René Castro de la Fuente y Miguel Santamaría
Todos nosotros sabemos reconocer cuándo una canción nos parece "alegre" o nos parece "triste". Generalmente asociamos nuestro estado de ánimo a la melodía de numerosas obras de todo tipo. Pues bien, precisamente la musicoterapia recurre a estas melodías como método para curar o reducir diversos problemas de salud.
La musicoterapia consiste en el uso de la música con un fin terapéutico. Sus objetivos incluyen restaurar, potenciar o mantener la salud de las personas.
Los efectos de la musicoterapia están contrastados por múltiples estudios que dejan claro que es muy beneficiosa para los enfermos.
Si se busca la relajación, se utiliza música que mezcle sonidos naturales y electrónicos. En el tratamiento contra la depresión se usan melodías tristes que luego llegan a un tono más dinámico. Para lograr dormir tranquilamente, la musicoterapia produce un efecto adormecedor mediante instrumentos de cuerda y ritmos suaves semejantes a las canciones de cuna.
Para obtener más energía: Suite Karalia de Sibelius, Serenata de Cuerdas (Op. 48) de Tschaikowsky, Obertura de Guillermo Tell de Rossini. Para aliviar el dolor de estómago: Música para la Mesa de Telemann, Concierto de arpa de Haendel, Concierto de oboe de Vivaldi. Para remediar el dolor de cabeza: Sueño de Amor de Liszt, Serenata de Schubert, Himno al Sol de Rimsky-Korsakov. Para disminuir la ansiedad: Concierto de Aranjuez de Rodrigo, Las cuatro estaciones de Vivaldi, La sinfonía de Linz, K425 de Mozart. Para controlar la hipertensión: Las cuatro estaciones de Vivaldi, Serenata no. 13 en sol mayor de Mozart.