Ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión en la misa Procedimientos normales del Rito de la Comunión Diócesis de Kansas City-St. Joseph. Edición del Ministerio Hispano, 2015.
Ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión en la misa Ellos deben recibir suficiente preparación espiritual, teológica, y práctica para cumplir su papel con conocimiento y reverencia. Sobre todo deben seguir los consejos del Obispo.
Ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión en la misa Todos los ministros de la Sagrada Comunión deben mostrar la mayor reverencia para la Sagrada Comunión en su comportamiento, su manera de vestir, y la manera en que tocan el vino o el pan consagrado.
El rito de la Comunión Como comienza el Agnus Dei o Lamb of God, sólo el Obispo o el sacerdote, o con la ayuda del diácono, pueden partir el cuerpo de Cristo.
El rito de la Comunión Entonces, si es necesario, otros copones o patenas serán traídos al altar. El diácono o el sacerdote ponen el pan consagrado en varios copones o patenas para la distribución de la Sagrada Comunión.
El rito de la Comunión Los ministros de la comunión entran en el santuario después de que el sacerdote reciba la comunión. Tan pronto como el sacerdote ha recibido la comunión, él distribuye la comunión a los ministros extraordinarios con la ayuda del diácono. Entonces el sacerdote da permiso a los ministros extraordinarios para distribuir la Sagrada Comunión a la gente.
El rito de la Comunión La manera correcta y admisible para distribuir la Sagrada Comunión es ofrecer el cuerpo de cristo y decir “cuerpo de Cristo” y la sangre de Cristo por decir “sangre de Cristo”. No deben usar otras palabras o nombres y no debe cambiar la forma de la frase en ninguna manera.
El rito de la Comunión Si el pan consagrado se cae al suelo, el ministro debe recogerlo con reverencia y entonces consumirlo.
El rito de la Comunión Después de la distribución, el Sacerdote o el ministro de la Sagrada Comunión tiene la responsabilidad de consumir todo lo que queda de la sangre de Cristo. Consumir la sangre de Cristo, usualmente ocurre a lado del altar o en la mesa de al lado. La purificación de los vasos sagrados es la responsabilidad del sacerdote o del diácono y pueden hacerlo después de la comunión o después de la misa. Siempre se deben lavar los vasos sagrados con el agua caliente y jabón después de la purificación.