Lección 1 para el 3 de enero de 2009 EL MÉTODO CELESTIAL DE COMUNICACIÓN Lección 1 para el 3 de enero de 2009

¿CÓMO HABLA DIOS A LA HUMANIDAD? “…DE MUCHAS MANERAS…” “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” Hebreos, 1: 1-2

¿Quién puede escuchar directamente la voz de Dios y seguir viviendo? “La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas. La voz del Señor resuena potente; la voz del Señor resuena majestuosa. La voz del Señor desgaja los cedros, desgaja el Señor los cedros del Líbano; hace que el Líbano salte como becerro, y que el Hermón salte cual toro salvaje. La voz del Señor lanza ráfagas de fuego; la voz del Señor sacude el desierto; el Señor sacude el desierto de Cades. La voz del Señor retuerce los robles y deja desnudos los bosques; en su templo todos gritan: «¡Gloria!»” Salmo 29: 3-9

Abraham Génesis, 18: 1-2 Jacob Génesis, 32: 22-31 Moisés Éxodo, 3: 2-6 Josué Josué, 5: 13-15 Solo Adán y Eva pudieron conversar directamente con Dios antes del pecado. Los demás casos en los que Dios habló directamente con el hombre son manifestaciones del “ángel del Señor”, el cual es Cristo mismo. Gedeón Jueces, 13: 11-22

A través de los siglos, Dios ha buscado maneras de comunicarse con sus criaturas en todo el mundo. Según la capacidad de las personas, Dios se les manifiesta de la mejor manera posible para que le conozcan y le acepten. A aquellos que no conocen nada de Dios, Él les habla con un lenguaje universal que todos pueden entender: a través de la naturaleza y de la conciencia.

“Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos, 1: 19-20) “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmo 19: 1)

Dios se comunicó con el pueblo de Israel a través de los profetas, algunos de los cuales dejaron testimonio escrito para aquellos que habrían de conocer al Señor en el futuro. “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” (Amós, 3: 7)

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2ª de Timoteo, 3: 16-17) Actualmente, la Biblia es la herramienta más eficaz que Dios ha puesto al servicio del creyente para conocer la voluntad divina.

Desde el desierto de Madián hasta Babilonia, la Biblia fue escrita en tiempos y lugares muy diversos. Fue escrita por personas muy distintas: Reyes sabios, incultos criadores de ganado, rudos pescadores, sacerdotes, nobles. Incluso reyes paganos dejaron en ella el registro de su reconocimiento del poder de Dios. A pesar de tal variedad de autores pertenecientes a tiempos y lugares tan distintos, la unidad bíblica es impresionante. Nadie puede dudar que su Autor inspiró a todos los escritores y se preocupó de su preservación a través de la historia hasta nuestros días.

"Ellas son las que dan testimonio de mí" Juan, 5: 39 Dios eligió como medios para comunicarse con la humanidad caída la naturaleza, la conciencia, los profetas y la Palabra escrita. Y todos ellos apuntan a la revelación máxima: JESÚS. "Ellas son las que dan testimonio de mí" Juan, 5: 39

“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan, 14: 9) Jesús es el medio por excelencia que la divinidad escogió para revelarse a sí misma. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan, 1: 18) “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan, 14: 9)

“Por medio de la creación y de la redención, por medio de la naturaleza y de Cristo, se revelan las glorias del carácter divino. Por el maravilloso despliegue de su amor al dar a “su Hijo unigénito...” se revela el carácter de Dios a las inteligencias del universo. Por medio de Cristo, nuestro Padre celestial es conocido como el Dios de amor” E.G.W. (A fin de conocerle, 12 de enero)