LA LEY DEL AMOR Lectio divina domingo VII T. O. Ciclo A 19 Febrero 2017 Secretario Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: para sentir con imágenes… Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
ORACIÓN INICIAL Yo, en cambio, os digo: “Ama a tus enemigos y ora por los que te persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús pide: amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo.
TEXTO BÍBLICO Mt. 5. 38-48 Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
LECTURA ¿Qué dice el Texto?
Jesús viene y dice: amad a vuestros enemigos, sorprended a quien os afrenta, confundid a los que os piden algo. Otros dirán cosas distintas, otros tendrán solapadamente sus mezquinos ajustes de cuentas, con sus dientes y sus ojos... medidos y pesados en la balanza de su talión particular.
No se trataba de un oportunismo sino de devolver a los hombres la real posibilidad de volver a ser imagen y semejanza de un Dios que no discrimina a nadie, que ama a sus enemigos regalando el sol cada mañana a los buenos y a los malos, y envía la lluvia hermana a los justos y a los injustos.
Jesús no predicaba simplemente una ética universal, una buena educación cívica y unas normas de urbanidad válidas para todos. Él propone otra cosa, coincida o no con lo que otros puedan igualmente pensar y proponer.
El amor que cuenta y pesa, el amor que calcula, el que pide condiciones... éste no le interesa a Jesús. Ése pertenece a los paganos, a los que no pertenecen a la ciudad de Dios ni a su Pueblo.
Acaso podemos pensar que no tenemos enemigos de solemnidad Acaso podemos pensar que no tenemos enemigos de solemnidad. Enemigos de ésos a los que se responde con mísiles modernos o con duelos románticos. Pero la enemistad que Jesús nos invita a superar con amistad, y los odios que Él nos urge a transcender con amor.
El amor que Jesús nos propone se debe hacer gesto cotidiano, permanente.
Porque los amigos o enemigos a los que indistintamente debemos amar se pueden encontrar cerca o lejos, en nuestro hogar o en el vecino, puede ser un familiar o un compañero, frecuentar nuestras sendas o sorprendernos en caminos infrecuentes... Pero todo esto da lo mismo.
En esto nos reconocerán como sus discípulos. No hay distinción que valga para dispensarnos de lo único importante, de lo más distintivo y de lo que nos diferencia de los demás: el amor. En esto nos reconocerán como sus discípulos.
¿Qué me dice el Señor en el Texto? meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Yo, en cambio, os digo: “Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades y en el mundo.
Y a nosotros, ¿nos entusiasma Jesús con sus exigencias? Jesús no conoce más que una ley, la ley del amor, y saca de ella todas sus consecuencias, y hasta los últimos detalles. Esto a algunos los entusiasma y a otros los llena de indignación. Y a nosotros, ¿nos entusiasma Jesús con sus exigencias? Podría suceder que las escucháramos con unos oídos tan distraídos y tan habituados, que ni siquiera nos impresionaran.
El cristianismo no es una religión fácil El cristianismo no es una religión fácil. Ser un cristiano auténtico exige sacrificio, heroísmo, renuncia al odio, al rencor y a la venganza... Feliz el que sabe dar el primer paso para acercarse.
No hay más que una salida: comenzar a amar. Porque no hay nada mejor que en un conflicto uno perdone al otro, abandone su posición, deje de devolver el golpe. No hay más que una salida: comenzar a amar. Descubrir en cada hombre a Jesús.
Jesús vino para salvarnos, para mostrarnos el camino, el único camino para salir de las arenas movedizas del pecado, y este camino de santidad es la misericordia, que Él ha tenido y tiene cada día con nosotros. Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo. Esto es lo que el Señor nos pide.
¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto? oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
Jesús, gracias por llamarme a formar parte de tus discípulos. Dame la gracia de servir a los demás como Tú lo hiciste.
"Nadie tiene mayor amor que aquél que da la vida r sus amigos". Tú has dicho: "Nadie tiene mayor amor que aquél que da la vida r sus amigos". Sé que hay muchas personas que esperan ser amadas, y yo estoy dispuesto.
Pero este amor perderá su fuerza si Tú no lo alimentas, si Tú no lo alientas. No quiero tener límites en mi amor.
Que cuando sirva a las personas con las que convivo, a las personas que sufren alguna necesidad, recuerde que te lo estoy haciendo a ti.
¿Cómo reflejo en mi vida o que me dice Dios en el Texto? contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida o que me dice Dios en el Texto?
No discrimina a nadie. Su amor está abierto a todos. La llamada de Jesús a amar es seductora. Jesús no les habla arbitrariamente. Su invitación nace de su experiencia de Dios. El Padre de todos no es violento sino compasivo. Su amor es incondicional hacia todos: «El hace salir su sol sobre buenos y malos, manda la lluvia a justos e injustos». No discrimina a nadie. Su amor está abierto a todos.
Este Dios que no excluye a nadie de su amor, nos quiere atraer a vivir como él. Esta es en síntesis la llamada de Jesús. "Pareceos a Dios. No seáis enemigos de nadie, ni siquiera de quienes son vuestros enemigos. Amadlos para que seáis dignos de vuestro Padre del cielo”
El verdadero enemigo del hombre hacia el que tenemos que dirigir nuestra agresividad no es el otro, sino nuestro propio «yo» egoísta, capaz de destruir a quien se nos ponga. La vida entera de Jesús ha sido, desde el principio hasta el fin, una llamada a resolver los problemas de la humanidad por caminos no violentos…
Los cristianos hemos de preguntarnos por qué no hemos sabido todavía extraer del Evangelio todas las consecuencias de la «no-violencia» de Jesús, y por qué no le hemos dado el papel central que ha de ocupar en nuestra vida.
Las palabras de Jesús nos interpelan y nos sostienen. Hemos de construir y cultivar entre todos una actitud reconciliadora difícil pero posible. Las palabras de Jesús nos interpelan y nos sostienen. No basta denunciar, no es suficiente sobrecogernos y mostrar repulsa ante tantas realidades de violencia e injusticia, de desamor…
Recordar que: “al atardecer de la vida nos juzgarán del amor”. Jesús está en el necesitado. Para amar, tenemos que dejarnos amar. Tenemos que vencer el egoísmo, salir de nosotros mismo, ver al otro como hijo de Dios, querido y amado.
acción ¿A qué me comprometo?
Procura poner en tu vida la ley del amor y no la ley del talión Procura poner en tu vida la ley del amor y no la ley del talión. Ojo por ojo.
Este Evangelio te invita a salir de ti, a mostrar un gesto de amor al que te pone incomprensión.
Jesús nos avisa de que aparentando lo que no somos no podemos seguirle Jesús nos avisa de que aparentando lo que no somos no podemos seguirle. Acepta tu realidad y vívela de cara a Dios, de cara a los hermanos y de cara a ti mismo.
Siéntete amado del Padre y de Jesús Siéntete amado del Padre y de Jesús. Trata de hacer visible ese amor ayudando a los demás.
Date cuenta que Dios está presente y vivo en los hermanos y piensa que lo que hacemos a ellos se lo hacemos al mismo Dios.
Sé generoso en el perdón y en la ayuda al necesitado. Haz un gesto, de perdón y amor hacia alguien que se sienta abandonado o solitario, que no haya conocido el amor de Dios, y si la ley del talión. Sé generoso en el perdón y en la ayuda al necesitado.
Ten algún detalle de acercamiento, ayuda, compañía o consejo con alguna persona que lo necesite. FIN