LA FE COMO DON DE DIOS, PUERTA A LA VIDA DE COMUNIÓN CON ÉL TEMA 1 LA FE COMO DON DE DIOS, PUERTA A LA VIDA DE COMUNIÓN CON ÉL

Objetivo: Contemplar el don de la fe descubriéndola como un regalo que Dios nos da para que respondamos haciéndola crecer en nuestra vida cristiana y en nuestra relación con Él.

Oración de Abandono Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras. Sea lo que fuere, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo y lo acepto todo, con tal de que se cumpla en mí y en todas tus creaturas tu santa voluntad. No deseo nada más, Padre. Te doy mi alma, te la entrego, con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y necesito entregarme a Ti, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.

VEAMOS

“Un regalo para toda la vida” El día en que Juanito cumplía sus 4 años de edad, su padre entró en la casa, después de un largo viaje de trabajo. Había regresado a tiempo para el cumpleaños de su hijo. . .

Su papá le había prometido traer de su viaje un regalo único y excepcional, algo que podría compartir con él y que le traería muchos momentos felices… ... Juntos la plantaremos y cuidaremos para que crezca.

Cuarenta años después, Juan estaba sentado a la sombra de aquél árbol que había plantado con su padre.

…pensaba: ¿qué le regalaré a mi hijo pequeño de cuatro años? Entonces cayó en la cuenta y se dijo a sí mismo: “Le regalaré lo mismo que me dio mi padre, una semillita”.

Para comentar en grupos: • ¿Por qué crees que el padre de Juan le regaló una semilla de ese árbol? • ¿Recuerdas cuál es el mejor regalo que te han hecho y cuál es el que tú has dado? • ¿Cuál crees que es el regalo que Dios nos dio el día de nuestro Bautismo

ILUMINEMOS

LA FE COMO DON DE DIOS La fe es un don de Dios, es decir, un regalo gratuito que Dios nos da y que nos introduce en la vida trinitaria; la recibimos el día de nuestro bautismo, es decir, el día en el que renacemos a la vida de la gracia. Es un don, un regalo que debemos acrecentar para que dé abundante fruto (Cfr. CEC 162; PF 1).

Así como una semilla necesita ser sembrada en la tierra, así también sucede con la “semilla de la fe” que Dios nos regaló el día de nuestro bautismo, debemos hacerla germinar y crecer, para que dé mucho fruto. Que el “don de la fe”, sembrado en nosotros se convierta en un árbol frondoso que manifieste la presencia del Reino de Dios a lo largo de nuestra vida

La fe es un don que Dios nos da, no porque tengamos méritos o seamos mejores que los demás, sino porque quiere que participemos como hijos, de su vida y de su amor de Padre

Por ello debemos reconocer que es un “don” que supone una respuesta libre y responsable de nosotros Nos ofrece a todos su luz y su gracia, pero es necesario que estemos dispuestos a recibir esta gracia, para que esta vida de Dios crezca y se desarrolle; esto supone un acto de fe.

LA FE COMO RESPUESTA DEL HOMBRE La fe es un don de Dios que requiere respuesta del hombre a su proyecto revelado Una actitud “obediente de la fe” como expresión de total disponibilidad humana a Dios, como lo hizo María

Cuando Dios se revela hay que creer lo que Él nos dice, confiando libre y totalmente desde el entendimiento y la voluntad

Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios que nos da a través de su Espíritu, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios. El perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones.

La fe es una respuesta que debemos de dar a Dios personal y comunitariamente, ya que tiene una dimensión tanto personal como colectiva que responde a una doble dimensión: • Vertical, en nuestra relación personal con Dios: por ello decimos “creo” • Horizontal, en relación con quienes compartimos el precioso regalo de la fe: la Iglesia, nuestra comunidad; por ello decimos “creemos”

La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo

El creyente que ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro El creyente que ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.

Profesar con la boca indica, a su vez que la fe implica un testimonio y un compromiso público. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él. La fe, porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree…

La Iglesia en el día de Pentecostés muestra esta dimensión pública del creer y del anunciar a todos sin temor la propia fe. Es el don del Espíritu Santo el que capacita para la misión y fortalece nuestro testimonio, haciéndolo franco y valeroso… (Cfr. PF 10)

ACTUEMOS

Después de haber reflexionado el tema, se les va a entregar una semilla que representa la fe recibida en el Bautismo …

Para dar esta respuesta, vamos a reflexionar en lo siguiente: • ¿Conozco la fecha de mi bautismo, el día en que recibí el precioso regalo de la fe? • ¿Qué debo de hacer para vivir más cristianamente y dar una respuesta de fe delante de: mi familia, vecinos y compañeros de trabajo? • ¿Qué acciones o ambientes que no me ayudan en mi fe debo tratar de evitar para fortalecer mi vida cristiana y mi comunión con Dios? • Si la fe tiene una doble dimensión personal y comunitaria, ¿qué puedo hacer para compartir mi fe con las personas que me rodean? ¿Cómo vivo la fe de frente a mi comunidad, de frente a mi parroquia?

CELEBREMOS

Teniendo al frente este Cirio Pascual encendido . . .

• ¿Creen en Dios Padre, todo poderoso creador del cielo y de la tierra? • ¿Creen en su Hijo Jesucristo, que se encarnó de María Virgen, padeció, murió y resucitó por nosotros para nuestra salvación? • ¿Creen en el Espíritu Santo que nos es dado para nuestra santificación? • ¿Creen en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica? • ¿Creen en la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna?

Ahora decimos todos juntos: Ésta es nuestra fe, ésta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Canto: “Sois la semilla” Sois la semilla que ha de crecer, sois la estrella que ha de brillar, sois levadura, sois grano de sal, antorcha que ha de alumbrar. Sois la mañana que vuelve a nacer, sois espiga que empieza a granar. Sois aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a enviar. Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón. Sed, amigos, los testigos de mi Resurrección. Id llevando mi presencia. ¡Con vosotros estoy!