La Quinceañera

La transición de la niñez a la edad adulta. La celebración es una manera de reconocer que una joven ha alcanzado la madurez sexual y por lo tanto de una edad mínima para contraer el matrimonio. El componente más importante de la celebración es invariablemente una Misa de acción de gracias (Thanksgiving Misa).

La cumpleañera llega vestida con un elegante vestido largo en tonos pastel. Flanqueada por sus padres y padrinos Está sentada a los pies del altar durante todo el servicio.

Ella puede estar acompañada por un máximo de siete damas y chambelanes seleccionados de entre la familia y amigos cercanos. Al final de la misa la quinceañera deposita su ramo en el altar o en un nicho en honor a la Virgen María, o con mayor frecuencia, a la Virgen de Guadalupe.

La quinceañera tradicionalmente tiene la opción de seguir celebrando la ocasión, ya sea con un viaje o una fiesta. Mientras que un viaje a París y otros destinos europeos fue una vez el furor entre los adinerados, hoy en día las jovencitas de todos los estratos sociales, generalmente optan por la fiesta, con música de banda en vivo.

El grado de opulencia del evento está directamente relacionado con los medios económicos de los padres de la niña y sus padrinos.

Los que viven en las ciudades con frecuencia arriendan salones de banquetes para el baile, mientras que la gente del pueblo son más proclives a tener la fiesta en su casa o rancho. Para cubrir los gastos, una serie de padrinos y madrinas podrán ser invitados a patrocinar, respectivamente, el vestido, la música, el local, el bar, el pastel y los arreglos de la mesa, etc.

Aunque la música suele dominar durante todo el evento, el momento culminante llega cuando la festejada y su chambelán principal o el padre baila un vals tradicional. Otros puntos destacados incluyen el brindis, la última muñeca, el cambio de zapatos, y el corte del pastel de cumpleaños de varios niveles decorado en tonos que coinciden con el vestido de la quinceañera.

Los orígenes de las celebraciones de quinceañeras de México siguen siendo oscuros, aunque las raíces bien pueden residir en la época de los aztecas. Según Bernardino de Sahagún, en su crónica Historia de Nueva España, era tradicional que los padres de una joven doncella (virgen) azteca reconocieran formalmente su paso de niña a mujer. Esto incluía una exhortación (consejo) severo pero sensible de observar los modos de comportamiento aceptables.

Independientemente de cómo se originó la tradición y a pesar de la avalancha incesante de la cultura gringa prevalente hoy en día, la celebración de la quinceañera se mantiene como uno de los ritos de paso que mantiene los lazos de la familia mexicana firmemente cementada.