Los dones del Espíritu Santo El Espíritu Santo el Gran Desconocido 2ª Sesión P. Agustín De la Vega, LC
Esquema a seguir Definición Finalidad Necesidad de los dones Relación de los dones don los frutos Relación de los dones con las bienaventuranzas Síntesis Catalogación
Definición Los Dones son hábitos sobrenaturales infundidos por Dios en las potencias del alma para corresponder con más fidelidad a las mociones del Espíritu Santo
Perfeccionar el acto de las virtudes infusas, Finalidad Perfeccionar el acto de las virtudes infusas, proporcionándoles la atmósfera divina que necesitan para su pleno crecimiento y desarrollo
Necesidad de los Dones Son necesarios para la misma salvación eterna. Los Dones del Espíritu Santo son necesarios para la perfección de las virtudes infusas. Son necesarios para la misma salvación eterna. No son necesarios para todos y cada uno de los actos saludables.
Relación de los Dones con los Frutos Cuando el alma corresponde dócilmente a la moción interior del Espíritu Santo produce actos de exquisita virtud Actos que pueden compararse a los frutos de un árbol. A los actos procedentes de los dones del Espíritu Santo se les llama frutos.
Relación Dones - Bienaventuranzas Las bienaventuranzas evangélicas son más perfectas todavía que los frutos. Ellas señalan el punto culminante y el coronamiento definitivo -acá en la tierra- de toda la vida cristiana. Al igual que los frutos, las bienaventuranzas no son hábitos, sino actos. Pero son actos tan perfectos, que hay que atribuirlos a los dones más que a las virtudes.
Síntesis de la doctrina sobre los Dones Los dones son siete hábitos sobrenaturales, realmente distintos de las virtudes con los cuales el hombre se dispone convenientemente para seguir de una manera pronta directa e inmediata la inspiración del Espíritu Santo de un modo superior a su modo connatural humano y en orden a un objeto o fin que las virtudes no pueden por sí solas alcanzar. Son más perfectos que las virtudes intelectuales y morales, pero no tanto como las teologales, de las que se derivan y por las que son regulados. Están relacionados entre sí y con la caridad, de tal manera que el que está en caridad los posee todos y sin ella no posee ninguno. Los dones de sabiduría y entendimiento son los más perfectos; los demás pueden catalogarse de distintos modos según se atienda a sus frutos propios o a la materia sobre que versan.
Catalogación En la razón: Para penetrar la verdad: Entendimiento Para juzgar rectamente: De las cosas divinas: Sabiduría De las cosas creadas: Ciencia De la conducta práctica: Consejo En la virtud apetitiva: En orden a los demás (Dios, padres, patria): Piedad En orden a sí mismo: Contra el temor de los peligros: Fortaleza Contra la concupiscencia desordenada: Temor
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