de tomar parte en esta aventura, que supone un pequeño esfuerzo pero a la vez supone tomar las riendas de los contenidos y avanzar junto con los alumnos en el descubrimiento de las mates. Sin tener que seguir el libro página a página, que eso ya lo hacemos en lengua, y en natu, y en soci... Porque no vamos a quitar todos los libros, sino solamente el de mates.

Materiales e ideas son fáciles de encontrar. Sólo nos hará falta un poco de coordinación con el compa y repartir el trabajo (porque lleva más trabajo que el libro, claro)