DOMINGO DE NAVIDAD - Ciclo A “Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros…” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO DE NAVIDAD – A “Oh Dios, que de modo admirable has creado al hombre a tu imagen y semejanza, y de un modo más admirable todavía restableciste su dignidad por Jesucristo, concédenos compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado compartir con el hombre la condición humana”.

“Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios” Salmo (97)

Jn. 1, 1-18 “En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios.

Jesús es el eterno Logos divino en este mundo. San Juan no presenta la genealogía de Jesús pero responde “de manera explícita y grandiosa” al interrogante de dónde viene Jesús.* La Palabra, sabiduría y poder de Dios, es enviada a la tierra para revelar los secretos de la voluntad divina. El interrogante sobre el origen de Jesús busca saber sobre su ser y su misión. ¿Quién es y de dónde viene? Jesús es el eterno Logos divino en este mundo. * Comentarios tomados de La Infancia de Jesús, Benedicto XVI

Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de todo lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

“El origen de Jesús, su de dónde es el principio mismo, la causa primera de la que todo proviene; la luz que hace del mundo un cosmos”.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan : éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos creyeran. No era él la luz, sino testigo de la luz. La palabra era la luz verdadera que alumbra a todo hombre.

“Juan está en la gran estela de los que han nacido de padres estériles gracias a la intervención prodigiosa de Dios, para quien nada es imposible”.

Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.

“A partir del ´de dónde` de Jesús se define la identidad de los suyos”. “La fe nos da un nuevo nacimiento : Entramos en el origen de Jesucristo, que ahora se convierte en nuestro propio origen. Por Cristo, mediante la fe en él, ahora somos generados por Dios”.

Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo : Éste es de quién dije : El que viene detrás de mí es superior a mí, porque existía antes que yo. Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

“Puesto que proviene de Dios de un modo particular, (Juan) pertenece totalmente a Dios y, por otro lado, precisamente por eso está enteramente a disposición de los hombres para conducirlos a Dios”.

A Dios nadie lo ha visto jamás : el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer”. Palabra del Señor

“Él viene de Dios. Él es Dios. Este principio que ha venido a nosotros inaugura un nuevo modo de ser hombres”.

La paz sea contigo “¡Oh alto y glorioso Dios!, Divino Niño, que has recibido de nosotros solo ingratitud y rechazo, cámbialos por amor y aceptación, para que podamos ser hijos del Padre. “¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento”. Oración de San Francisco ante el Crucifijo de San Damián La paz sea contigo Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano