DOMINGO XXXI Tiempo Ordinario - Ciclo C ACÉRCATE ZAQUEO “... el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO XXXI “Señor de poder y de misericordia, que has querido hacer digno y agradable por favor tuyo el servicio de tus fieles, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos prometes”.

“Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey”. Salmo (144)

Lc 19, 1-10 “En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Vivía allí un hombre muy rico llamado Zaqueo, jefe de los publicanos.

En el Evangelio, Jericó no es una ciudad más. En Jericó estaba Bartimeo, el ciego de nacimiento. Uno que VIO. Camino a Jericó iba el buen samaritano. Uno que HIZO el Bien. Y hoy encontraremos en Jericó a Zaqueo, uno que se CONVIRTIÓ, que es VER el Bien y VIVIR HACIENDO el Bien. Zaqueo es prototipo del hombre que busca la Salvación. Veremos sus características. ¿Quién era Zaqueo? Un muy rico recaudador de impuestos. Esos recaudadores tenían muchos derechos , no tenían límites claros, eran profesionales del abuso. Zaqueo era UN PECADOR.

Trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Zaqueo trataba de ver a Jesús. No puso reparos en mostrar su interés, salió a buscarlo. Como era bajito, aún siendo el jefe de los recaudadores, no tuvo vergüenza de treparse a un árbol. No estaba dispuesto a permitir que otros le impidieran ver a Jesús. Vemos en Zaqueo 3 actitudes : Se ESFORZÓ por conocer a Jesús. Tuvo HUMILDAD ante Jesús. Y EVITÓ LO QUE LE ESTORBARA para acercarse a Jesús.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo : Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto todos murmuraban diciendo : Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.

Jesús no rechaza al pecador, que quiere conocerlo, que quiere acercarse humildemente a Él y que está dispuesto a evitar todo lo que pueda volver a separarlo del Señor. Buscar a Jesús no puede ser impedido por reparos humanos, ni es algo que pueda ser postergado.

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor : Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más. Jesús le contestó : Hoy ha llegado la salvación a esta casa ya que también éste es hijo de Abraham.

Convertirse es cambiar de mente y de vida. Zaqueo se CONVIERTE. Convertirse es cambiar de mente y de vida. Nadie puede creerse convertido si no lo manifiesta en su conducta. Convertirse no es decir palabras buenas o bellas, es vivir sabiéndose en la presencia del Señor. No hay arrepentimiento sin rectificación de obra.

Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. Palabra de Dios

Si somos como Zaqueo, estamos listos para convertirnos. ¿TENEMOS SUS CONDICIONES? BUSCAR A JESÚS y QUERER CONOCERLO ¿Oramos? ¿leemos la Biblia? ¿o nos alejamos de Jesús? TENER LA HUMILDAD DE PEDIR MISERICORDIA ¿Reconocemos nuestros pecados? ¿nos confiamos en la Palabra de Dios? EVITAR TODO LO QUE NOS ALEJA DEL SEÑOR ¿Nos alejamos de lo que nos aparta de Dios? ¿enmendamos nuestros errores?

y no permitas que yo estorbe el que otros te puedan encontrar. Señor, quiero buscarte siempre, confiado en que “eres bueno y cariñoso con todas tus criaturas” (Salmo (144) , y no permitas que yo estorbe el que otros te puedan encontrar. «Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso» Lc 6, 36 Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano