“Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”

Para experimentar la unidad que Dios espera de su iglesia, debemos estar continuamente conectados con Cristo, la Fuente de la unidad.

BENDICIONES EN CRISTO “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3). De acuerdo a Pablo, ¿qué hemos recibido en Cristo? Pablo, en la carta a los Efesios 1:3-14 establece un rol de bendiciones, más de 12. Todas son muy resaltantes, pero se destaca la siguiente: Somos hechos sus hijos, por adopción. Y, de esa forma, hechos familia de Dios ante el Universo. Representamos a Dios y su evangelio a todo el mundo. La imagen de la adopción se refiere al pacto de Dios con los hijos de Israel (Deuteronomio 7:6-8). En el contexto de las epístolas de Pablo, los gentiles que aceptan a Jesús como el Mesías también son hijos de Dios, herederos de las promesas hechas a Israel (Romanos 8:17; Gálatas 4:7). El beneficio de esta relación con Cristo es el fundamento de toda la unidad cristiana. La extensa lista de bendiciones disponibles para los creyentes “en él” incluye ser escogidos, predestinados y adoptados, así como recibir la gracia, la redención, el perdón y un sello que garantiza nuestra herencia. Pablo resume el efecto acumulativo de estas bendiciones en Efesios 1:9 y 10. Estas bendiciones fueron dispuestas para que Dios pudiera brindar unidad a su creación en Cristo. PIENSA: ¿Qué significa tener todas las bendiciones espirituales en Cristo?

SE DERRIBA EL MURO “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Efesios 2:14). ¿Qué representaba ese muro de separación y qué beneficios trajo el ser derribado por la muerte de Cristo? Pablo explica a los Efesios, en el capítulo 2 de su carta, que ante la promesa de Dios a Abraham y sus descendientes, los judíos, había dos pueblos, separados por descendencia, por estado ante la promesa, por sus religiones y sus prácticas religiosas, como la circuncisión y otros estatutos, incluso por la posibilidad de adorar al Dios verdadero en el templo erigido en su nombre, que mantenía un área privilegiada para los descendientes de Abraham, separada en el interior del templo por una pared, que Pablo llama "muro de enemistad ". Este "muro de enemistad". fue derribado por Cristo, que de dos pueblos, judíos y gentiles, hizo uno, herederos de la promesa, pues de esa forma Cristo hace a todo cristiano descendiente de Abraham, circuncidados en el corazón y no en el cuerpo. Pero no fueron solo los judíos y los gentiles los que pudieron reconciliarse. Pablo entendía que Cristo había derribado todas las barreras, ya fueran raciales, de clase o de género. Ahora todos tenían igual acceso a Dios y a su gran salvación PIENSA: ¿Qué muros de separación existen en tu iglesia que están afectando la unidad, y cómo pueden éstos ser derribados?

UNIDAD EN UN CUERPO “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Efesios 4:4-6). ¿De qué manera los cristianos debemos andar en unidad en el cuerpo de Cristo? Otro secreto para la unidad es el conocimiento de que no somos ni estamos aislados. Pero estamos unidos, complementarios, interdependientes, pues somos un cuerpo. El cuerpo de Cristo. Cada uno desempeña una función, como los diversos órganos del cuerpo, cada uno complementando la acción del otro. Manifestando humildad y docilidad en nuestras relaciones, teniendo paciencia y apoyándonos mutuamente, mostraremos la unidad. Y esas características deben estar compuestas por todos los esfuerzos necesarios y posibles para que la unidad sea expresada en constante y persistente vínculo de paz. Estos esfuerzos necesitan ser demostrados por amor incondicional, verdadero, puro, celestial. La unidad del cuerpo, el cristiano lo adquiere en el bautismo, pero debe ser desarrollado y practicado, en cada momento de la jornada y, en el futuro, buscada con vehemencia y dedicación, para ser alcanzada en el futuro, cuando sea completo en el conocimiento de Nuestro Señor, y alcanzar la plena estatura de Cristo en nosotros. PIENSA: ¿Qué decisiones puedes tomar ahora para estar seguro de que “andas como es digno de la vocación con que fuiste llamado”?

LOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA Y LA UNIDAD “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13). ¿Cuál es el propósito de Dios al dar dones especiales de liderazgo a la iglesia? A todos los que quieran les es ofrecido el don de la salvación. Pero para la administración de su pueblo, Dios, por el Espíritu Santo, concede dones espirituales con finalidades y propósitos definidos. Dones repartidos a la iglesia, por elección del Espíritu Santo, con la finalidad de perfeccionar del cuerpo de Cristo para desempeñar su misión como luz y sal del mundo, en misiones individuales, cuya suma (misión individual + iglesia) traiga como resultado crecimiento y la edificación del cuerpo de Cristo. (Efesios 4:12). Esto, por extensión, hace posible que cada cristiano sea llamado, elegido y capacitado para ser un ministro de Cristo y del evangelio eterno. El imperativo de la gran comisión de Mateo 28:19-20 es para todos. Dios derramó sobre su iglesia dones espirituales. Al unirse a Cristo, el creyente pasa a hacer uso de estos regalos para, al mismo tiempo, fortalecer su relación con Dios y llevar a otros al conocimiento de la salvación. PIENSA: ¿Qué dones espirituales tienes y cómo los usas para la unidad de tu iglesia local?

RELACIONES HUMANAS EN CRISTO “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:21) ¿Qué impacto tiene en nuestra relación humana esta calidad de sumisión mutua en el hogar y el lugar de trabajo de un creyente en Cristo? Pablo nos recuerda que ningún cristiano está solo en este mundo y que formamos una comunidad de fe contando con líderes espirituales para ayudarnos y alentarnos unos a otros en nuestra senda común. Unidos, somos parte del cuerpo de Cristo en el que encontramos fortaleza y aliento. Estamos llamados a relacionarnos con otros cristianos, pero relaciones que resulten en la alegría de servir y en la paz de la reconciliación. "Más importa dar que recibir", dijo Jesús. Sólo así nuestra misión será eficaz. Una comunidad dinámica donde existe y se fomenta la unidad también se caracteriza por el compañerismo y el servicio. Los adventistas del séptimo día a menudo comentamos que a cualquier lugar que vayamos, siempre encontraremos hermanos y hermanas en Cristo. Esa hermandad es un fruto del Espíritu. (Libro complementario, c. 4) PIENSA: ¿En qué baso mis relaciones interpersonales dentro y fuera de la iglesia?

El conocimiento de Cristo y Su amor ocasionan el "punto de la conversión". Procesado por la renuncia a la propia voluntad e ideas en favor de la unidad entre los hermanos. La iglesia de Cristo debe aparecer ante el mundo como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Capacitada por el Espíritu Santo. El padrón de la perfección se demuestra por el amor de Cristo en nuestras vidas, fluyendo de forma natural y espontánea, de Cristo a nuestros prójimos, a través de nosotros. Eso es unidad. La gran reflexión de esta semana es que la mejor forma de compartir el amor de Cristo es una vida de amor, perdón, paz, paciencia, perseverancia. En las familias, entre esposos y padres e hijos; en los negocios como patrones o empleados; en la sociedad, como ciudadanos. Demostrando amor creciente entre nuestros cercanos, ciertamente reflejará el amor de Cristo al más lejano.