La fecha de la última cena, por qué lo condenaron y quiénes son los culpables Foro de reflexión y estudio sobre el Youcat 45º Sesión Mons. Jesús García Burillo Obispo de Ávila

Introducción Para abordar las cuestiones que presentamos hoy en el foro me he servido de: Catecismo de la Iglesia Católica Y de dos teólogos de nuestro El Papa Benedicto XVI, y su libro “Jesús de Nazaret. D. Olegario González de Cardedal, y su manual de “Cristología” y “La entraña del cristianismo”

Abordaremos tres preguntas #95. ¿Por qué eligió Jesús la fecha de la fiesta judía de la Pascua para su Muerte y Resurrección? #96. ¿Por qué se condenó a un hombre de paz como Jesús a morir en la cruz? #97. ¿Son culpables los judíos de la muerte de Jesús?

# 95. ¿Por qué eligió Jesús la fecha de la fiesta judía de la Pascua para su Muerte y Resurrección? «Jesús eligió la fiesta de la Pascua de su pueblo como símbolo de lo que iba a suceder con él en la Muerte y Resurrección. Al igual que el pueblo de Israel fue liberado de la esclavitud de Egipto, así también nos libera Cristo de la esclavitud del pecado y del poder de la muerte. [571-573]»

Sobre la datación de la cena: Benedicto XVI plantea el modo posible y adecuado de comprender y comprobar históricamente la cena pascual de Jesús con sus discípulos Es necesario tener presente algunos principios metodológicos El Papa quiere dejar claro que no es un asunto simple sino más bien complejo, pero muy enriquecedor.

Datación según los sinópticos Marcos, Mateo y Lucas siguen esencialmente una datación precisa. «El primer día de los ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?” … Y al atardecer, llega él con los Doce» (Mc 14, 12. 17).

Cronología según San Juan El evangelista cuida de no presentar la última cena de Jesús como una cena pascual. Nos dice que las autoridades judías que llevan a Jesús ante Pilato evitan entrar en el pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua (18, 28). El juicio y la crucifixión tienen lugar el día antes de la Pascua, en la “Parasceve”, no el mismo día de la fiesta. Según esto, la Pascua de aquel año tiene lugar desde la tarde del viernes hasta la tarde del sábado.

La cronología de Juan la más probable Según esta cronología: Jesús muere en el momento en que son sacrificados los corderos pascuales en el templo. Esta coincidencia es teológicamente muy importante; además, hoy se ve cada vez más claro que la cronología de Juan es históricamente más probable que la de los Sinópticos. La dificultad de esta cronología está en que la cena de Jesús con sus discípulos había sido la “última cena” en lugar de ser la “cena pascual”

Surgen unas preguntas ¿porqué los Sinópticos hablan de una cena pascual? ¿qué fue realmente la última cena de Jesús? Y ¿cómo se ha llegado a la idea, sin duda muy antigua, de su carácter pascual?

En síntesis Hay una expresa conexión interna entre: La esencia de esa cena no era la celebración de la antigua Pascua, sino la novedad que Jesús ha realizado en este contexto. Hay una expresa conexión interna entre: La entrega personal de Jesús, Su muerte Y su resurrección. Jesús eligió aquella fiesta judía como signo de su propia Pascua personal, extensiva desde entonces a todo el género humano

Olegario González de Cardedal Coincide esencialmente con el planteamiento de Meier En la cronología de los acontecimientos de la cena, pasión, muerte y resurrección de Jesús y con las observaciones planteadas por el Papa «la atmósfera y resonancias pascuales son elementos claves para entender la última cena de Jesús»

En conclusión En el evangelio de Juan, la muerte de Jesús coincide, a la misma hora, con el sacrificio y la muerte de los corderos que habían de ser comidos en la cena Pascual. Jesús se entrega al Padre para la liberación del pecado y de la muerte de toda la humanidad.

Jesús colocó a su entorno ante una cuestión decisiva: # 96. ¿Por qué se condenó a un hombre de paz como Jesús a morir en la cruz? Jesús colocó a su entorno ante una cuestión decisiva: O bien él actuaba con poder divino, O bien era un impostor, un blasfemo, un infractor de la ley, y debería rendir cuentas por ello según la ley. [571-573]

Jesús era un provocador En muchos aspectos Jesús fue una provocación única para el judaísmo tradicional de su tiempo. Perdonaba pecados, lo que sólo puede hacer Dios; Relativizaba el mandamiento del sábado; Se hacía sospechoso de blasfemia y se le reprochaba ser un falso profeta. Para todos estos delitos la ley preveía la pena de muerte.

Según nos lo presenta Benedicto XVI La aparición de Jesús y del movimiento que estaba formando en torno a él despertaba un escaso interés en las autoridades del templo Pero hubo dos acontecimientos que dispararon la alerta La resurrección de Lázaro La entrada triunfante de Jesús a Jerusalén y su posterior manifestación en el templo

El antiguo templo debe desaparecer para ser sustituido por otro nuevo. Jesús el nuevo Templo El antiguo templo debe desaparecer para ser sustituido por otro nuevo. Lo cual significa que Jesús mismo tiene que pasar por la crucifixión para convertirse, como Resucitado, en el nuevo templo.

González de Cardedal nos brinda también otro matiz La muerte de Jesús debe ser entendida desde dentro de las situaciones, instituciones y personas en medio de las que él vivió Su muerte fue el resultado de unas libertades y decisiones humanas en largo proceso de gestación La muerte de Jesús tiene que ser leída y entendida desde su condición de mensajero del Reino, a la vez que desde la experiencia de la resurrección, o acreditación de ese mensajero por Dios, más allá de la desacreditación que los hombres hicieron de él

En conclusión La muerte de Jesús no debe ser entendida: como el resultado de una ingenuidad, ni como si Jesús hubiese quedado atrapado por los acontecimientos, ni por participar en un movimiento zelote menos aún como un acto suicida, ni considerada como inherente a su misión Su muerte es el resultado de un largo proceso que se fue gestando y que acepta Como condición de fidelidad Y como suprema expresión de entrega personal a la causa del Reino

#97. ¿Son culpables los judíos de la muerte de Jesús? «Nadie puede atribuir a “los judíos” una culpa colectiva en la muerte de Jesús. Lo que la Iglesia confiesa con certeza, por el contrario, es la responsabilidad de todos los pecadores en la muerte de Jesús. [597-598]

En el libro “Jesús de Nazaret”, del Papa Benedicto XVI La distinción e identificación de los personajes que intervienen en la condena a muerte de Jesús sólo nos ayudará a analizar el proceso y las motivaciones que llevaron a su enjuiciamiento; pero la cuestión de la “culpabilidad” o no de estos personajes no nos toca a nosotros juzgar, sino sólo a Dios, quien es en definitiva el Señor de la historia.

Análisis de los personajes Anás y Caifás El Sanedrín Poncio Pilato

Olegario González de Cardedal, en su libro “La entraña del cristianismo” Plantea la conjugación de actuaciones entre el pueblo judío y autoridad romana Decidir rigurosamente la parte de responsabilidad que tuvieron entonces unos y otros resulta hoy imposible La Iglesia católica ha puesto un claro punto final a ese antisemitismo histórico al esclarecer en el Concilio Vaticano II cuál es su postura ante el pueblo judío y cuáles son las causas reales de la muerte de Cristo para ella.

La Declaración Nostra aetate, del Concilio Vaticano II Explica la estrecha relación que nos une al pueblo judío, la raza de Abraham, de quien los cristianos somos hijos en la fe La Iglesia no olvida que ha recibido de él la revelación del Antiguo Testamento y le llama el “Buen olivo” El objetivo de la declaración es, reconociendo el patrimonio espiritual común entre cristianos y judíos, fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio.

González de Cardedal, en su “Cristología”, dice lo siguiente: «Lo decisivo en la muerte de Jesús no es quién le mató sino cómo y por qué murió él. Los verdaderos protagonistas activos y pasivos de esa muerte, además de los del orden histórico, son los del orden teológico: El amor de Dios en un sentido Y el pecado de todos los hombres en otro.

En conclusión Cristo murió por mi causa (soy un pecador) Ante el Crucificado, todos nos hemos descubierto pecadores y hemos comprendido que: Cristo murió por mi causa (soy un pecador) y murió a mi favor (para que sea justo e hijo de Dios)

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