El neoliberalismo: un nuevo orden político, económico y cultural. El neoliberalismo nació después de la Segunda Guerra Mundial. Fue una reacción teórica y política vehemente contra el Estado intervencionista y de Bienestar. Se trata de un ataque apasionado contra cualquier limitación de los mecanismos del mercado por parte del Estado. “Camino de Servidumbre”, de Friedrich Hayek, escrito en 1944. Con la crisis de ‘73 (estanflación), las ideas neoliberales pasaron a ganar terreno. Y hacia 1979 surgió la oportunidad de ponerlas en práctica. En Inglaterra fue elegido el gobierno Margaret Thatcher, el primer régimen de un país capitalista avanzado, públicamente empeñado en poner en práctica un programa neoliberal. Un año después, en 1980, Ronald Reagan llegó a la presidencia de los Estados Unidos y en 1982, Helmut Kohl hizo lo mismo en Alemania. Esta ideología se verá plasmada hacia 1989 en lo que se llamó el Consenso de Washington. Integrado por organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial, representantes de las grandes potencias económicas del mundo que ocupaban altos cargos en la administración en sus respectivos países y además grupos de “expertos en política económica”.

Temas sobre los que se acordaron “Recetas para los Estados”: Disciplina presupuestaria: contención de gasto social y restauración de una tasa “natural de desempleo”, o sea, la creación de un ejército industrial de reserva para quebrar a los sindicatos. Reforma fiscal: para incentivar a los agentes económicos > Reducciones de impuestos sobre las ganancias más altas. Dicho con otras palabras, se reducen los impuestos en favor de los más ricos. Liberalización financiera: Se elevan las tasas de interés para incentivar la inversión privada. Tipos de cambio competitivos: crece el mercado financiero internacional. Se comercializa más “dinero” que bienes reales. Esto incentiva la inversión especulativa, no tanto la inversión productiva. Liberalización comercial: reducción de tasas a las importaciones y exportaciones. Apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas. Privatizaciones. Desregulaciones económicas: Abandonar la intervención. Dejar en manos del mercado la economía del Estado. Garantizar los derechos de propiedad: mantener un estado autoritario en donde las decisiones del ejecutivo sean fuertes y puedan resolver “errores del sistema democrático”. La libertad y la democracia, explicaba Hayek, podían tornarse fácilmente incompatibles, si la mayoría democrática decidiese interferir en los derechos incondicionales de cada agente económico para disponer de su renta y sus propiedades a su antojo. Gobierno mínimo pero fuerte: Es decir, menos gasto fiscal pero centralización de las funciones ejecutivas.

Rasgos generales de las sociedades pos-fordistas (‘70, ‘80 y ’90) Organización Toyotista del trabajo. Carácter dualizado de la sociedad: el sistema sigue reproduciendo una marginalidad creciente de sectores cada vez más amplios de la población. ¿Cómo explica la burguesía esta marginación o pobreza? a partir de mecanismos de competencia: están los ganadores y los perdedores, los outsiders y los insiders, los integrados y los excluidos. El que no llegó fue “porque no quiso”. Nunca se busca la explicación de esta dualidad en el funcionamiento mismo del sistema, sino que se culpa a los que participan del juego capitalista: a los hombres: “La culpa de que haya pobres en el mundo es de los mismos pobres”. La desigualdad no es vista como un aspecto negativo para la lógica neoliberal, llegando a ser, incluso, necesaria y deseable. Para ello cumplen aquí un papel central la ideología meritocracia y del individualismo competitivo, según las cuales aquello que justifica y legitima la división jerárquica y dualizada de las modernas sociedades de mercado, es el así llamado principio del mérito. En el discurso neoliberal se prefiere hablar de consumidores, no de ciudadanos. Ya que se hace una mercantilización de la sociedad y su cultura. El triunfo del neoliberalismo, es el triunfo de la lógica del mercado contra la del estado. Los neoliberales precisan recrear un tipo de intervención estatal mas violenta tanto en el plano material como en el simbólico. Este ejercicio de fuerza asume una nueva fisonomía orientada a garantizar una estabilidad política e ideológica. > Dictaduras Militares.

Globalización y Endeudamiento de América Latina Bajo un contexto de globalización, en el que supuestamente el mundo está conectado y las posibilidades de crecimiento son para todos, se planteó la idea de que América Latina debía finalmente desarrollarse. Para ello el FMI y el Banco Mundial recomendaban tomar créditos internacionales: Deuda Externa Latinoamericana 1960 – 7.200 millones de dólares. 1980 – 243.000 millones de dólares. Pero las políticas para el supuesto crecimiento del PBI fracasaron. El estancamiento de las economías en desarrollo llevó a que se tomaran medidas de ajuste y equilibrio fiscal. Causas del fracaso Corrupción: muchas de las inversiones que llegaban al país fueron a parar a los bolsillos de funcionarios (civiles y militares). Inversiones improductivas: se construyeron muy pocas obras públicas como autopistas o represas hidroeléctricas, y se destinó gran parte de la deuda a la construcción de monumentales casinos, estadios y otros tipos de entretenimientos.

Globalización y Endeudamiento de América Latina Conociendo de cerca las consecuencias de la aplicación de las políticas económicas neoliberales en nuestro país ¿Por qué no reaccionamos antes? Para mantener el orden y naturalizar las desigualdades la burguesía recurre a múltiples estrategias: Cultura del desperdicio: Se generan fenómenos de consumo masivo en el que los gustos y preferencias de las personas deben ser cada vez más cambiantes. Ello se acompaña de un proceso acelerado de obsolencia de los bienes (por ejemplo Iphone 1, Iphone 2 y Iphone 3 ), que permite aumentar la producción y generar nuevos mercados. Este mecanismo del desperdicio se acompaña del desarrollo de nuevas tecnologías. La “globalización”, que no es otra cosa que la intervención del mercado, ha permitido expandir una violencia simbólica y material sin precedentes, ya que los gustos y las modas vigentes en los países del Norte (más desarrollados) se difundieron y penetraron en los países del Sur en forma fácil. Una de las estrategias más recurrentes de controlar los gustos es la publicidad, en donde se imponen una serie de “verdades” que penetran en el sujeto sin necesidad de que éste razone sobre el consumo o alcance a criticar o preguntarse sobre la necesidad real de ese bien.