SEGUIR A JESÚS Lectio divina domingo XXIII. T. O. Ciclo C. 8 Septiembre 2019. Catequistas de Cádiz y Ceuta Música: Instrumental michel Pèpè Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
ORACIÓN INICIAL Señor, voy a intentar querer lo que Tú quieres y hacer Tu voluntad contra la mía. Quiero dejarte ser lo que Tú eres: ¡Único, Otro, Nuevo cada día! Ámame más, Señor, para quererte. Búscame más, para mejor hallarte. Desasosiégame, por no buscarte. Desasosiégame, por retenerte. Pódame más, para más florecerte. Desnúdame, para no disfrazarte. Enséñame a acoger, para esperarte. Mírame en todos, para en todos verte.
TEXTO BÍBLICO Lc. 14. 25-33 En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, sí echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.“ ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»
LECTURA ¿Qué dice el Texto?
Dice el evangelio que “mucha gente acompañaba a Jesús” Dice el evangelio que “mucha gente acompañaba a Jesús”. El paso del Señor, con sus milagros admirables, con su enseñanza sorprendente, con su persona fascinadora, iba arrancando “seguidores”, con toda la carga de entusiasmo y también de ambigüedad…
Sí, había mucha gente que iba tras Jesús, pero no todos por la misma razón. Así, toda una gama de pretensiones ante Jesús… Él se vuelve y pregunta: y tú, ¿por qué me sigues? El seguimiento cristiano y eclesial de Jesús tiene unos claros identificadores.
Seguir a Jesús posponiendo los afectos, incluso los más sagrados: padres, esposos, hijos, uno mismo. “Post-poner”…situarlos después de Jesús, vivirlos en Él y desde Él. Todo lo amable de la vida, hemos de colocarlo en el Amor que el Señor es y que nos ha revelado. Ante Jesucristo, absolutamente todo lo demás será siempre menos importante.
Seguir a Jesús renunciando a todos los bienes, porque nadie puede servir a dos señores con un corazón partido y dividido; allí donde está el tesoro de una persona, allí es donde ella pone su corazón. … la primacía de Dios nos humaniza, evita el que fácilmente seamos víctimas, cómplices o gestores de tanta corrupción campeante.
Y por último, seguir a Jesús por su mismo camino, incluso ir con Él siguiéndole hasta la cruz. …Ser cireneos es caminar con Alguien que es al mismo tiempo camino y caminante. Con todas las consecuencias, hasta el final.
Quien se aventura a seguir a Jesús, aceptando su compañía de Maestro y Señor, comprobará que la vida no se le torna sombría y plomiza sino que tendrá una alegría que nadie le podrá quitar.
Seguir a Jesús perdiéndolo todo, es la apasionante y paradójica forma de encontrarlo todo, porque Jesús no es rival más que de todo lo que pervierte, idolatra y deshumaniza el corazón. Seguimos a un Dios vivo que ama la vida y nos enseña a vivirla.
¿Qué me dice el Señor en el Texto? MEDITACIÓN ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
Jesús dice a sus discípulos: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo". Este es el estilo cristiano porque Jesús ha recorrido antes este camino. Él lo ha hecho antes: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno mismo y después resurgir de nuevo. Este es el camino.
Jesús ha dado el ejemplo y aún siendo igual a Dios, se humilló a sí mismo, y se ha hecho siervo por nosotros. Este estilo nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque este camino de renegarse a sí mismo es para dar vida, es contra el camino del egoísmo, de estar apegado a todos los bienes solo para mí... Este camino está abierto a los otros, porque ese camino que ha hecho Jesús, ese camino ha sido para dar vida.
Los que sirven a los últimos y a los necesitados por amor a Jesús no esperan ningún agradecimiento ni gratificación, sino que renuncian a todo esto porque han descubierto el verdadero amor. El seguimiento de Jesús es un compromiso serio y al mismo tiempo gozoso; requiere radicalidad y esfuerzo para reconocer al divino Maestro en los más pobres y descartados de la vida y ponerse a su servicio.
y me inclino sobre quienes han perdido la fe o viven como si Dios no existiera, sobre los jóvenes sin valores e ideales, sobre las familias en crisis, sobre los enfermos y los encarcelados, sobre los refugiados e inmigrantes, sobre los débiles e indefensos en el cuerpo y en el espíritu, sobre los menores abandonados a sí mismos, como también sobre los ancianos dejados solos. Cada uno de nosotros puede decir: «Igual que el Señor ha venido a mi encuentro y se ha inclinado sobre mí en el momento de necesidad, así también yo salgo al encuentro de él
Dondequiera que haya una mano extendida que pide ayuda para ponerse en pie, allí debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia que sostiene y da esperanza». Y, esto, hacerlo con la viva memoria de la mano extendida del Señor sobre mí cuando estaba por tierra.
¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto? ORACIÓN ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
¡Buen Dios, esto sí que es fuerte ¡Buen Dios, esto sí que es fuerte! Sigo en el camino, aprendiendo a escucharte y escuchándote tratando de entenderte y entenderme. Entenderme porque cada paso que doy tiene que ser con consciencia para que no me prefiera a mí sino que busque qué es lo que tú quieres.
Solo poniendo cada día mi corazón en el tuyo podremos vivirlo, y digo podremos porque esto no es cosa de uno, sino que fiándome de ti, de tu Palabra y asumiendo el loco riesgo de la fe, podrás conducirme allí, donde no puede la lógica humana. Me pides en definitiva que no cargue con nada ni interno ni externo, porque contigo es bastante. ¿Cómo haré Señor para seguirte en lo que me pides?
Yo me fío, Señor, aunque no lo entiendo, siento que Tú lo haces cada día posible; que tu gracia no me falte, es lo que más te pido.
¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto? CONTEMPLACIÓN ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
“Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío”.
Jesús sabe que sus discípulos ponían su confianza en las cosas del mundo y no en Dios. Seguir a Cristo implica dejarlo TODO, implica conversión y también desapegos a aquellas cosas que no nos hacen libren o que simplemente condiciona el camino de seguimiento.
No podemos pensar la vida cristiana fuera de este camino No podemos pensar la vida cristiana fuera de este camino. Camino que Él ha hecho antes: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno mismo y después resurgir de nuevo.
Este es el camino. El estilo cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y va adelante. No sin cruz, no sin Jesús.
Seguir a Jesús implica no sólo morir a las cosas que nos ofrece el mundo, sino también a mis propias ideas, deseos, formas de ser y de pensar… “Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío”. Cargar con la cruz lo asociamos a lo tangible, a las dificultades de la vida, sin embargo, cargar con la cruz es asumir con responsabilidad eso que Dios me ha dado, sea bueno o menos bueno.
Jesús ha dado el ejemplo y aún siendo Dios, se humilló a sí mismo, y se ha hecho siervo por nosotros. Este estilo nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque este camino de renegarse a sí mismo es para dar vida, es contra el camino del egoísmo, de estar apegado a todos los bienes solo para mí... Este camino está abierto a los otros, porque ese camino que ha hecho Jesús, de anonadamiento, ese camino ha sido para dar vida.
Señor qué quieres de mi, cuál es mi camino, mi ruta a seguir… contigo la cruz es liviana, contigo se vencen los retos. Quiero prepararme para afrontarlos, para que nada me aparte de Ti, para asumir tus compromisos… “Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”.
ACCIÓN ¿A qué me comprometo?
A la luz del evangelio revisa tu vida y examina qué tienes que mejorar en tu seguimiento a Jesús, cómo puedes transformar y dar sentido a los sufrimientos y dificultades que encuentras en su seguimiento.
Seguir a Jesús significa comportarte como Él se comporta, ir donde Él vaya, seguir siempre sus pasos. Ama como Él ama. Acompaña a otros como Él los acompaña, interesate por la vida de los que te confía.
Seguir a Jesús es dejar tus planes y pensar cuál es su plan, su camino Seguir a Jesús es dejar tus planes y pensar cuál es su plan, su camino. Confía en Él, abandónate en Él, es la única manera de seguirlo.
No te compares con nadie, no intentes hacer lo que hacen otros, no quieras ser como otros… Ser fiel a la llamada de Jesús. Síguele ayudando a los hermanos, sufriendo con ellos, acompañándolos...
“Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo...” Jesús no quiere realizar esta obra solo: quiere implicarte en la misión que el Padre le ha confiado. Busca como implicarte activamente.
Acepta con alegría los sufrimientos y contrariedades que encuentras en el camino de la vida. Esto es seguir a Jesús.
Vive la vida, aceptando lo que te viene, pues como dice Jesús, “quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío”. FIN