Clase 7: Tesoro en vasos de barro.

INTRODUCCIÓN Las leyes espirituales del Reino, las cualidades de un discípulo, las virtudes que pondera Dios, muchas veces parecen ser contradicciones para el mundo. Definición de “paradoja”: “Dicho o hecho que parece contrario a la lógica”; “contrario a la opinión común”. Es una figura retórica que consiste en la utilización de expresiones que envuelven una contradicción. Algunas paradojas bíblicas: “Cuando soy débil soy fuerte”. “El que se humilla será ensalzado”. “El que pierda su vida la hallará”. “No mirando las cosas que se ven sino las que no se ven”.

«Tenemos este tesoro en vasos de barro». 2 Corintios 4:7. a. El tesoro que no es visible a los ojos. ¿Vio alguna vez un documental o película acerca del descubrimiento de algún tesoro? ¿Qué impresión le dejó? ¿Qué es un tesoro para usted? ¿Por qué? ¿De qué se trata el «tesoro» que habla Pablo en 2 Co. 4:7?

El conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo está dentro de nosotros, débiles vasos de barro. “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” V.6. Aquí “conocimiento” hace referencia al adquirido de manera experimental, por relación personal. Lo más valioso es tener al Cristo glorioso morando en nuestro ser.

b. Lo valioso en envase frágil Observe otros ejemplos donde Dios guardaba tesoros en apariencias insignificantes. El lugar santísimo del tabernáculo estaba cubierto de gruesas cortinas que por fuera era de pieles de tejones. El tesoro escondido en un campo cualquiera. ¿Por qué Dios esconde lo valioso en algo sin valor? Que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. ¿Cuál es el valor del hombre interior? Peso de gloria en nuestro espíritu. Somos transformados, o transfigurados. Dios permitió rajaduras en el vaso de barro para que por ahí resplandezca su gloria.

Como vasos de barro estamos sujetos a situaciones difíciles que debemos sobrellevar. 2 Co. 4:8: “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos”. 1. Podemos estar atribulados, pero no angustiados. Sí podemos estar atribulados (Thlibo, en griego). Podemos sufrir aflicción, presionados por las circunstancias, personas. Alude siempre a presiones externas. No podemos estar angustiados (Stenocoreo). Angustiado es “estar apiñado en un lugar estrecho, oprimido por falta de espacio”. Es sentirnos tan abrumados que no podemos tomar decisiones por nosotros mismos. Ej: Sitio a una ciudad.

2. Podemos estar en apuros, pero no desesperados. Sí podemos estar en apuros (Aporeo). Circunstancias que nos dejan confundidos, desorientados, dudando, sin saber qué hacer. No podemos estar desesperados (Exaporeo). Es “salirse del camino, estar sin rumbo, sin recursos, hundido y puesto en desesperación, creyendo que no hay salida”.   3. Podemos estar perseguidos, pero no nos sintamos desamparados. Sí podemos estar perseguidos (Dioko) Situaciones o personas que nos quitan de algún lugar, que nos hacen escapar, cuando nos echan, cuando van detrás nuestro para hacernos mal. No estaremos nunca desamparados (Enkataleípo). Significa que quien va guiándonos no va a abandonarnos ni dejarnos desprotegidos, sin amparo ni ayuda.

4. Podemos estar derribados, pero nunca destruidos. Sí podemos estar derribados (Katabalo) “Arrojar bajo”. “Echar hasta el suelo”. Caídos. No estaremos nunca destruidos (Apólimi) Significa que no podrán reducirnos a pedazos; no podrán deshacer nuestra vida. El diablo vino para matar, hurtar y destruir. Pero Mayor es el que está en nosotros. Cristo no quiebra la caña cascada ni el pábilo que humea. Is. 42:3: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.”

c. Como dar gloria a Dios con nuestro vaso de barro. Dios habita en este vaso de barro. Vaso de barro con un sello de pertenencia: “Hijo adoptado por Dios, marca registrada”. Estás destinado a glorificar a Dios en espíritu, alma, y también en cuerpo. Este vaso de barro es el lugar de adoración a Dios. Nuestro hombre exterior debe estar acorde con el interior. Glorificarlo en santidad. Nuestro cuerpo es el altar de adoración y lo expresamos a través de nuestra conducta. Los que priorizan el hombre interior van a contramano del sistema. Julio, un predicador en silla de ruedas. Mary, una profesora de seminario, con esclerosis múltiple.

Este vaso de barro necesita mantenimiento diario. Debemos cuidar nuestro templo de los ataques directos contra la gloria de Dios en nosotros. Romanos 8:1-14 nos ofrece la solución: Pensar en y por el Espíritu. Que Él filtre nuestros pensamientos (v. 5). Estar ocupados en las cosas del Espíritu (v. 6). Estar sujetos al Espíritu, darle nuestras decisiones (v. 7). Dejar de darle los gustos a la carne (v. 8). Adoptar como estilo de vida la obediencia al Espíritu (v. 9). Depender de la guía y el poder del Espíritu (vs. 10-14). Confiar que Él intercede por nosotros (v. 26).

Conclusiones El poder y la gloria de Dios reside en nosotros, humildes vasos frágiles para que la alabanza sea de Él. Seguimos siendo vasos de barro porque nuestro valor no lo determina lo exterior, sino lo interior. Debemos cuidar de manera integral todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, para que manifestemos siempre su gloria en nosotros.

Repaso – Verdadero o Falso …… 1. Una paradoja expresa una contradicción pero enseña una verdad espiritual. V F …… 2. Dios cambia el vaso de barro en vasos de oro, plata y piedras preciosas. …… 3. Mantenernos frágiles nos da la oportunidad de vivir en humildad. V F …… 4. La palabra “conocimiento” de la gloria de Dios en Cristo se refiere a la sabiduría que adquirimos en nuestro intelecto. …… 5. Debemos cuidar nuestro cuerpo porque es templo del Espíritu Santo. V F …… 6. Debemos cuidar más el alma que el espíritu, y el espíritu más que el cuerpo. V …… 7. Cada vez que pasamos por tribulaciones, nuestro hombre interior se renueva de gloria en gloria. V …… 8. No somos valiosos por lo que podemos manifestar exteriormente, sino por el tesoro que Dios ha puesto en nuestro espíritu.

2 Corintios 4:7: «Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros».