Sentido de vida
Vivimos en una sociedad donde llegar a la meta lo más pronto posible – y si es viable, sin obstáculos – es el mayor logro del hombre. “El fin justifica los medios”.
Si el sentido es aquello que buscamos, el sinsentido vendría a ser un agujero, un hueco en nuestra vida que se hace presente de manera repentina. En cuanto lo sientes, surge la necesidad de salir corriendo a “llenarlo”, porque al final de cuentas, es una “necesidad”. Es por ello que intentamos llenar nuestros vacíos existenciales con “cosas”, que de manera inmediata producirán satisfacción
La búsqueda del ser humano por encontrar un sentido de vida constituye una fuerza primaria. Dicho sentido es único y específico para cada una de las personas, y corresponde a cada uno encontrarlo.
El sentido de la vida hay que atribuírselo al individuo, pero sólo en función de la persona. La persona será la resultante de los múltiples patrones de la vida social y cultural que actúan sobre cada individuo, «moldeándolo» como persona, a la manera como el individuo es la resultante de los múltiples genes que interactúan en el cigoto del cual procede.
El sentido de la vida no está previamente dado ni prefigurado, ni puede estarlo, puesto que le es comunicado a la vida por la propia persona, a medida que ella se desenvuelve. La tesis de la imposibilidad de derivar del individuo humano el sentido de una vida personal equivale a la tesis de la multiplicidad de sentidos virtuales que es preciso asignar constitutivamente al individuo humano.
Para Frankl, la vida podría adquirir sentido mediante la realización de valores que según él son de tres tipos: Creativos (que pueden realizarse mediante la acción)} Vivenciales (experimentar o sentir algo por algo o alguien, como por ejemplo amor)} De actitud (¿cuál es la actitud que tomamos ante determinadas situaciones?)
Seligman nos expresa que una vida con sentido es la que pasa a formar parte de algo más elevado que nosotros, y cuanto más elevado sea ese algo, más sentido tendrá nuestra existencia. Nuestras emociones positivas nos permiten conectarnos mejor con los demás, nos ayuda a encontrar una vocación de servicio, nos ilumina el camino hacia el significado y al propósito de nuestras vidas. Las emociones positivas que crean significado son el amor, la compasión, la esperanza, el asombro, la gratitud, la confianza y la alegría. Brindar y recibir amor nos permite sentir importantes, eficaces. El compromiso y la compasión crean satisfacción y una sensación de logro. La esencia de encontrar significado en nuestras vidas es poder compartir con los demás, aprender a apreciar lo que los demás ven bueno en nosotros.